Desfaciendo Entuertos, No. 01

Empecemos esta serie con un caso bien claro.

Quienes aprueban el aborto voluntario suelen presentarse como “pro-choice” (sería espantoso que dijeran que son “pro-abortion”).

Choice signfica aquí la libertad de elegir que tiene la madre. ¿Y qué pasa con el niño, a quien se le niega toda libertad? El nombre “pro-choice” es una mentira; envuelve un engaño para “venderlo,” es decir, para hacerlo pasable y políticamente viable. Es un entuerto, y no queremos que nos engañe más.

Bienaventurada Laura Montoya

Siendo yo todavía un niño, ciertamente rollizo, encontré en casa de mis abuelos, en Barranquilla, una biografía de la Madre Laura. Ella y San Martín de Porres, un humilde hermano dominico, fueron los dos únicos santos por cuya vida me interesé a esas edades. Y hoy puedo hablar públicamente de la santidad de la M. Laura, porque gracias a Dios, este mismo domingo será beatificada por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro. De la página del Vaticano tomo lo que sigue. ¡Laus Deo!

Madre Laura Montoya Upegui

Laura Montoya (1874-1949)

La Madre Laura Montoya Upegui, estando en la Basílica de San Pedro en el mes de noviembre del año 1930, después de una viva oración eucarística escribe: «Tuve fuerte deseo de tener tres largas vidas: La una para dedicarla a la adoración, la otra para pasarla en las humillaciones y la tercera para las misiones; pero al ofrecerle al Señor estos imposibles deseos, me pareció demasiado poco una vida para las misiones y le ofrecí el deseo de tener un millón de vidas para sacrificarlas en las misiones entre infieles! Mas, ¡he quedado muy triste! y le he repetido mucho al Señor de mi alma esta saetilla: ¡Ay! Que yo me muero al ver que nada soy y que te quiero!».

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Una nueva forma de guerra (3a. parte)

¿Es posible la comunidad?

Vemos que la sociedad basada en un estado racional y laico produce un vacío de comunidad. Para ser más precisos: el Estado moderno se concibe como un ámbito en que el individuo y la colectividad tienen sus roles, derechos y deberes claramente delimitados. El problema es que entre el individuo, en su soledad angustiosa o felicitaria, y el Estado, en su racionalidad y acumulación de poder, no queda espacio para una auténtica ecología de la comunidad. Si este aserto es correcto, lo que estoy diciendo es que el Estado, aunque no obligue al aislamiento sí lo privilegia, y con ello favorece las condiciones de cultivo de amenazas, como el terrorismo, que luego no puede controlar.

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Una nueva forma de guerra (2a. parte)

El anonimato

El terrorismo puede esconderse para actuar porque se apoya en la ambigüedad de una palabra muy típica de nuestra sociedad occidental. Hablo del anonimato.

Ser anónimo es ambiguo porque trae tanto ventajas como desventajas. Estas últimas suelen nombrarse primero: la soledad emocional, la sensación de falta de rumbo, la angustia existencial, por ejemplo. Pero hay ventajas también: ser solo es no tener que rendir cuentas. En el marco amplísimo de unos códigos civiles o de comportamiento como los de Europa cada quien es libre de obrar como le place, a su aire, a su apetito. Y esa idea sí que seduce por aquí, bajo el hechizo de un verbo reciente: reinventarse. El sueño sartriano de una existencia sin esencia, de una identidad peregrina de su propio impulso, de una vida sin más derrotero que su querer, eso, exactamente eso lo posibilita el anonimato. Cada uno se convierte en el dueño de su identidad, hasta límites inimaginables.

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Medio Millón de Cámaras

Un informe reciente habla de Londres, la ciudad capital más extensa de Europa, y su medio millón de cámaras de circuito cerrado de televisión.

En promedio, un turista que llega a Londres es visto por más de 300 cámaras de vigilancia en un solo día, desde el aeropuerto hasta los lugares de compras o los lugares más comunes. Las cifras son diferentes desde luego en otras partes del mundo, pero en todas partes están creciendo.

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Mensaje de Fin de Año

Amigos en la fe,

La vida, como un río, tiene momentos de transcurrir sosegado y tiene cascadas. Fluye a veces en el ritmo monótono de una rutina que incluso nos cansa; otras veces, se precipitan en rápida sucesión cambios o sorpresas que pueden alegrarnos o deprimirnos súbitamente.

Llegan de pronto otros tiempos en que las aguas se remansan. Algo adentro y algo afuera nos llama a reflexión. Es preciso hacer un alto y darnos tiempo para unas cuantas preguntas profundas. Son los momentos densos de nuestra existencia.

Me he preguntado a veces en qué consiste esa densidad o qué hace que ciertos días estemos más receptivos y más sensibles a los temas hondos de la vida. Creo que es algo que tiene que ver con el tiempo. Al fin y al cabo, como alguno dijo, todo lo que tenemos y lo único que tenemos es tiempo. Los hilos de nuestra temporalidad son los hilos mismos de nuestra vida. Y al fin y al cabo, ¿qué es vivir, sino ir trenzando con mayor o menor acierto esos tres hilos que se llaman presente, pasado y futuro?

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La educación en una sociedad liberal

Ayer en la noche fui a un “Concierto de Invierno” en el UCD (University College Dublin). Precioso. El director, Desmond Earley, tenía de qué sentirse feliz. Los aplaudieron (aplaudimos) a rabiar. Los jóvenes intérpretes –es una coral de estudiantes del UCD–, hombres y mujeres, se lucieron en latín, italiano, inglés, irlandés y alemán. Villancicos, salmos, motetes, folclor irlandés y un toque de Yesterday. Nada mal para estudiantes de medicina, derecho, ingeniería (y también arte y música, por supuesto).

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Parecía una esperanza…

… y ya no lo es. Ni parece que lo vaya a ser.

La impresionante reunión del Foro Mundial Social en Porto Alegre (Brasil), en enero de 2003, ha sido quizá la manifestación articulada antiglobalización y antiliberalismo despiadado más grande que hayamos visto en tiempos recientes. En Europa es noticia nuevamente Porto Alegre, por la reunión del Foro Social Europeo, del 12 al 15 de noviembre de 2003 en París, Saint-Denis, Bobigny y Ivry. Conviene recordar que este Foro Europeo, en su segunda edición (la primera fue en Florencia, 2002), se considera la traducción a lo “local” de los logros y consensos de Porto Alegre, es decir, que esta reunión en Francia suscribe la Carta de Principios que fue redactada y aprobada en Brasil.

Para aquellos de nosotros, que, por sentido común, convicción humanista o fundada postura religiosa, vemos con desconfianza y rechazo la evolución homicida del liberalismo económico global, este genero de conciencia y de actividad social debería constituir una buena noticia; debería ser una esperanza, pero no lo es. Y esa es la tristeza que debo anunciar hoy, como se anuncia la muerte de un niño o el suicidio de un amigo joven.

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