Un gran ideal en muy breves palabras

La oración colecta del día resume bien el camino de la vida cristiana y el propósito de un buen retiro espiritual: que podamos cumplir libremente la voluntad de Dios.

Cristo rompe las cadenas, 2 de 4: las cadenas de la voluntad

[Predicación en la Asociación Católica “Jesús en ti confío” de Bucaramanga. Junio de 2016.]

Tema 2 de 4: Las cadenas de la voluntad

Sensualidad – vicio – adicción
Duelo – tristeza – depresión
Miedo – ansiedad – fobias, paranoias
Venganza – ira – odio
Mediocridad – pereza – apatía
Soledad – vacío – egoísmo
Soberbia – orgullo – desprecio

Sobre la Voluntad de Dios

¿Cómo quieres que Dios te guíe si se supone que tiene que aprobar todo lo que a ti te gusta y darle fuerza a lo que tú prefieres? #VdDios

Para que las cosas se parezcan más a lo que Dios quiere, a menudo tienen que parecerse menos a lo que tú quieres. #VdDios

Pasos en la madurez al recibir contradicciones: rebelarse; quejarse; entristecerse; aceptar; aprender; agradecer; alegrarse. #VdDios

Pasos al recibir aprobación: disfrutarlo; no confiar en multitudes; revisarse; preguntar por los olvidados; dar sólo gloria a Dios. #VdDios

Cada acto de acogida de la voluntad divina es un paso que te acerca a su modo de ver y amar, es decir, al gozo de su Cielo. #VdDios

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Con personalidad, por favor

El Señor necesita almas recias y audaces, que no pacten con la mediocridad y penetren con paso seguro en todos los ambientes.

Sereno y equilibrado de carácter, inflexible voluntad, fe profunda y piedad ardiente: características imprescindibles de un hijo de Dios.

El apóstol no debe quedarse en el rasero de una criatura mediocre. Dios le llama para que actúe como portador de humanidad y transmisor de una novedad eterna. -Por eso, el apóstol necesita ser un alma largamente, pacientemente, heroicamente formada.

Más pensamientos de San Josemaría.

Estudio básico sobre la voluntad humana, 2 de 2

2015-05-07 12.37.39

* El estudio de la voluntad humana es amplio y complejo pero sencillamente fascinante. Se trata nada menos que de la capacidad que tenemos de ser co-creadores de nuestra historia, y por ello hay que ser conscientes que los actos de la voluntad prácticamente se confunden con los actos de la historia humana toda.

SOBRE LAS FUENTES DE LA VOLUNTAD

* ¿De dónde viene que unas cosas nos resulten fáciles de desear y otras no? ¿De qué depende eso de que unas personas se han caracterizado desde chicos por un gran dominio de sí mismos mientras que otros parecen rebeldes innatos? El término “temperamento” intenta capturar algo de esas disposiciones más profundas y constantes, que afectan a una persona toda o la mayor parte de su vida. Probablemente el temperamento tenga que ver con factores orgánicos múltiples como la disposición genética, neurológica y hormonal, y sobre todo el metabolismo, que tiene un factor preponderante en la consecución, distribución y uso de la energía.

* Tradicionalmente se han distinguido cuatro grandes temperamentos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático. Los dos primeros son más impulsivos pero en general menos perseverantes; los dos últimos, lo contrario. A su vez, los sanguíneos y los flemáticos tienden al buen humor, aunque de modo distinto, mientras que los coléricos y melancólicos son lo contrario. Lo que debe quedar claro es que no existen temperamentos perfectos y que en todos los casos hay márgenes de voluntad y por tanto de responsabilidad.

LA VOLUNTAD COMO UNA “FUERZA”

* La expresión “fuerza de voluntad” tiene equivalentes en la mayoría de las lenguas. Denota la convicción, universalmente compartida, de que el ser humano no es el simple resultado de circunstancias o acciones exteriores. Mucho más difícil es establecer de dónde proviene, cómo se puede canalizar y qué límites tiene esa fuerza. Este análisis nos introduce en las áreas complejas de la motivación, la resiliencia y la perseverancia. Y genera preguntas: ¿es posible sostenerse cuando todo se derrumba, como cuando la injusticia prevalece o el dolor se vuelve interminable? ¿Qué hay en las personas que logran sobreponerse a lo más adverso?

* Hay ejemplos como el de André Weil, que estando en prisión militar hizo notables descubrimientos matemáticos, como si su mente pudiera hacer caso omiso de los barrotes que frenaban su cuerpo. Hay ejemplos de jugadores de ajedrez, como Natan Sharansky, que sobrevivieron las espantosas presiones mentales del confinamiento solitario en prisión a través de la concentración en juegos y aperturas. Lo que parece que puede aprenderse de ellos, como también de Cristo en la Cruz, es que aún en las circunstancias más extremas suele haber un resquicio de libertad, un algo intocado e intocable, en donde podemos seguir siendo nosotros mismos, e incluso podemos escoger si acogemos o no deseamos lo que sobreviene sin nuestra aprobación.

MANIPULACIÓN VS. REBELDÍA

* Es un hecho que quienes detentan el poder a menudo son capaces de cualquier recurso que consolide o aumente su dominio sobre sus súbditos. Recursos en sus manos han sido muchos, desde la violencia física y las multas, hasta las mordazas a la prensa y la reingeniería. Nuestro tiempo coquetea con métodos harto sutiles que intentan que la gente cambie progresiva pero masivamente sus percepciones sobre lo bueno y lo malo a través de campañas muy bien preparadas y financiadas. Un ejemplo clásico es la apelación a la sensualidad, la compasión y el humor como estrategias que hacen más y más aceptable la presencia de un alto contenido y componente homosexual en la sociedad.

* En tales circunstancias es preciso saber rebelarse, ante todo, acrecentando la conciencia en mucha gente sobre las muchas mentiras, trampas y manipulaciones que nos bombardean desde muchos flancos. Frente a la felicidad atontada de adictos tímidos y cómodos, que es el engaño predilecto de los tiranos, los verdaderamente conscientes de qué significa la dignidad humana sabrán siempre levantar su voz.

Estudio básico sobre la voluntad humana, 1 de 2

* Los criterios de moralidad indican el bien que resulta correcto y deseable; pero el estudio moral quedaría incompleto sin una reflexión sobre quién y en qué condiciones ha de realizarlo. De ahí la importancia del estudio de la voluntad humana.

* Lo primero es distinguir entre los dinamismos propios del conocer y del desear: mientras que el conocer tiende a llevar el objeto conocido hacia el sujeto cognoscente, el desear mueve al sujeto que desea hacia el objeto deseado. Este carácter de “motor” indica que la vida humana se modela y cambia más por lo que deseamos que por lo que simplemente sabemos.

* Ahora bien, la voluntad no es cualquier querer: es el apetito o querer que deriva del conocimiento propio de la inteligencia. Por ello es necesario tener una noción clara de qué es lo específico de la inteligencia humana porque el término se usa coloquial o usualmente de muchos modos.

inteligencia

* Desde un punto de vista coloquial, la inteligencia es simplemente capacidad de resolver problemas. En ese sentido no solo los animales sino también los computadores y las plantas son “inteligentes.” Debe observarse que los “problemas” así resueltos son los que provienen del ámbito de los estímulos, es decir: hambre, sed, necesidad de descanso o búsqueda de placer, por dar los ejemplos más conocidos. Incluso hay una “curiosidad” asociada a esta forma de conocer “con formalidad estimúlica,” como diría Xavir Zubiri: es la curiosidad que busca un novedoso o más intenso estímulo sensorial.

* La inteligencia, en sentido formal, se caracteriza por preguntar. Una pregunta es más que la solución de un problema; es la búsqueda de una verdad; es un “leer adentro” (intus-legere) que quiere aprehender aquello que las cosas son “en sí” y no sólo “para mí.” Por inteligentes estamos abiertos al ser y a la verdad. Por esta apropiación de la realidad, precisamente, la inteligencia permite una forma de señorío sobre las cosas mismas y también sobre la propia vida. La voluntad humana es, ante todo, ejercicio de ese señorío.

* La voluntad es un querer inteligente; un querer modelado por aquella forma de conocimiento que no se detiene en lo estimúlico, lo puramente sensorial, lo útil o acostumbrado. Mientras que las abejas, por ejemplo, pueden tener sistemas muy “inteligentes” (coloquialmente hablando) de comunicarse, vemos que en miles de años sus panales son construidos de la misma manera y con las mismas especificaciones. Durante un tiempo mucho menor la inteligencia humana ha mejorado su vivienda y la ha diversificado a partir de la comprensión inteligente de muchos factores, incluyendo sus propias necesidades o deseos.

voluntad

* Una vez establecida la naturaleza de la voluntad humana, nos damos cuenta de su primer impacto en nuestra existencia. Sólo aquellos seres dotados de voluntad, como es el caso de nosotros, los humanos, podemos realmente decidir. El ámbito de la libertad empieza en el ámbito del conocimiento del “en sí” de las cosas y de nosotros mismos pues es este conocimiento el que abre opciones, posibles modos de ser.

* Y quien ha sido capaz de decidir queda responsable de lo decidido. “Responsable” quiere decir: quien está capacitado (y obligado) a responder; en este caso: responder por lo decidido, La voluntad nos hace responsables.

* A su vez, la responsabilidad hace que nuestras acciones tengan mérito o culpa. Una acción voluntariamente errada, insuficiente o perversa conlleva de suyo una culpa; una acción correcta, proporcionada y bondadosa conlleva de suyo mérito. El honor es el reconocimiento social propio del mérito; el desprecio o la crítica son el reconocimiento social de la culpa. Estos reconocimientos no son puramente subjetivos ni inter-subjetivos: tienen una base objetiva en la responsabilidad precedente. Si no es posible esperar o exigir algo de quien debe responder tampoco hay razón para castigo ni para honor.

* Para ejercer la responsabilidad es necesaria la existencia de unos derechos. Sin un margen de derechos no existe responsabilidad. Por eso todo poder totalitario, a la vez que restringe los derechos, crea la ilusión de una bondad que consiste simplemente en conformarse con el estándar impuesto por el régimen.

* Pero es propio del totalitarismo, no importa de qué ideología venga, el restringir los deberes. Un deber es una responsabilidad futura frente a un bien posible. por eso, el conocimiento de los propios deberes abre al ser humano hacia sus responsabilidades de cara al futuro. Cuanto menos se mire el futuro menos conciencia queda de que el futuro no está escrito sino por escribir. por eso conviene a los regímenes totalitarios mantener a la gente distraída, perpetuamente entretenida, drogada, adicta. Eso parece explicar el escandaloso empuje que vemos en nuestro tiempo en la dirección de la legislación del consumo de droga, de la pornografía y del juego.

Tomar una firme resolución

¡Qué poco listo parece el diablo!, me comentabas. No entiendo su estupidez: siempre los mismos engaños, las mismas falsedades… -Tienes toda la razón. Pero los hombres somos menos listos, y no aprendemos a escarmentar en cabeza ajena… Y satanás cuenta con todo eso, para tentarnos.

Así, tonteando, con esa frivolidad interior y exterior, con esas vacilaciones ante la tentación, con ese querer sin querer, es imposible que avances en la vida interior.

Siempre he pensado que muchos llaman “mañana”, “después”, a la resistencia a la gracia.

Más pensamientos de San Josemaría.

ESCUCHA, Cómo definir prioridades en la vida

[Charla para un grupo de trabajadores de una empresa en Asunción, Paraguay. Agosto de 2014.]

* Si hay algo que todos tenemos en común es que día a día hemos de tomar decisiones. Vivir es decidir porque incluso la pretensión de no decidir es una decisión. Además, aquello decidimos ayer de algún modo convive con nosotros hoy, y seguirá mañana.

* Más que las palabras que decimos, son las decisiones que tomamos las que realmente impactan a quienes nos siguen, ya se trate de los hijos, los alumnos o los subalternos. En este sentido, nuestra forma de decidir puede ser la herencia más perdurable que dejamos–más incluso que nuestros discursos o nuestro dinero.

* Es un hecho, sin embargo, que a veces tomamos malas decisiones: decisiones equivocadas que se habrían podido evitar. Esto suele suceder porque no tenemos claras nuestras prioridades. Y nuestras prioridades no se aclaran porque tenemos mucho “ruido” que perturba la lucidez necesaria.

* Los principales ruidos, que podemos comparar a ladridos de perritos fastidiosos, son tres:

(1) La prisa de lo inmediato. Este es el perro que ladra: “¡ya! ¡ya!” Buscando satisfacción o éxito rápido, a menudo sacrificamos principios, personas o tesoros que luego sólo cabe lamentar.

(2) La codicia del corazón. Este es el perro que ladra: “¡más! ¡más!” Cuando nos volvemos insaciables terminamos por romper el balance necesario en nuestro cuerpo, nuestro descanso, o la atención que merecen las personas que deberían interesarnos. Al final, la autodestrucción, en sus diversas formas.

(3) La seducción de lo fácil. Este es el perro que ladra: “¡menos! ¡menos!” El que quiere el camino sin dificultades ha escogido ya aquella senda ancha y descansada, de la que habla el Evangelio, y que lleva a la perdición.

* Para no dejarse perturbar, asustar ni distraer con esos ladridos necesitamos entonces:

(1) Mirar las consecuencias, también a largo plazo, de nuestros actos.

(2) Amar el equilibrio de una vida en que cada aspecto de nuestro ser, incluyendo por supuesto nuestra capacidad de trascender, crece en armonía con los demás.

(3) Descubrir que, según la enseñanza de Juan Pablo II, el trabajo y el esfuerzo no son solamente tarea que queda fuera sino riqueza que nos transforma adentro.

Ponte a buscar y seguir en serio la voluntad de Dios

Pregúntate muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo hacer?

Jesús, lo que tú “quieras”… yo lo amo.

Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.

Señor, si es tu Voluntad, haz de mi pobre carne un Crucifijo.

No caigas en un círculo vicioso: tú piensas: cuando se arregle esto así o del otro modo seré muy generoso con mi Dios. ¿Acaso Jesús no estará esperando que seas generoso sin reservas para arreglar El las cosas mejor de lo que imaginas? Propósito firme, lógica consecuencia: en cada instante de cada día trataré de cumplir con generosidad la Voluntad de Dios.

Es cuestión de segundos… Piensa antes de comenzar cualquier negocio: ¿Qué quiere Dios de mí en este asunto? Y, con la gracia divina, ¡hazlo!

Más pensamientos de San Josemaría.

Sólo ganas cuando te rindes (a Dios)

La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. -Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.

Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: “Dominus regit me, et nihil mihi deerit” -el Señor me gobierna, nada me faltará. ¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?

No dudes: deja que salga del corazón a los labios un “Fiat” -¡hágase!… -que sea la coronación del sacrificio.

El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. -Di, pues: “meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus” -mi alimento es hacer su Voluntad.

Más pensamientos de San Josemaría.

AVE MARIA, Un retiro en el Espiritu, 1 de 6

[Retiro ofrecido a un grupo de laicos de la Renovación Carismática en Lima, Perú, para el Pentecostés 2013.]

* Somos imagen y semejanza divina particularmente por nuestras facultades de inteligencia y voluntad.

* Lo propio de la inteligencia es buscar la verdad, más allá de la apariencia.

* Lo propio de la voluntad es buscar el bien, más allá de la conveniencia.

* El pecado impide que las facultades alcancen su fin propio: la inteligencia se deja seducir por apariencias, y la voluntad por intereses y conveniencias.

* La inteligencia puede recuperar la mayor parte de su claridad a través de una palabra externa, que podemos llamar la LEY. Al definir sobre lo correcto y lo incorrecto, la LEY ayuda a que el inteligente recupere la verdad moral.

* Pero la ley es insuficiente para restablecer a la voluntad en su propósito inicial. Para ayudarla en esa línea, la providencia divina suele disponer de tres clases de eventos en la vida del pecador: (1) Experimentar las consecuencias del mal obrar, es decir, “tocar fondo;” (2) Hacerse las preguntas profundas, como: ¿Cuál es el sentido de mi vida?; (3) Conocer realizaciones concretas del bien.