¿Es la Ecología la Nueva Religión?

EcologíaLa Ecología es la ciencia que mira a los seres vivos en relación con su entorno y por ello mismo en la complejidad de sus mutuas relaciones. Es una ciencia con nombre hermoso porque la raíz “eco” viene del griego “oikos” que quiere decir “casa;” es la misma raíz que está en la palabra “economía.” Según eso, la ecología quiere que conozcamos nuestra “casa común,” que en cierto sentido es este planeta Tierra, y en otro sentido se confunde con el universo, con el cosmos mismo.

Surgimiento de la Conciencia Ecológica

El surgimiento de la ecología hasta las primeras planas de los diarios no sucede por causas tan hermosas, sin embargo. El siglo XIX inició la llamada Revolución Industrial, de la cual podemos decir que no se ha detenido. Las máquinas de vapor, o más tarde, de los derivados del petróleo, el uso extenso de la electricidad y el fenómeno imparable del urbanismo han afectado no sólo nuestras vidas sino el presente y el futuro de la vida en el planeta. Los primeros usuarios de los vehículos de gasolina tenían demasiadas cosas de qué preocuparse para darse cuenta de que sus aparatos estaban también produciendo contaminación. Con una población motorizada de millones y millones de personas aglomeradas en espacios relativamente pequeños, pronto esta contaminación se hizo visible. Ciudades como Londres o Chicago se hicieron famosas por su “smog,” neologismo para designar una niebla (fog) que viene del humo (smoke) de nuestras máquinas. El smog fue una de las primeras señales de que no todo iba bien con el avance acelerado de la industrialización.

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Los fundamentos de la democracia

[Un texto de Michael F. Hull, traducido por la Congregación para el Clero]

La palabra “democracia” es difícil de definir y sus fundamentos son difíciles de articular, ya que tal palabra es utilizada de modos muy diferentes, especialmente de parte de grupos de intereses como los partidos políticos, los medios de comunicación de masa, los aparatos gubernativos. Desde el punto de vista filológico, democracia significa “gobierno del pueblo” (de la lengua griega). Éste es el fundamento de cada pensamiento democrático, o bien que los que son gobernados tendrían que participar de algún modo al propio gobierno; pero la extensión de tal poder, sea total o parcial, y los medios con los que es ejercitado, por los ciudadanos mismos o por sus representantes, difícilmente pueden responder o ser acomunados bajo un criterio unívoco. En efecto, el espectro semántico atribuido a la palabra democracia, a menudo capciosamente, es tan amplio que hace a esta palabra casi priva de significado. Su raíz etimológica, sin embargo, expresa bien su principio fundante: el gobierno del pueblo.
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La pureza como revolución social

Existe la idea de que la pureza es una virtud individual, algo así como un hobby que ciertas personas cultivan como aditamento a sus convicciones privadas o sus represiones sexuales. Si algo ha quedado grabado en mi corazón de mi paso por Villavicencio es que lo privado y lo público refluyen el uno en el otro de manera continua e inseparable.

Dos ejemplos.

Se sabía que un alcalde de aquella época había sido, y probablemente seguía siendo, un drogadicto. Supuestamente eso pertenecía a su historia personal. Sin embargo, viendo tantos brotes de ineficiencia y burocracia, y tanta incapacidad de poner freno a los desmanes, mucha gente sacó la única conclusión lógica: “A este hombre sólo le importa su comodidad y pasarla bien, así la ciudad se caiga a pedazos.” En efecto, uno piensa: no es distinto el cuerpo que se acostumbra a drogarse y el cuerpo que se sienta en su despacho a atender los problemas de la ciudad.

Dígase otro tanto de otros temas. Si casi toda la plana editorial de un periódico de amplia circulación hace tiempos que practica el adulterio, el intercambio de parejas y todo tipo de experimentos afectivo-sexuales, hay que decir: Es el mismo cuerpo el que de noche refocila y de día escribe editoriales.

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Video-juegos Violentos: La Nueva Generación

Nuevas posibilidades tecnológicas y nuevas preocupaciones

(ZENIT.org).- Una nueva generación de sofisticados y violentos vídeo-juegos está avivando viejas preocupaciones.

Entre los nuevos está Kaboom, un juego on-line que permite a los jugadores guiar a un suicida con bombas mientras corre en medio de una calle llena de gente, en dirección al momento de la detonación. Cuanto más personas asesinadas o heridas, mayor es la puntuación, informó el New York Times el 5 de diciembre.

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Estoy triste

Estoy triste, sí; no sólo por la crueldad rampante del terrorismo; no sólo por el dolor prolongado de los que aguardan con angustia que se encuentre un pedazo del cuerpo de un ser querido; no sólo por el temor de que nuevos ataques cubran de luto nuevas familias y de más lágrimas nuestra tierra…

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Sigamos oyendo…

Publica Terra:

En declaraciones a EFE antes de clausurar el Foro de Madrid por la Competitividad organizado por la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE), la presidenta de la Comunidad Autónma de Madrid, Esperanza Aguirre, manifestó a Efe que ‘considerar la homosexualidad una patología (como dijo ayer el catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense Aquilino Polaino, citado por el PP en la Comisión de Justicia del Senado) o una enfermedad es una concepción no ya del siglo XX sino del siglo XIX’.

En su opinión, ‘las enfermedades están para ser erradicadas y la orientación sexual es una cuestión que pertenece a cada individuo y es una decisión libre de cada hombre y de cada mujer’, por lo que ‘en absoluto puede considerarse una patología’.

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Oigamos, oigamos…

Sigo con el tema de la manifestación del sábado pasado, porque en lo que se dijo, se calló o se refutó ese día en Madrid. Sería un grave error no escuchar lo que dicen quienes no comparten nuestras ideas, porque impide tres cosas: corregir lo que haya que corregir, descubrir la verdad que no sabemos, y divulgar del mejor modo lo que parece correcto en nuestra apreciación de lo cierto y bueno.

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Pregunta aterradora

Con estas o parecidas palabras lo han dicho los diarios:

La periodista italiana Giuliana Sgrena, secuestrada durante un mes en Irak, regresó este sábado a Italia, herida y muy afectada por la muerte de uno de los agentes secretos que la acompañaban tras su liberación. Soldados de EEUU tirotearon su vehículo cuando se dirigía al aeropuerto de Bagdad, y alcanzaron mortalmente al agente Nicola Calipari, que protegió con su propio cuerpo a la reportera de los disparos, por lo que hoy se le rinden honores de héroe.

Otros dos agentes resultaron heridos en la refriega, uno de ellos grave, además de la propia Sgrena que, tras aterrizar en el aeropuerto romano de Ciampino, fue conducida en ambulancia al hospital militar del Celio, donde en los próximos días será operada de una fractura de clavícula. (Versión de La Voz Digital para el 5 de Marzo de 2005)

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Agridulce

No hace mucho alguien propuso la simpática idea de comparar los precios entre lugares muy distantes con un criterio distinto a dólares, euros o salarios mínimos, pues todas estas variables significan cosas distintas en contextos locales con diverso poder adquisitivo: no es igual tener 50 dólares en el centro de New York que en el centro de Asunción.

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Desfaciendo Entuertos, No. 01

Empecemos esta serie con un caso bien claro.

Quienes aprueban el aborto voluntario suelen presentarse como “pro-choice” (sería espantoso que dijeran que son “pro-abortion”).

Choice signfica aquí la libertad de elegir que tiene la madre. ¿Y qué pasa con el niño, a quien se le niega toda libertad? El nombre “pro-choice” es una mentira; envuelve un engaño para “venderlo,” es decir, para hacerlo pasable y políticamente viable. Es un entuerto, y no queremos que nos engañe más.

Una nueva forma de guerra (3a. parte)

¿Es posible la comunidad?

Vemos que la sociedad basada en un estado racional y laico produce un vacío de comunidad. Para ser más precisos: el Estado moderno se concibe como un ámbito en que el individuo y la colectividad tienen sus roles, derechos y deberes claramente delimitados. El problema es que entre el individuo, en su soledad angustiosa o felicitaria, y el Estado, en su racionalidad y acumulación de poder, no queda espacio para una auténtica ecología de la comunidad. Si este aserto es correcto, lo que estoy diciendo es que el Estado, aunque no obligue al aislamiento sí lo privilegia, y con ello favorece las condiciones de cultivo de amenazas, como el terrorismo, que luego no puede controlar.

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Una nueva forma de guerra (2a. parte)

El anonimato

El terrorismo puede esconderse para actuar porque se apoya en la ambigüedad de una palabra muy típica de nuestra sociedad occidental. Hablo del anonimato.

Ser anónimo es ambiguo porque trae tanto ventajas como desventajas. Estas últimas suelen nombrarse primero: la soledad emocional, la sensación de falta de rumbo, la angustia existencial, por ejemplo. Pero hay ventajas también: ser solo es no tener que rendir cuentas. En el marco amplísimo de unos códigos civiles o de comportamiento como los de Europa cada quien es libre de obrar como le place, a su aire, a su apetito. Y esa idea sí que seduce por aquí, bajo el hechizo de un verbo reciente: reinventarse. El sueño sartriano de una existencia sin esencia, de una identidad peregrina de su propio impulso, de una vida sin más derrotero que su querer, eso, exactamente eso lo posibilita el anonimato. Cada uno se convierte en el dueño de su identidad, hasta límites inimaginables.

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