Las virtudes de la Virgen Madre

La Virgen Dolorosa. Cuando la contemples, ve su Corazón: es una Madre con dos hijos, frente a frente: El… y tú.

¡Qué humildad, la de mi Madre Santa María! -No la veréis entre las palmas de Jerusalén, ni -fuera de las primicias de Caná- a la hora de los grandes milagros. -Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, “iuxta crucem Jesu” -junto a la cruz de Jesús, su Madre.

Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano -no hay dolor como su dolor-, llena de fortaleza. -Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz.

¡María, Maestra del sacrificio escondido y silencioso! -Vedla, casi siempre oculta, colaborar con el Hijo: sabe y calla.

¿Veis con qué sencillez? -“Ecce ancilla!…” -Y el Verbo se hizo carne. -Así obraron los santos: sin espectáculo. Si lo hubo, fue a pesar de ellos.

Más pensamientos de San Josemaría.

Oraciones con mucha repetición

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FRAY NELSON EL UNICO INTERMEDIARIO Y EL SALVADOR QUE DIO SU SANGRE ES NURSTRO SENOR JESUCRISTO PORQUE QUITARLE TIEMPO DE ORARLE A EL Y NO ORACIONES REPETITIVAS QUE CAEN EN LA RUTINA DEVERAS CREE QUE A DIOS LE AGRADA ESO. USTED QUE A LEIDO LAS SAGRADAS RSCRITURAS SABE MUY BIEN ESTO. SEA VALIENTE Y PREDIQUE LA SANA DOCTRINA QUE NUESTRO SENOR Y SALVADOR VIENE PRONTO POR SU IGLESIA SANTA. DIOS LO GUARDE A USTED Y A SU FAMILIA. — M.G.

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El argumento de las “repeticiones” para desacreditar o desestimular la oración con el Rosario es muy frágil por razones bíblicas, antropológicas e históricas.

En la BIBLIA vemos que Jesús, lo mismo que tantos judíos de ese y de este tiempo, usaba los salmos. En la Cruz le vemos orar utilizando los textos de tres salmos que evidentemente se sabía de memoria.

Al peregrinar hacia Jerusalén, las multitudes repetían muchas veces los salmos “de las subidas,” como ese que dice “Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor” Estos textos eran repetidos centenares de veces porque eran el repertorio para días enteros de camino.

El salmo 136 es una letanía, tal cual. Léelo. Óralo. ¿Qué encuentras? Se repite más de 25 veces esta frase: “Porque es eterna su misericordia.” ¿Son perdidas esas repeticiones? ¿Será que la Biblia no sabe de oración?

Los judíos de la época de Jesús, y con toda probabilidad Jesús mismo, repetían varias veces al día el “Shema, Israel” (véase Deuteronomio 6). ¿Era error ese modo de orar?

Desde la ANTROPOLOGÍA nos damos cuenta que aquellos que se aman usan unos mismos gestos muchas veces. ¿Cuántas veces acaricia una madre el cabello de su bebita? ¿Cuántas veces juegan los novios a decirse: “Yo te amo” “Pero yo te amo más” “No; yo te amo más”? ¿Cuántas veces van los fanáticos de una película a ver la misma película, aunque ya saben exactamente qué va a suceder y cómo va a terminar?

El corazón humano reclama, exige repetición, para afianzarse en el amor y hacerlo crecer. Pensar que el amor sólo es verdadero cuando elude la repetición de palabras o gestos es ir en contra de la evidencia psicológica y emocional más documentada de que tengamos noticia en todas las culturas. Por eso incluso otras religiones tienen sus mantras. Y por eso los protestantes oyen muchas veces las canciones de sus autores favoritos. ¿O no?

Desde la HISTORIA, está demostrado que toda cultura y forma de pensamiento no puede tomar raíz si no es a través de rituales y repeticiones. Por eso los anglicanos constituyeron su “Libro de la Oración Común.” Por eos hay himnarios en todas las iglesias luteranas, metodistas, pentecostales… incluyendo las que critican que los católicos repitamos las palabras bíblicas bellísimas que son la carne y sangre del Santo Rosario.

De modo que decir que las repeticiones son estériles o que deben caer en la rutina va en contra de la Biblia, de la antropología y de la historia.

Tú me invitas a ser valiente. Yo te invito a que ahora seas valiente tú, y les presentes exactamente estos argumentos a los pastores de tu congregación o al lugar donde tú vas, y descubras junto con ellos que María, lejos de apartarnos no hace otra cosa sino aproximarnos con hermosa y dulce pedagogía hacia su Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

La Virgen

El amor a nuestra Madre será soplo que encienda en lumbre viva las brasas de virtudes que están ocultas en el rescoldo de tu tibieza.

Ama a la Señora. Y Ella te obtendrá gracia abundante para vencer en esta lucha cotidiana. -Y no servirán de nada al maldito esas cosas perversas, que suben y suben, hirviendo dentro de ti, hasta querer anegar con su podredumbre bienoliente los grandes ideales, los mandatos sublimes que Cristo mismo ha puesto en tu corazón.

Di: Madre mía -tuya, porque eres suyo por muchos títulos-, que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la Fe, ni la valentía, ni la audacia, para cumplir la voluntad de nuestro Jesús.

Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran de pie. -No desconfíes. -Por el contrario, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma.

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Ocho consejos prácticos para rezar el Santo Rosario

“Desde mi adolescencia tengo el hábito de rezar el Rosario todos los días, pero debo confesar que a veces caigo en la rutina: no siempre lo rezo bien. A aquellos a quienes les pasa lo mismo que a mí, quisiera compartirles algunos elementos que me ayudan para tratar de rezarlo mejor cada día…”

Consejos para el Rosario

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