MEMORIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
El Papa nos pone en la ruta de la audacia y obediencia de Ignacio, y la sencillez y alegría de Francisco.
Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
MEMORIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
El Papa nos pone en la ruta de la audacia y obediencia de Ignacio, y la sencillez y alegría de Francisco.
A pocos días de iniciar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), somos millones los que aguardamos con gozosa expectativa esos días que se anuncian llenos de sabiduría, fraternidad y alegría. No perdamos de vista que se trata de un evento único: sencillamente no hay otra persona en la tierra que pueda congregar por varios días a tantos jóvenes que no buscan vandalismo ni escapismo, sino una oportunidad de ahondar su fe en un espíritu de encuentro y acogida mutua.
Ahora bien, los encuentros con el Papa, siendo el centro de atención de los participantes y de los medios de comunicación, no son todo. La estructura misma de la JMJ se ha ido enriqueciendo con otra serie de experiencias que en su conjunto dejarán recuerdos imborrables en los jóvenes. La acogida en los diversos lugares, las catequesis, las celebraciones sacramentales masivas (incluyendo la confesión), están llamadas a quedar escritas en la memoria de fe de los participantes.
El país anfitrión, en este caso Brasil, recibe no pocos bienes de un encuentro de fe de estas proporciones. Incluso desde el punto de vista económico, como quedó bien demostrado en la última edición de la JMJ, en Madrid. Se cumplió en aquella ocasión lo de que no hay mal que por bien no venga, pues tanto escepticismo y crítica de los enemigos de la Iglesia, en cuanto al asunto económico, llevó a que las cifras se hicieran públicas muy visiblemente, con lo cual se supo que no es mal “negocio” invitar a alguien como el Sucesor de Pedro. Es desear, sin embargo, que la querida nación brasilera, recientemente sacudida por diversas protestas sociales, pueda encontrar luz y esperanza en la fe, entendida por supuesto como compromiso con la realidad concreta de este mundo y a la vez como mirada cargada de esperanza hacia las realidades últimas, las que sólo nos vienen “por gracia y mediante la fe.”
Nuestra responsabilidad, la de todos, y muy particularmente la de quienes no estaremos de cuerpo presente en Río de Janeiro, es custodiar con nuestra oración cada etapa del encuentro, y muy especialmente los momentos en que la palabra del primer Papa latinoamericano resonarán en los oídos y corazones de millones y millones de jóvenes. Ya sabemos qué esperar del Papa Francisco: toneladas de fe, alegría, franqueza, llamado a la conversión por vía de la fe y la práctica de las virtudes. Su lenguaje llano y a transparencia que une su pensar, hablar y obrar son sus grandes aliados, pero eso no nos exime de orar por él, sabiendo que su corazón no quiere impresionar a nadie sino tocar a todos con la bondad, la luz y la hermosa exigencia del amor de Cristo.
[La fe del Papa Benedicto y la pobreza del Papa Francisco – Retiro Espiritual para el Monasterio de Santa María Reina, en Zamora, España. Junio de 2013.]
Tema 12 de 12: La Iglesia, comunidad de frontera
* Debemos particularmente al dominico Felicísimo Martínez la convicción de que la evangelización, y en realidad, la Iglesia entera está llamada a estar presente sobre todo en las fronteras. por ejemplo: la frontera entre la vida y la muerte; entre la creencia y la increencia; entre una vida miserable y una vida digna; en la pertenencia o no a la fe católica.
* En la misma línea, algunos filósofos y teólogos de la liberación acertaron sin duda al subrayar el riesgo de complicidad con el mundo en que incurre la Iglesia cuando se aficiona al “centro,” al poder, a tenerlo todo a punto, a mano y a placer. Una Iglesia “instalada” es a menudo una Iglesia traidora de su propia vocación e incapaz de realizar con verdad y eficacia su misión.
* Los dominicos sabemos algo de esto por un evento que está grabado en nuestros orígenes: aquellos monjes que con aparatosa caravana querían argumentar con los herejes lograron poco y nada. La “agilidad” del obispo Diego, y de Domingo; su “flexibilidad” para aprender de sus propios adversarios; su “libertad” para apegarse a lo esencial y desprenderse de lo demás, los hicieron instrumentos idóneos para el Evangelio, y para la implantación misma de la Iglesia en regiones que ya estaban prácticamente perdidas.
* Si volvemos a los textos mismos del Evangelio, ¿qué encontramos? A Cristo rodeado de lo más despreciado del mundo. Cristo es el “Dios-con-nosotros” pero los primeros que pueden decir eso, y que lo dicen con el alma colmada de gozo, son los pobres. El mismo Señor lo dijo: “los pobres son evangelizados,” citando a Isaías 61.
* Una anotación parecida hace Pablo a la comunidad de Corinto: “Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención, para que, tal como está escrito: EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR.” (1 Corintios 1,26-31). Y también Santiago, especialmente en 1,9-11; 2,1-7.
* Queda claro entonces el camino de la Iglesia, a partir de la sobriedad, el servicio, la generosidad, el usar las cosas sin dejarnos poseer por ellas, y el buscar en todo cómo se da gloria a Dios y cómo se expresa mejor su amor inconmensurable en favor de los pequeños.
[La fe del Papa Benedicto y la pobreza del Papa Francisco – Retiro Espiritual para el Monasterio de Santa María Reina, en Zamora, España. Junio de 2013.]
Tema 2 de 12: El itinerario espiritual y de fe de Jorge Mario Bergoglio
* Contexto latinoamericano:
(1) A la luz del Concilio Vaticano II, los obispos de Latinoamérica, reunidos en Medellín (1968) leen con particular atención la relación entre Iglesia y mundo. Salta a la vista una realidad escandalosa: la injusticia social.
(2) En 1971 Gustavo Gutiérrez, entonces sacerdote diocesano del Perú, publica su obra “Teología de la Liberación” privilegiando de modo casi unilateral la categoría “Pueblo de Dios” y la descripción de la obra de Dios como un “éxodo.”
(3) En la década de los 70s muchos quieren leer el Concilio en clave de una serie de contraposiciones que harán mucho daño: sacramentalizar vs. evangelizar; religiosidad popular vs. comunidad formada; clero vs. pueblo de Dios; y sobre todo ortodoxia vs. ortopraxis.
(4) Al final los ánimos se van exacerbando y se planteará descaradamente la incompatibilidad entre una Iglesia llamada “verticalista” (la cual se quiere hacer coincidir con todo lo anterior al Vaticano II) y una Iglesia “horizontal” o “de comunión” (que sería la propia del Vaticano II). Surge de aquí una mirada de desconfianza, desprecio o confrontación hacia el magisterio de la Iglesia.
(5) La escogencia de unos mismos textos bíblicos, usados hasta el hastío, toma las características de un “canon dentro del canon” : parece importar sólo lo que apoye una determinada línea de pensamiento y acción, a la espera de que el resto de la Biblia sea “releído” como simple apéndice o preparación para los textos considerados centrales, que son,por supuesto, los que van en la línea de un cambio en las condiciones de vida de los pobres.
(6) Y como se quiere definir a la Iglesia por un único aspecto, a saber, la elevación de la dignidad humana, entonces se buscan los medios más eficaces para generar cambios en al sociedad. Es aquí donde se comete el peor error: adoptar el análisis marxista de la realidad social, aun en contra de tantas evidencias de la Sagrada Escritura.
(7) La caída del comunismo soviético y las vigorosas intervenciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida en ese momento por el cardenal Joseph Ratzinger, producen un cambio de interés y de dirección, que llevará poco a poco a la teología de la liberación hacia un declive cada vez más profundo.
* Jorge Mario Bergoglio, S.J., testigo de excepción de este itinerario, define su perfil de cara a la realidad que ha conocido, amado y servido desde su juventud. Surgen así cuatro claves de su pensamiento y acción:
(1) La injusticia en la comunidad humana es una herida en el corazón de Dios.
(2) Ninguna ideología, y en ningún caso el marxismo, da verdadera respuesta a los pobres, a quienes sencillamente usa para sus propósitos.
(3) Debe entonces uno empezar por sí mismo: por la sobriedad, la sencillez y sobre todo el servicio.
(4) No se trata sólo de ver a Cristo en los pobres sino de aprender de los pobres cómo ver a Cristo.
[La fe del Papa Benedicto y la pobreza del Papa Francisco – Retiro Espiritual para el Monasterio de Santa María Reina, en Zamora, España. Junio de 2013.]
Tema 1: El itinerario que llevó al Papa Benedicto a declarar un Año de la Fe
* El Espíritu Santo nos ha concedido, para la cátedra de Pedro, hombres grandes en su unión con Dios y su docilidad al Espíritu, cada uno con su don particular. En Benedicto vemos a un maestro de la fe; en Francisco a un profeta de la pobreza evangélica.
* ¿De dónde nace en Benedicto XVI la idea de un “Año de la Fe”? Guiándonos por sus propias palabras encontramos motivaciones “ad extra” y “ad intra” de la Iglesia.
* Ad extra:
(1) La tiranía del relativismo, que mira con escepticismo y descalifica de entrada todo empeño serio de llegar a la verdad;
(2) Las erupciones de fundamentalismo: reacciones obnubiladas al relativismo, que tampoco se ponen en marcha hacia la verdad porque se consideran en completa posesión suya;
(3) La ideología del secularismo, que no se plantea la verdad religiosa sino que por principio quiere excluirla del debate público.
* Ad intra:
(1) La primacía, entre los teólogos, de una mentalidad de gremio, con lo cual no se consideran en primer lugar a servir a la verdad del Evangelio sino a protegerse mutuamente;
(2) La mentalidad de funcionario que penetra amplios sectores del sacerdocio ministerial, con graves consecuencias: doble vida, consideración externalista de las funciones del ministerio, etc.
(3) Empuje de una hermenéutica de la ruptura con respecto al Concilio Vaticano II, con lo cual se ve a Dios como presente únicamente hasta, o únicamente desde el mismo Concilio.
“Juan Pablo II nos regaló el “Catecismo de la Iglesia Católica” para confirmar hoy nuestra fe. Y tanto él como Benedicto XVI nos han dado encíclicas muy clarificadoras sobre los temas de nuestro tiempo..La doctrina está clara, pero la tenemos que asimilar los cristianos de a pie . ¿No le tocará ahora a Francisco dárnoslas en bocaditos pequeños al alcance nuestras pobres gargantas?”
Click!
Se cumple el primer mes del pontificado del primer Papa Jesuita y primer Papa latinoamericano. Han sido días intensos, sin duda, y su imagen y sus gestos han producido un profundo impacto en los creyentes, y aun en personas ajenas al mundo católico.
Hace poco tuve ocasión de ofrecer una conferencia sobre el camino que nos va mostrando este Papa, verdadero don del Espíritu Santo para la Iglesia de nuestro tiempo. Puedes escucharla aquí. Espero que esas palabras nos ayuden a valorar el ministerio del Sucesor de Pedro, y a acompañarlo siempre con nuestro afecto y oración.
[Conferencia en la Parroquia de María Reina, en Puerto Azul, Guayaquil.]
(1) ¿Qué es un Papa? ¿Cuál es el fundamento bíblico e histórico del ministerio del Obispo de Roma?
(2) Algunos datos biográficos y semblanza de Mons. Jorge Mario Bergoglio.
(3) El programa espiritual que propone el Papa Francisco: Caminar, Edificar y Confesar a Jesucristo.
(4) Nosotros y el Papa.