Una propuesta nueva y a la vez un servicio de profundas raíces de fe, para Colombia y para el mundo.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
[Vocación profética de la Vida Religiosa: un retiro ofrecida a las Dominicas de la Inmaculada, en Ecuador. Julio de 2014.]
Tema 11 de 16: Órdenes Mendicantes
* Una serie de nuevos contextos culturales aparecen entre los siglos XII y XIII: el “evangelismo,” que quiere leer la Biblia “sin glosa” y aplicarla al pie de la letra; el afianzamiento de los centros urbanos como polos de crecimiento y desarrollo; la redistribución del tejido social según oficios y gremios, y no por nobleza o clerecía. Es tiempo de experimentos, novedades y herejías. ¿Cómo se puede hacer presente la fe cristiana en ese conjunto nuevo de situaciones?
* Las Órdenes Mendicantes son en buena parte una respuesta. Su espíritu comunitario, subrayad por el término “fratres;” su énfasis en el estudio (dominicos) o la minoridad (franciscanos) como nuevos caminos de acceso a los que parecen distantes; el horizonte cultural cosmopolita de nacimiento y la itinerancia son parte de un modo nuevo de vivir y propagar el Evangelio con todas sus implicaciones. Domingo y Francisco han sido desde entonces considerados como presencias y voces proféticas que mostraron la novedad del Espíritu en la raíz profunda de su amor inquebrantable a la Iglesia.
Soy uno de los frailes asignados al Convento de Santo Domingo de Bogotá. El Padre Tito Murcia ha terminado su periodo como prior, y en próximos días habrá que hacer elección de quien debe presidirnos, con la característica particular de que este convento es casa de formación, con abundante número de frailes estudiantes de filosofía y teología.
Por ello pido oraciones a todos: que los que debemos elegir seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo. Gracias.
En nombre de la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás de Aquino, reciban un afectuoso saludo.
Es un placer presentar a todos el ciclo de conferencias de la Cátedra Pedro de Córdoba. “Diálogo: fe y Ciencias Sociales – Evangelización y Teología Pastoral”, con la que daremos inicio a nuestro segundo semestre universitario, bajo la pregunta ¿Qué hace Dios frente al sufrimiento humano? El expositor es Doctor en Teología Práctica: Fr. Franklin Buitrago Rojas, O.P.
Este ciclo de conferencias iniciará el 6 de agosto y concluirá el 20 de agosto de 2014. La entrada es libre, previa inscripción, según los datos de la imagen adjunta.
Por encargo de mi comunidad, la Provincia de la Orden Dominicana en Colombia, he tenido que recorrer distintos conventos nuestros en Roma, Bari, París y Friburgo de Alemania. He recibido también la bondadosa acogida de las Hermanas Dominicas, en su casa provincial de Madrid.
El bien hay que decirlo en público: GRACIAS a tantos hermanos y hermanas, por su bondad, por su fraternidad, por su generosidad. Más allá de las distintas lenguas (español, italiano, francés y alemán), es claro que nos unen otros lenguajes: el de la fe, el de ser una misma Orden, el de pertenecer al único Cuerpo de Cristo, el de haber bebido de una misma caridad.
Sí: el bien hay que decirlo en público porque los programas de noticias nos aturden con avalanchas de noticias duras y malas, que no por ser verdad son la única verdad. Atención: también es verdad que existen la fe, la esperanza, el amor, y lo que de ellos brota: fraternidad, apoyo, apertura, generosidad.
Van llegando a su final estos días, con un balance altamente positivo y para mí quedan no solo buenos recuerdos sino un gran compromiso: ser parte de ese mismo lenguaje: darle manos y pies al amor, para que llegue a otros, y a otros bendigo como me ha bendecido a mí. ¡Gracias, dominicos y dominicas de Europa!
[Predicación a un grupo de frailes, hermanas y laicos de la Familia Dominicana, reunidos en Seúl, Korea. Traducción al coreano de la Hna. Rushilda Kang, O.P.]
1. ¿Qué es un carisma, y qué relación tienen los carismas con la redención y la efusión del Espíritu Santo?
2. ¿Qué condiciones abrieron el corazón de Domingo a un don particular del Espíritu? Tres palabras son claves aquí: combate, misericordia y frontera.
3. ¿Cómo se concreta el carisma en el hoy de la Iglesia? Interesa subrayar aquí los cuatro pilares, en su armonía complementaria: oración, estudio, vida comunitaria, evangelización.
A mediados del XVI, con el padre Las Casas, fueron el padre Vitoria y Ginés de Sepúlveda las figuras más importantes en el tema de la justificación de la presencia y acción de España en las Indias.
Francisco de Vitoria, nacido en Burgos en 1492, ingresó muy joven en los dominicos, dando muestras extraordinarias de inteligencia. A los 18 años fue a París para estudiar filosofía y teología. Regresó en 1523, enseñó teología en Valladolid, y a partir de 1526 tuvo la cátedra de prima en Salamanca, en torno a la cual se formó aquella Escuela de Salamanca, que tan notable influjo habría de tener en el concilio de Trento y en la renovación de los estudios teológicos a la luz de Santo Tomás. Apenas dejó obras escritas, pero sus Relectiones, apuntes exactos tomados para las repeticiones escolares, que se conservaron cuidadosamente, permiten reconocerle como el fundador del Derecho Internacional, y su doctrina tuvo gran influjo sobre el holandés Hugo Grocio.
Pues bien, en la Relectio de Indis, dictada a los alumnos salmantinos en 1539, enseñó Vitoria sobre la duda indiana tesis de mucho interés, que sólo podremos desarrollar aquí en síntesis brevísima. Distingue Vitoria entre los títulos que pueden legitimar la conquista de un pueblo, y aquellos otros que son inválidos. Y entre los títulos válidos, distingue también entre seguros y probables. Comienza por afirmar que la fundamentación clásica de la conquista -la donación pontificia- no es válida, opinión que ya entonces era frecuente en los ámbitos universitarios de España:
«El Papa no es señor civil o temporal de todo el orbe, hablando con propiedad de dominio y potestad civil», y si no tiene autoridad civil sobre los bárbaros, «no puede darla a los príncipes seculares». Tampoco los bárbaros están obligados a creer al primer anuncio de la fe, ni es lícito declararles la guerra porque la rechacen. En cambio, «los españoles tienen derecho a andar por aquellas provincias», para comerciar y tratar con los indios y sobre todo para predicarles el evangelio. Pueden lícitamente defenderse de los indios si son atacados, «guardando moderación en la defensa». Otro título legítimo para una conquista «puede ser por la tiranía, o de los mismos señores de los bárbaros, o también de las leyes tiránicas que injurian a los inocentes, sea porque sacrifican a hombres inocentes o porque matan a otros sin culpa para comer sus carnes»… (Céspedes n.33; R. Hernández).
Es toda una construcción de argumentos complejos y matizados, que apenas pueden ser sintetizados aquí sin deformarlos, y que manifiestan una inteligencia sumamente lúcida.
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.
Varios amigos míos, y sobre todo amigos del P. Pachito, me han preguntado sobre su salud. Él ha sido y es un sacerdote generoso, entregado a las almas, que ha tocado y transformado muchas vidas. En mi propia historia vocacional, ya desde la infancia, he recibido muchos bienes de este que hoy es hermano de comunidad, en la Orden Dominicana.
La única novedad, a 14 de Enero de 2014, para que todos estemos más tranquilos, es que resulta necesaria una pequeña intervención para cambiar la pila del marcapasos que él usa hace años. Este hecho del marcapasos ha producido algo de debilidad y cambios en la presión sanguínea, con ligero trastorno. No es entonces una operación demasiado grave ni hay motivo para alarmarse.
Con su edad madura, de ochenta años bien cumplidos, este querido sacerdote sigue adelante con su servicio pastoral, y esperamos en la misericordia de Dios que así sea por el tiempo que Dios disponga.
Todos nos encomendamos a sus oraciones.
[Predicación en el evento “Para tu Gloria” organizado por la Banda Blanco y Negro de los Frailes Estudiantes Dominicos de Colombia.]
* Se puede decir que nuestra fe brota de un “cuento,” no en el sentido de una fábula, sino de un relato. A ese relato lo llamamos EVANGELIO, y es la narración de lo que Jesucristo hizo y padeció.
* La EVANGELIZACIÓN es, básicamente, compartir ese relato. El acto de entregar esa historia y por consiguiente, el acto correspondiente de recibirla, es la “parádosis” en griego, la “traditio” en latín: es la TRADICIÓN. La Iglesia sostiene que la fe proclamada en la Biblia no nos llega íntegra sino a través de la TRADICIÓN.
* ¿Qué hace único el “cuento” de Jesucristo? Dos cosas: en un primer momento, la EVANGELIZACIÓN y nos hace ver que no tenemos vida sino que nos hemos limitado a SOBREVIVIR.
* SOBREVIVIR es limitarse a aplazar la muerte mientras uno se dedica a producir, consumir y entretenerse. Para SOBREVIVIR uno se confina a una especie de prisión voluntaria en la que el horizonte se hace mínimo y sólo se ven los propios ídolos, miedos, resentimientos, transacciones de afecto y dinero.
* En un segundo momento, cuando Jesucristo llega a través de la EVANGELIZACIÓN nos muestra qué sucede cuando Dios reina, es decir, nos predica el REINO DE DIOS. pronto uno se da cuenta que el horizonte se amplía hasta el infinito. se siente la ALEGRÍA de ver colmado un inmenso vacío que uno llevaba por dentro, y que en realidad Dios mismo había dejado al crearnos.
* La alegría de ser evangelizado es algo que no se puede falsificar y que tampoco deja margen de dar marcha atrás. La mente ha sido llevada más allá de sí misma. Por eso hablamos de una METÁNOIA, una CONVERSIÓN. Su fruto es llevarnos a ser parte de la comunidad de los convocados, la EKKLESÍA, la IGLESIA. No hay verdadera conversión sin pertenencia a la Iglesia.
* Para que la convicción interior se produzca y para que la pertenencia externa y visible se llegue a dar, uno necesita la persuasión que va más allá de las palabras humanas. Es una GRACIA que sólo podemos pedir al ADVOCATUS, al PARÁCLITO, es decir, el ESPÍRITU SANTO.
Fr. Luis Carlos Perea Sastoque, O.P., cumplió 89 años de edad el 3 de Septiembre de 2013. Con esa ocasión celebramos una hermosa eucaristía.
La vocación de un convento
Cronología
El año 1953 fue particularmente fecundo en iniciativas y realizaciones:
Continuar leyendo “ESCUCHA, Palabras para el LX Aniversario del Convento de Santo Domingo de Bogotá”
¿Qué busca, qué quiere… un joven que llama a las puertas de un convento dominicano? Al concluir el prenoviciado, si la decisión es firme y la vocación dominicana ha encontrado sentido, se inicia el noviciado. El ensayo ha concluido y los pasos que se dan tienen ya una orientación clara.
Es Dios quien llama a la vida religiosa, en este caso a la vida dominicana, y quien, a través de la acción del Espíritu, actúa en lo más secreto del corazón; es fundamental reconocer su presencia y su acción en cada momento.
El noviciado es decir “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, es un tiempo de retiro de toda actividad habitual, dispuesto y disponible para el Señor y para la Orden Dominicana…
Se trata, pues, de conocer, profundizar, aclarar, probar, “echar los cimientos, buscar la roca sobre la que construir…” esa vocación con pasión y con compasión de Dios y de los hermanos, para no convertirnos en meros vendedores de palabras y deseos. De ahí que también tengamos que conocer los elementos que van a alimentar la vida dominicana. Todo con “la misericordia de Dios y la de la comunidad de los frailes dominicos” que nos acogen. Esas son las palabras con las que se inicia el noviciado y se viste el hábito blanco y negro de Santo Domingo de Guzmán.
Se ha dicho que en el noviciado se trata “de configurar el disco duro del novicio al sistema operativo del instituto religioso”, pero aquí no se trata de manipular y cambiar la persona que viene con toda su buena disposición y afán de búsqueda de los caminos del Señor, sino de ofrecerle una forma de vivir el Evangelio conforme al espíritu y carisma de Domingo de Guzmán.
Y, mientras, la Orden de Predicadores tratará de conocer a quien quiere formar parte de ella, a la vez que ella se da a conocer a quien desea formar parte de la misma. [Texto de Ser Fraile Dominico]