Resistir y saber avanzar en medio de las dificultades

¿Te riñen? -No te enfades, como te aconseja tu soberbia. -Piensa: ¡qué caridad tienen conmigo! ¡Lo que se habrán callado!

Cruz, trabajos, tribulaciones: los tendrás mientras vivas. -Por ese camino fue Cristo, y no es el discípulo más que el Maestro.

Una mala noche, en una mala posada. -Así dicen que definió esta vida terrena la Madre Teresa de Jesús. -¿No es verdad que es comparación certera?

Te apuras y entristeces porque tus Comuniones son frías, llenas de aridez. -Cuando vas al Sacramento, dime: ¿te buscas a ti o buscas a Jesús? -Si te buscas a ti, motivo tienes para entristecerte… Pero si -como debes- buscas a Cristo, ¿quieres señal más segura que la Cruz para saber que le has encontrado?

Un querer sin querer es el tuyo, mientras no quites decididamente la ocasión. -No te quieras engañar diciéndome que eres débil. Eres… cobarde, que no es lo mismo.

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Que no te asusten las contradicciones

No sé por qué te asustas. -Siempre fueron poco razonables los enemigos de Cristo. Resucitado Lázaro, debieron rendirse y confesar la divinidad de Jesús. -Pues, no: ¡matemos al que da la vida!, dijeron. Y hoy, como ayer.

En las horas de lucha y contradicción, cuando quizá “los buenos” llenen de obstáculos tu camino, alza tu corazón de apóstol: oye a Jesús que habla del grano de mostaza y de la levadura. -Y dile: “edissere nobis parabolam” -explícame la parábola. Y sentirás el gozo de contemplar la victoria futura: aves del cielo, en el cobijo de tu apostolado, ahora incipiente; y toda la masa fermentada.

Si recibes la tribulación con ánimo encogido pierdes la alegría y la paz, y te expones a no sacar provecho espiritual de aquel trance.

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Saber sufrir con provecho del alma

De ordinario comes más de lo que necesitas. -Y esa hartura, que muchas veces te produce pesadez y molestia física, te inhabilita para saborear los bienes sobrenaturales y entorpece tu entendimiento. ¡Qué buena virtud, aun para la tierra, es la templanza!

El vendaval de la persecución es bueno. -¿Qué se pierde?… No se pierde lo que está perdido. -Cuando no se arranca el árbol de cuajo -y el árbol de la Iglesia no hay viento ni huracán que pueda arrancarlo- solamente se caen las ramas secas… y esas, bien caídas están.

Jesús: por dondequiera que has pasado no quedó un corazón indiferente. -O se te ama o se te odia. Cuando un varón-apóstol te sigue, cumpliendo su deber, ¿podrá extrañarme -¡si es otro Cristo!- que levante parecidos murmullos de aversión o de afecto?

¿Estás sufriendo una gran tribulación? -¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril: “Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. -Amén. -Amén.” Yo te aseguro que alcanzarás la paz.

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Fundamento espiritual

Hazlo todo con desinterés, por puro Amor, como si no hubiera premio ni castigo. -Pero fomenta en tu corazón la gloriosa esperanza del cielo.

Dice Jesús: “y cualquiera que deje casa o hermanos o hermanas o padre o madre o esposa o hijos o heredades por causa de mi nombre, recibirá cien veces más y poseerá la vida eterna”. -¡A ver si encuentras, en la tierra, quien pague con tanta generosidad!

Está seguro de que eres hombre de Dios si llevas con alegría y silencio la injusticia.

Es verdad que fue pecador. -Pero no formes sobre él ese juicio inconmovible. -Ten entrañas de piedad, y no olvides que aún puede ser un Agustín, mientras tú no pasas de mediocre.

Todas las cosas de este mundo no son más que tierra. -Ponlas en un montón bajo tus pies, y estarás más cerca del cielo.

No pongas tus amores aquí abajo. -Son amores egoístas… Los que amas se apartarán de ti, con miedo y asco, a las pocas horas de llamarte Dios a su presencia. -Otros son los amores que perduran.

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La alegría como diagnóstico de la vida cristiana

Caras largas…, modales bruscos…, facha ridícula…, aire antipático: ¿Así esperas animar a los demás a seguir a Cristo?

¿No hay alegría? -Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. -Casi siempre acertarás.

Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. -Pide esa misma alegría sobrenatural para todos.

“Lætetur cor quærentium Dominum” -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. -Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza.

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Alegría

La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre.

Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. -¿Salen mal? -Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz.

La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro Padre-Dios.

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Discreción y sabiduría

No pretendas que te “comprendan”. -Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.

Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol -¡a cuántos se les va “la fuerza” por la boca!- y te evitarás muchos peligros de vanagloria.

¡Qué ejemplo de discreción nos da la Madre de Dios! Ni a San José comunica el misterio. -Pide a la Señora la discreción que te falta.

Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. -Y esto, aunque estés justísimamente airado. -Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras.

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Cultivar la discreción

¿Cómo te atreves a encarecer que te guarden el secreto…, si esta advertencia es la señal de que no has sabido guardarlo tú?

Discreción es… delicadeza. -¿No sientes una inquietud, un malestar íntimo, cuando los asuntos -nobles y corrientes- de tu familia salen del calor del hogar a la indiferencia o a la curiosidad de la plaza pública?

Calla: No olvides que tu ideal [de servicio a Cristo] es como una lucecica recién encendida. -Puede bastar un soplo para apagarla en tu corazón.

¡Qué fecundo es el silencio! -Todas las energías que me pierdes, con tus faltas de discreción, son energías que restas a la eficacia de tu trabajo. -Sé discreto.

Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones.

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Sobre la pobreza voluntaria

No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. -No te crees necesidades.

Si eres hombre de Dios, pon en despreciar las riquezas el mismo empeño que ponen los hombres del mundo en poseerlas.

No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor.

No amas la pobreza si no amas lo que la pobreza lleva consigo.

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ESCUCHA, ABC del Misterio de la Cruz

Escuela de Vida Interior, Tema 27: ABC del Misterio de la Cruz

* En el Credo proclamamos la verdad de la muerte de Cristo como elemento integral de nuestra fe. ¿Por qué es así? ¿Por qué en el caso de tantos otros líderes religiosos, como Mahoma o Confucio, el tipo de muerte y el hecho mismo de morir no tienen más trascendencia que la que tienen en cualquier otra persona, mientras que para los cristianos es evidente que la muerte en Cruz significa algo fundamental?

* Para responder, cabe destacar en primer lugar que la Cruz, ante todo, avanza en perfecta continuidad con la enseñanza de Cristo. El que tantas veces habló de amar a los enemigos hizo lo que había predicado pues manifestó un amor de inmensa generosidad hacia los mismos que le causaban tan terrible daño. podemos decir que la Cruz es MENSAJE. Su carácter ejemplar es profunda inspiración para todo el que quiera llevar una vida humana a su más sublime altura.

* Pero si uno se pregunta de dónde viene la fuerza para esa coherencia encontramos algo más que un esfuerzo de la voluntad. Jesucristo puede permanecer en su tarea y misión gracias a la unión con Dios Padre. La Cruz es REVELACIÓN de lo que significa ser hijo de Dios; es incluso revelación de Dios mismo. La hora “de las tinieblas” como la llamó Cristo al padecer se convierte en hora “de luz” que muestra la verdad del hombre y de Dios.

* Frente a la Cruz uno se descubre entonces deficiente, incompleto, incoherente. La Cruz es DENUNCIA. No solamente pecador por cuenta de los pecados más grandes y visibles sino sobre todo pecador por la multitud de omisiones, complicidades, egoísmos infantiles, mentiras cobardes e ignorancias preferidas.

* Mas el tamaño de nuestros pecados no opaca sino que agranda la revelación de la piedad infinita de Dios manifiesta en el sacrificio mismo de su Hijo que quiso entregarse por nosotros y por todos. La Cruz es así la FUENTE DE GRACIA y de esperanza porque es fuente de misericordia. Es el lugar donde son acogidos los no-compadecidos.

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Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

is.gd/vida_interior_03

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

Te apuesto que no lo habías pensado

Jerarquía. -Cada pieza en su lugar. -¿Qué quedaría de un cuadro de Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada hilo de la tela se soltase, cada trozo de madera del bastidor se separase de los otros?

¡Oh poder de la obediencia! -El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano. -Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron “piscium multitudinem copiosam” -una gran cantidad de peces. -Créeme: el milagro se repite cada día.

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De nuevo, la humildad

La humildad es otro buen camino para llegar a la paz interior. -“El” lo ha dicho: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón… y encontraréis paz para vuestras almas”.

No es falta de humildad que conozcas el adelanto de tu alma. -Así lo puedes agradecer a Dios. -Pero no olvides que eres un pobrecito, que viste un buen traje… prestado.

El propio conocimiento nos lleva como de la mano a la humildad.

Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista. -Y nada más. -Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor.

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Aprender a obedecer

Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero. -Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.

Obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento -que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro.

El enemigo: ¿obedecerás… hasta en ese detalle “ridículo”? -Tú, con la gracia de Dios: obedeceré… hasta en ese detalle “heroico”.

¡Qué lástima que quien hace cabeza no te dé ejemplo!… -Pero, ¿acaso le obedeces por sus condiciones personales?… ¿O el “obedite praepositis vestris” -obedeced a vuestros superiores-, de San Pablo, lo traduces, para tu comodidad, con una interpolación tuya que venga a decir…, siempre que el superior tenga virtudes a mi gusto?

¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: “obedecer siempre es ser mártir sin morir”!

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