¡Dichosas aquellas almas bienaventuradas que, cuando oyen hablar de Jesús le reconocen al punto como el Camino, la Verdad y la Vida!
Una vez más has sentido a Cristo muy cerca. -Y una vez más has comprendido que todo lo tienes que hacer por El.
Acércate más al Señor…, ¡más! -Hasta que se convierta en tu Amigo, en tu Confidente, en tu Guía.