Democracia y Totalitarismo

“Algunos afirman que si no se es agnóstico o relativista, no se es un verdadero demócrata, porque el pensar que hay una Verdad y un Bien objetivos imposibilita el diálogo sincero entre las personas. Para éstos «la libertad os hará verdaderos», que es la antítesis de la frase evangélica «la verdad os hará libres» (Jn 8,32)…”

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La verdad como valor fundamental de la vida social

198 Los hombres tienen una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y atestiguarla responsablemente.431 Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones sociales: la convivencia de los seres humanos dentro de una comunidad, en efecto, es ordenada, fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad.432 Las personas y los grupos sociales cuanto más se esfuerzan por resolver los problemas sociales según la verdad, tanto más se alejan del arbitrio y se adecúan a las exigencias objetivas de la moralidad.

Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa 433 y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la búsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a alguna de ellas, sea promovida en todos los ámbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de relativizar sus exigencias o de ofenderla.434 Es una cuestión que afecta particularmente al mundo de la comunicación pública y al de la economía. En ellos, el uso sin escrúpulos del dinero plantea interrogantes cada vez más urgentes, que remiten necesariamente a una exigencia de transparencia y de honestidad en la actuación personal y social.

NOTAS para esta sección

431Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2467.

432Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 265-266. 281.

433Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 61: AAS 58 (1966) 1081-1082; Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 35. 40: AAS 59 (1967) 274-275. 277; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 44: AAS 80 (1988) 575-577. Para la reforma de la sociedad « la tarea prioritaria, que condiciona el éxito de todas las otras, es de orden educativo »: Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 99: AAS 79 (1987) 599.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

ESCUCHA, la Esperanza sólo crece en el jardín de la Verdad

[Predicación para un grupo de laicos en la Parroquia de Kariya, Japón, en Marzo de 2014.]

* La experiencia de Israel en el desierto es tipo de la experiencia del cristiano: así como ellos peregrinaban hacia la tierra prometida, así nosotros hacia la Casa del Padre, donde Cristo nos prepara morada perpetua.

* Si ellos soportaron la dureza del desierto, nosotros enfrentamos la dureza de un mundo en que la esperanza se ha vuelto escasa. Es difícil encontrar quien piense que el futuro será mejor que el presente. Este oscuro presentimiento sobre el pasado se cierne sobre la política y la economía, no menos que sobre la ecología o la estabilidad de la familia.

* La Plegaria Eucarística IV del Misal Romano dice que Dios educó a su pueblo en la esperanza a través de los profetas. ¿Cómo puede suceder eso, si lo que vemos en la Biblia es gente hecha del mismo barro que nosotros?

* Ante todo, conviene recordar que la esperanza es incompatible con la fantasía, si por fantasía entendemos la huida o la negación de la realidad. La esperanza sólo tiene posibilidad de nacer en la tierra de la realidad y la verdad.

* De hecho, la esperanza brota a partir de DOS VERDADES: (1) La verdad de lo que soy, y de lo que he hecho–y ello implica, la realidad del pecado cometido. (2) La verdad de lo que Dios es, y de lo que hace conmigo, sabiendo quién soy–y ello implica la verdad de su perdón que sana, corrige y restaura.

* Si uno evita esas dos verdades, se vuelve cínico. Si uno acepta la primera pero no la segunda, cae en desesperación. Si uno acepta las dos verdades, descubre la propia miseria y la misericordia divina, y sobre ese doble descubrimiento, cimienta, como sobre roca, una visión realista y a la vez positiva sobre el futuro: así brota y se fortalece la esperanza.