Hay lugares donde se siente palpitar el alma de un país. Así, por ejemplo, es imposible no sentir a los Estados Unidos junto a la estatua de la libertad, o no sentir a Francia junto a la torre Eiffel. Llega un punto en que se consuma una especie de “fusión” entre el lugar y su historia, de un lado, y del otro, el fluir de la vida de aquellos que le han llenado con sus voces, sus problemas y sus sueños.
Por las calles
¿Dónde empieza la cultura? En la infancia. Junto con la leche materna (o enlatada) bebemos no sólo lo que alimentará nuestro cuerpo sino lo que alimentará nuestros sueños o temores, nuestras ilusiones o complejos.
Un “mirador” del mundo
Hoy, de vuelta de una librería, pensaba que Irlanda es un excelente “mirador” del mundo. Por aquí circula mucho de Europa. En los buses, especialmente en verano, según entiendo, viene mucho turista: italianos, chinos, japoneses, ingleses, norteamericanos, franceses… a todos ellos los he encontrado en el día de hoy, sin ir a lugares exóticos o raros.