[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]
Tema 8 de 16: Pobreza y comunidad
* Pertenece al plan de Dios que seamos incompletos, y a la vez, que recibamos dones, gracias y cosas que no son para que se queden con nosotros. En un sentido somos escasos, y por eso necesitamos de los demás; en otro sentido, abundamos en bienes y dones que otros necesitan de nosotros.
* El plan de Dios es lo opuesto del individualismo que gusta tanto al dios Mercado. El mundo del comercio nos quiere egoístas de modo que nadie comparta y todos tengan que comprar. El Dios verdadero, en cambio, quiere que la vida sea un fluir de bienes, a partir de Él mismo, como fuente que no se niega a nadie sino que es gustoso de darse.
* Ese continuo recibir y compartir es la ley de gracia que hace correr el agua de la vida; en su recorrido se dibuja la obra que el Espíritu, y sólo Él, conoce y de la cual cada uno de nosotros es pequeña parte. Quien pretende ser el primero, el protagonista, es como una “aspiradora” que retiene lo que era para otros, y empobrece el cuadro general que quería Dios.
* Por eso un santo como Francisco habla de desposarse con la “Dama Pobreza,” porque la unión con ese continuo despojo y gratuidad es la clave misma de la fidelidad al Espíritu en cercana y fecunda imitación de Cristo.