María y la fe del pueblo cristiano, 1 de 3

[Muy conveniente en preparación a las celebraciones de la Virgen del Carmen. Retiro para la comunidad parroquial de Santo Domingo, en Mompox, Colombia. Julio de 2014.]

Tema 1 de 3: Una visión cristológica a la vida y misión de la Virgen María.

* María no está centrada en sí misma. Su centro es la voluntad de Dios. Así lo expresó en la Anunciación; así lo vivió acompañando con discreción el ministerio de su Hijo; y así lo vivió hasta la más perfecta radicalidad en la hora de la Cruz.

Se vale amar el heroísmo

Me preguntas…, y te contesto: tu perfección está en vivir perfectamente en aquel lugar, oficio y grado en que Dios, por medio de la autoridad, te coloque.

Orad los unos por los otros. -¿Que aquél flaquea?… -¿Que el otro?… Seguid orando, sin perder la paz. -¿Que se van? ¿Que se pierden?… ¡El Señor os tiene contados desde la eternidad!

Tienes razón. -Desde la cumbre -me escribes- en todo lo que se divisa -y es un radio de muchos kilómetros-, no se percibe ni una llanura: tras de cada montaña, otra. Si en algún sitio parece suavizarse el paisaje, al levantarse la niebla, aparece una sierra que estaba oculta. Así es, así tiene que ser el horizonte de tu apostolado: es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos hechos para vosotros… Los haréis, a través de las montañas, al golpe de vuestras pisadas.

Más pensamientos de San Josemaría.

Propaganda islamista en Carrefour de Francia

“Dos de los libros que se venden contienen textos que constituyen discriminaciones manifiestas contra los cristianos. Uno, por ejemplo, extraído de la obra del imán Nawani Los 40 Hadiths preconiza la muerte para los “apóstatas” (caso de un musulmán que se convirtiera al cristianismo)”, explica.

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¿Por qué bautizar a los niños?

“Los seres humanos necesitan aprender, y no sólo una información “en bruto”, sino el sentido que tienen las cosas. Y necesitan aprender a comportarse; no solo un aprendizaje teórico, sino que necesitan aprender a vivirlo. O sea, necesitan ser educados. Por la misma naturaleza, los primeros y principales responsables de esa educación son sus padres. Y a ningún padre se le ocurre dejar de insistir al pequeño en que dé las gracias cuando le regalan algo, con el argumento de que la gratitud es un valor ético que deberá elegir por sí mismo cuando sea mayor…”

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Elogio de los misioneros

La semana pasada tuve ocasión de compartir algunos días con los grupos apostólicos de la Parroquia de Santo Domingo, en Mompox, departamento de Bolívar, al norte de Colombia. Acogido con afecto y contagioso espíritu fraterno, pude ofrecer algunas enseñanzas básicas de espiritualidad mariana. Como suele suceder en estos casos, fue mucho más lo que recibí que lo que pude dar, y sencillamente el corazón se siente agradecido por la gracia de ver cómo el Señor hace maravillas en su pueblo santo.

Quiero destacar la generosidad de los misioneros, empezando por mis hermanos de comunidad. Tras las huellas de anteriores líderes y predicadores, el actual párroco, fr. Jaime Julio Cantillo, O.P., me compartía con sencillez los diferentes escenarios del ministerio sacerdotal en un ambiente rural marcado por graves carencias, sobre todo en vías de comunicación. El recorrido de varias horas hasta veredas “acuáticas” como La Lobata o “Las Boquillas” implica horas de desplazamiento por agua y tierra, con la flexibilidad mental necesaria para los diversos cambios que se suceden según el nivel de los canales y las condiciones del clima en general.

Alabo al Señor por la constancia alegre de tantos misioneros. Sus vidas entregadas en el anonimato, lejos de los grandes medios de comunicación, rara vez ocupan la atención del gran público, que en cmabio se muestra ávido de masticar hasta la saciedad cualquier escándalo de sacerdote. ¡Qué poco saben de la Iglesia, los que no conocen estas obras, los que no han visto las sonrisas y recibido los abrazos agradecidos de tantos que reciben esperanza del sacerdote y de su vida entregada día a día!

ESCUCHA, Pequeño Manual del Misionero

En Mateo 10, Cristo envía a sus apóstoles con un propósito también pedagógico. ¿Qué quería que aprendieran?

Cuatro cosas son indispensables para el predicador y el misionero: (1) Estar libre de idolatría y afianzarse en el amor a Dios; (2) Poner su confianza en la Providencia divina y no contar demasiado con nadie en esta tierra; (3) Cuidar la reputación para no hacer caer en descrédito el ministerio; (4) No dejar que la opinión, la calificación o las prioridades de la gente definan qué es importante o qué se debe decir en la predicación.