¿Qué podemos hacer por el Reino de Dios?

God-Kingdom

* La expresión “Reino de Dios” es inmensa y ha sido reflexionada y discutida desde muchos ángulos. En este caso, vamos a partir del comienzo del Evangelio de Marcos, allí donde el Señor Jesús muestra que la fe, la conversión y la llegada del Reino están íntimamente conectadas.

* La realidad del reino es misteriosa pero téngase en cuenta que en cuanto a la fe, un “misterio” no es algo que no se entiende sino algo que nunca se agota; algo que nunca terminamos de entender.

* Lo primero, pues, para la llegada del Reino es acoger el llamado a conversión que nos hace Cristo. nuestros pecados retrasan y nuestra respuesta diligente y creyente apresura la llegada del Reino (véase 2 Pedro 3,12).

* Pero hay también una dimensión supra-individual, comunitaria, pública, social, del Reino. Y en este sentido hemos de hacer preguntas incómodas: ¿A quiénes no estamos llegando? ¿Qué hemos perdido y debemos recuperar? ¿Adónde no hemos podido entrar? ¿Cómo está el proceso de relevo de la fe? ¿Van creciendo las vocaciones? Y ante todo: ¿Agrada a Dios lo que hacemos y lo que evitamos?

[Predicación en la Cena Cursillista 2013.]

A trabajar!

¿Qué importa que tengas en contra al mundo entero con todos sus poderes? Tú… ¡adelante! -Repite las palabras del salmo: “El Señor es mi luz y mi salud, ¿a quién temeré?… ‘Si consistant adversum me castra, non timebit cor meum’ -Aunque me vea cercado de enemigos, no flaqueará mi corazón.”

¡Animo! Tú… puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y cobarde…, con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz?

Sé instrumento: de oro o de acero, de platino o de hierro…, grande o chico, delicado o tosco… -Todos son útiles: cada uno tiene su misión propia. Como en lo material: ¿quién se atreverá a decir que es menos útil el serrucho del carpintero que las pinzas del cirujano? -Tu deber es ser instrumento.

Trabajo… hay. -Los instrumentos no pueden estar mohosos. -Normas hay también para evitar el moho y la herrumbre. -Basta ponerlas en práctica.

Más pensamientos de San Josemaría.

Medios de transformacion hacia la santidad

Pero… ¿y los medios? -Son los mismos de Pedro y de Pablo, de Domingo y Francisco, de Ignacio y Javier: el Crucifijo y el Evangelio… -¿Acaso te parecen pequeños?

En las empresas de apostolado, está bien -es un deber- que consideres tus medios terrenos (2 + 2 = 4), pero no olvides ¡nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 + 2…

Sirve a tu Dios con rectitud, séle fiel… y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad que “si buscas el reino de Dios y su justicia, El te dará lo demás -lo material, los medios- por añadidura.”

Echa lejos de ti esa desesperanza que te produce el conocimiento de tu miseria. -Es verdad: por tu prestigio económico, eres un cero…, por tu prestigio social, otro cero…, y otro por tus virtudes, y otro por tu talento… Pero, a la izquierda de esas negaciones, está [el Uno de] Cristo… Y ¡qué cifra inconmensurable resulta!

Más pensamientos de San Josemaría.

El discipulo de Cristo como nueva criatura

41 La vida personal y social, así como el actuar humano en el mundo están siempre asechados por el pecado, pero Jesucristo, « padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y, además, abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043] El discípulo de Cristo se adhiere, en la fe y mediante los sacramentos, al misterio pascual de Jesús, de modo que su hombre viejo, con sus malas inclinaciones, está crucificado con Cristo. En cuanto nueva criatura, es capaz mediante la gracia de caminar según « una vida nueva » (Rm 6,4). Es un caminar que « vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de solo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043]

42 La transformación interior de la persona humana, en su progresiva conformación con Cristo, es el presupuesto esencial de una renovación real de sus relaciones con las demás personas: « Es preciso entonces apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de su conversión interior para obtener cambios sociales que estén realmente a su servicio. La prioridad reconocida a la conversión del corazón no elimina en modo alguno, sino, al contrario, impone la obligación de introducir en las instituciones y condiciones de vida, cuando inducen al pecado, las mejoras convenientes para que aquéllas se conformen a las normas de la justicia y favorezcan el bien en lugar de oponerse a él ».[Catecismo de la Iglesia Católica, 1888]

43 No es posible amar al prójimo como a sí mismo y perseverar en esta actitud, sin la firme y constante determinación de esforzarse por lograr el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 (1988) 565-566] Según la enseñanza conciliar, « quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 28: AAS 58 (1966) 1048] En este camino es necesaria la gracia, que Dios ofrece al hombre para ayudarlo a superar sus fracasos, para arrancarlo de la espiral de la mentira y de la violencia, para sostenerlo y animarlo a volver a tejer, con renovada disponibilidad, una red de relaciones auténticas y sinceras con sus semejantes.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1889]

44 También la relación con el universo creado y las diversas actividades que el hombre dedica a su cuidado y transformación, diariamente amenazadas por la soberbia y el amor desordenado de sí mismo, deben ser purificadas y perfeccionadas por la cruz y la resurrección de Cristo. « El hombre, redimido por Cristo y hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo: Todo es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios (1 Co 3,22-23) ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 37: AAS 58 (1966) 1055.]

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Un libro de fe se vuelve fenomeno editorial

“Iván Gutiérrez Rodríguez, nacido en Pácora, Caldas, hace 42 años, empezó su carrera de arte dramático interpretando papeles secundarios en telenovelas como La costeña y el cachaco, Pobre Pablo y El fiscal. Al tiempo que nacía su reconocimiento entre el público -una pedida de autógrafo o una foto compartida en la calle, de vez en cuando-, empezaba su incursión en la rumba y el vicio, sobre todo el alcohol. La angustia que le producía ese ritmo -y el vacío siguiente- lo llevó a una depresión que terminó por guardarlo en la habitación de la casa que compartía con su hermana y su cuñado…”

Libro fenomeno editorial

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Diez actitudes cristianas al estilo del Resucitado

“La Pascua es el tiempo de la Iglesia. “Ahora os toca a vosotros”, parece decirnos el Señor Resucitado cuando nos muestra sus llagas -el ministerio eclesial de la caridad, espléndido ejercicio del llamado “munus regendi”-, su Palabra -el ministerio eclesial docente o “munus docendi” y su pan tierno y partido -“munus sanctificandi”-. Ahora nos toca a nosotros y tenemos cincuenta días consecutivos y todos los domingos del año -la vida entera, en definitiva- para reconocer y ser testigos del Resucitado, la mejor noticia y realidad de toda la historia de la humanidad…”

Actitudes cristianas

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ESCUCHA, Vivir la Pascua en serio

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(1) En la Carta a los Colosenses, capítulo 3, el apóstol Pablo describe el efecto de la Pascua de Cristo en términos de un don recibido y de una tarea pendiente. Lo recibido es la participación en la muerte y resurrección del Señor, de modo que “hemos muerto con él” y hemos “resucitado con él.” Lo que está pendiente es dejar atrás los vicios que en otra época marcaron nuestra vida, y en cambio abrirnos a las virtudes propias de una vida en Cristo.

(2) En el mismo Colosenses 3, y para ayudarnos a descubrir aquello con lo que hemos de romper, San Pablo ofrece dos breves listas de pecados y malos hábitos. Siguiendo la terminología de Santo Tomás de Aquino, una se refiere a los abusos propios del apetito concupiscible, relacionado con el placer y el bienestar; la otra se refiere a los excesos y mal uso del apetito irascible, el que se relaciona con superar obstáculos y dificultades. Es evidente que el cristiano tiene como deber revisar su “casa” interior para descubrir cómo está obrando con respecto a esos apetitos o motores internos.

(3) No sólo hay que descubrir los errores o pecados: hay que evaluar su gravedad. En esto hay que tener especial cuidado de no dejarse llevar por indicadores puramente humanos como pueden ser: la vergüenza, la tristeza, el daño económico, o la pérdida de imagen ante los demás. Los verdaderos criterios han de partir del amor y dones que Dios nos ha dado; el daño causado a sus intereses y a la unidad de su Cuerpo, que es la Iglesia; el posible maltrato o negligencia hacia los más pequeños y pobres.

(4) En cuanto al bien que hemos de buscar, Colosenses 3 ofrece una única lista que empieza por la compasión tierna y la bondad. En efecto, sólo desde la misericordia se puede entender algo la vida humana. Pero misericordia no es negar el mal que hay en el otro, sino afirmar un bien mayor. La ternura no es sentimentalismo sino conciencia de que el corazón humano es débil y es frágil, y nada bueno sale de él por la violencia. Y la bondad nuestra no es el esfuerzo por ser buenos con alguien sino el desbordamiento de gratitud por lo bueno que Dios ha sido con nosotros. Por eso, la compasión tierna y la bondad florecen en humildad y paciencia; tienen por ceñidor el amor y por fruto propio la paz.