¿La religión de “ser buena persona”?

Fray Nelson, Que opina con la frase que dicen mucho: “la religión correcta es ser buena persona”? — J.J.C.C.

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Es una frase que tiene mucha popularidad hoy en día, por varias razones, que vale la pena tener muy claras:

1. Va en la línea del SUBJETIVISMO, que se margina de lo “institucional.” Es muy fácil y muy frecuente hoy considerarse más pensante y libre cuanto más distante la persona se sitúa de los partidos, las iglesias y de todo lo “organizado.” Por supuesto, esta forma de pensar es puro sofisma porque para cualquier otro propósito (hacer dinero, mejorar la tecnología, cuidar la salud, hacer deporte) invariablemente acudimos a instituciones (empresas, gimnasios, universidades…).

2. ¿Quién define lo que es ser “buena persona”? Cada quien puede definirlo, prácticamente a su acomodo, de acuerdo con sus preferencias o prioridades. Y de nuevo, esto permite que uno se considere igual o mejor que cualquier persona “religiosa” (en el sentido clásico del término) simplemente porque uno está más cerca de practicar los valores que uno mismo cree más importantes.

3. Cuando se habla de ser “buena persona,” se habla de lo que puede alcanzarse con el esfuerzo de la pura voluntad humana. En la fe cristiana, por ejemplo, es esencial afirmar que el hombre requiere de la GRACIA divina para ser SALVADO de las garras del PECADO. Estas tres palabras desaparecen en la definición típica de ser buena persona: no se requiere de ayuda externa porque ser “bueno” es serlo dentro de los límites “normales;” en la misma línea de pensamiento, uno no necesita ser “salvado” porque la idea es que la propia inteligencia y la propia voluntad deben bastar (posiblemente con algo de literatura o videos de auto-ayuda); y en cuanto al pecado… es palabra que pierde su sentido en el esquema de ser buena persona; lo que podría haber, si acaso, son “errores” que hay que dejar atrás, o corregir, o simplemente aceptar con resignación.

En síntesis, la “religión” de ser buena persona es subjetivista, arrogante, cómoda, nebulosa y sofística… y por lo mismo, popular y ampliamente difundida en nuestro tiempo.