Discreción y sabiduría

No pretendas que te “comprendan”. -Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.

Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol -¡a cuántos se les va “la fuerza” por la boca!- y te evitarás muchos peligros de vanagloria.

¡Qué ejemplo de discreción nos da la Madre de Dios! Ni a San José comunica el misterio. -Pide a la Señora la discreción que te falta.

Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. -Y esto, aunque estés justísimamente airado. -Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras.

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