Sobre la comunión de los santos

Comunión de los Santos. -¿Cómo te lo diría? -¿Ves lo que son las transfusiones de sangre para el cuerpo? Pues así viene a ser la Comunión de los Santos para el alma.

Vivid una particular Comunión de los Santos: y cada uno sentirá, a la hora de la lucha interior, lo mismo que a la hora del trabajo profesional, la alegría y la fuerza de no estar solo.

Hijo: ¡qué bien viviste la Comunión de los Santos, cuando me escribías: “ayer ‘sentí’ que pedía usted por mí”!

Otro que sabe de esa “comunicación” de bienes sobrenaturales, me dice: “la carta me ha hecho mucho bien: ¡se conoce que viene impregnada de las oraciones de todos!… y yo necesito mucho que recen por mí.”

Si sientes la Comunión de los Santos -si la vives-, serás gustosamente hombre penitente. -Y entenderás que la penitencia es “gaudium, etsi laboriosum” -alegría, aunque trabajosa: y te sentirás “aliado” de todas las almas penitentes que han sido, son y serán.

Tendrás más facilidad para cumplir tu deber al pensar en la ayuda que te prestan tus hermanos y en la que dejas de prestarles, si no eres fiel.

Más pensamientos de San Josemaría.

Un experimento que puede dar mucho fruto

#LaudesFrayNelson es la etiqueta (hashtag) que vamos a utilizar en todos los medios, incluyendo Facebook y Twitter, para identificar las oraciones de la mañana, en principio para cada día. Para vísperas usaremos #VisperasFrayNelson.

Este hermoso proyecto, que puede ayudar a alimentar la vida de oración de sacerdotes, religiosos y laicos, está apenas empezando. No podemos garantizar continuidad diaria todavía, aunque el primer ensayo se publicará el lunes 22 de Julio de 2013, en la hermosa memoria de Santa María Magdalena.

Hay necesidades grandes de infraestructura, que tomarán tiempo. Literalmente hay que escribir código nuevo (en lenguaje PHP) para que todo funcione como se quiere. Con el apoyo de la amistad, las oraciones y las donaciones de ustedes, seguimos adelante, gozoso en alabar, bendecir y predicar.

Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y en el amor

81 El objeto de la doctrina social es esencialmente el mismo que constituye su razón de ser: el hombre llamado a la salvación y, como tal, confiado por Cristo al cuidado y a la responsabilidad de la Iglesia.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 53: AAS 83 (1991) 859] Con su doctrina social, la Iglesia se preocupa de la vida humana en la sociedad, con la conciencia que de la calidad de la vida social, es decir, de las relaciones de justicia y de amor que la forman, depende en modo decisivo la tutela y la promoción de las personas que constituyen cada una de las comunidades. En la sociedad, en efecto, están en juego la dignidad y los derechos de la persona y la paz en las relaciones entre las personas y entre las comunidades. Estos bienes deben ser logrados y garantizados por la comunidad social.

En esta perspectiva, la doctrina social realiza una tarea de anuncio y de denuncia.

Ante todo, el anuncio de lo que la Iglesia posee como propio: « una visión global del hombre y de la humanidad »,[Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 13: AAS 59 (1967) 264] no sólo en el nivel teórico, sino práctico. La doctrina social, en efecto, no ofrece solamente significados, valores y criterios de juicio, sino también las normas y las directrices de acción que de ellos derivan.[Cf. Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 4: AAS 63 (1971) 403-404; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 570-572; Catecismo de la Iglesia Católica, 2423; Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 72: AAS 79 (1987) 586] Con esta doctrina, la Iglesia no persigue fines de estructuración y organización de la sociedad, sino de exigencia, dirección y formación de las conciencias.

La doctrina social comporta también una tarea de denuncia, en presencia del pecado: es el pecado de injusticia y de violencia que de diversos modos afecta la sociedad y en ella toma cuerpo.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 25: AAS 58 (1966) 1045-1046] Esta denuncia se hace juicio y defensa de los derechos ignorados y violados, especialmente de los derechos de los pobres, de los pequeños, de los débiles.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966) 1099-1110; Pío XII, Radiomensaje en el 50º aniversario de la « Rerum novarum »: AAS 33 (1941) 196-197] Esta denuncia es tanto más necesaria cuanto más se extiendan las injusticias y las violencias, que abarcan categorías enteras de personas y amplias áreas geográficas del mundo, y dan lugar a cuestiones sociales, es decir, a abusos y desequilibrios que agitan las sociedades. Gran parte de la enseñanza social de la Iglesia, es requerida y determinada por las grandes cuestiones sociales, para las que quiere ser una respuesta de justicia social.

82 La finalidad de la doctrina social es de orden religioso y moral.[Cf. Pío XI, Carta enc. Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 190; Pío XII, Radiomensaje en el 50º aniversario de la « Rerum novarum »: AAS 33 (1941) 196-197; Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 42: AAS 58 (1966) 1079; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 570-572; Id., Carta enc. Centesimus annus, 53: AAS 83 (1991) 859; Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 72: AAS 79 (1987) 585-586] Religioso, porque la misión evangelizadora y salvífica de la Iglesia alcanza al hombre « en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social ».[Juan Pablo II, Carta enc. Redemptor hominis, 14: AAS 71 (1979) 284; cf. Id., Discurso a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla (28 de enero de 1979), III/2: AAS 71 (1979) 199] Moral, porque la Iglesia mira hacia un « humanismo pleno »,[Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 42: AAS 59 (1967) 278] es decir, a la « liberación de todo lo que oprime al hombre » [Pablo VI, Exh. ap. Evangelii nuntiandi, 9: AAS 68 (1976) 10] y al « desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres ».[Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 42: AAS 59 (1967) 278] La doctrina social traza los caminos que hay que recorrer para edificar una sociedad reconciliada y armonizada en la justicia y en el amor, que anticipa en la historia, de modo incipiente y prefigurado, los « nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia » (2 P 3,13).

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.