Retorno del Destierro, 3 de 8, Templo

Retorno del Destierro

Tema 3: Templo

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Resumen

* Mi tierra es el lugar donde yo habito pero ¿dónde habita Dios? La Biblia es muy renuente a señalar lugares “especiales” pues era costumbre de las naciones paganas sacralizar las cosas, volviéndolas fetiches, o sacralizar lugares, como si fueran pasajes al mundo de los dioses.

* Las primeras manifestaciones de actos de culto en lugares específicos corresponden a la ofrenda de Abraham junto a la encina de Mambré, y luego la piedra que Jacob unge como lugar de revelación.

* Aunque Israel no usa imágenes religiosas, ya en el desierto hay puntos específicos que atraen la mirada: la Tienda del Encuentro, el rostro de Moisés, la serpiente de bronce y sobre todo, la preciosa Arca de la Alianza. Consta que desde el principio hubo tentación de usar el Arca a modo de amuleto (1 Samuel 4–6).

* Lograda, gracias a David, la paz en las fronteras, el Arca debe tener un lugar, y así surge el proyecto de hacer un templo. El papel de David en ese proyecto es discutido: los libros de los Reyes dan a entender que todo lo hizo Salomón; los de las Crónicas presentan a David como dejando todo listo, de modo que Salomón simplemente sigue instrucciones.

* El Deuteronomio (12,2-7) pide que todo sacrificio se haga en el templo, con intención evidente de diferenciar el culto a Yahvé de los cultos a los baales, que se hacían en toda clase de estelas y altozanos. Este ideal del único sitio de culto es impracticable, si se piensa que todo un país debería reunirse en una ciudad para las grandes fiestas.

* De todos modos, el templo único hizo de su ciudad, Jerusalén, la ciudad “santa.” En tono negativo, sirvió también para fomentar una falsa seguridad (véase Jeremías 7,1-10) y para fomentar un culto formalista, de labios para afuera (véase Amós 5,21-25).

* Ezequiel anuncia un nuevo templo, en el que sí puede morar la gloria divina, pues en el antiguo templo las sacristías servían para las prácticas mágicas de los sacerdotes.

* Tiempo después, el templo fue también moneda falsa con la que Herodes el Grande, a pesar de ser un rey usurpador, quiso ganarse, y se ganó, el favor de los judíos.

* Pero al final, será la tendencia anti-templo la que prevalecerá, pues el Apocalipsis describe la ciudad santa como carente de todo santuario, ya que el Cordero es su templo.

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