De la conversión a la santidad

La santidad, el verdadero afán por alcanzarla, no se toma pausas ni vacaciones.

Chapoteas en las tentaciones, te pones en peligro, juegas con la vista y con la imaginación, charlas de… estupideces. -Y luego te asustas de que te asalten dudas, escrúpulos, confusiones, tristeza y desaliento. -Has de concederme que eres poco consecuente.

Hemos de fomentar en nuestras almas un verdadero horror al pecado. ¡Señor -repítelo con corazón contrito-, que no te ofenda más! Pero no te asustes al notar el lastre del pobre cuerpo y de las humanas pasiones: sería tonto e ingenuamente pueril que te enterases ahora de que “eso” existe. Tu miseria no es obstáculo, sino acicate para que te unas más a Dios, para que le busques con constancia, porque El nos purifica.

Más pensamientos de San Josemaría.

Las 15 enfermedades de la Curia Vaticana

“El Papa Francisco tuvo su encuentro anual con la Curia Vaticana para intercambiar las felicitaciones de Navidad y en su discurso advirtió que si bien “es hermoso pensar en la Curia Romana como en un pequeño modelo de la Iglesia”, esta también está expuesta a enfermedades que debilitan el servicio a Cristo…”

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Vida Religiosa Renovada, 05 de 12, Encuentro con la gracia

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 5 de 12: Encuentro con la gracia

* La vida humana está marcada por una de dos lógicas. La lógica de la transacción dicta que uno debe dar en proporción a lo que recibe, de modo que se pague con toda justicia bien por bien y mal por mal.

* El problema con ese enfoque, que se concentra e lo que es “debido” (adeudado) es que todos como seres humanos pasamos por circunstancias de grave necesidad en que lo que podemos dar es poco y lo que necesitamos es mucho. En tales circunstancias la lógica de la transacciones nos abandona en la amargura y nos pone en ruta hacia la muerte.

* Por contaste, la lógica de la gratuidad mira fundamentalmente la necesidad de la otra persona y mide la tarea por esa necesidad, y no por la retribución.

* Es interesante aplicar este análisis a la propuesta de la Teología de la Liberación cuando quiere que los pueblos “tomen conciencia” para ser “sujetos de su propia historia.” Ese lenguaje establece que uno logra sólo lo que uno pelea y conquista, y por tanto desecha la lógica de la gratuidad, que está en el corazón mismo del Nuevo Testamento.

* Uno llega a un encuentro con la gracia a partir de un sólido conocimiento de sí mismo. Hay indicadores que mueven a rendirse ante la gracia: las fracturas internas (darse cuenta uno de las propias incoherencias); el percibir las consecuencias negativas de lo que uno ha venido haciendo; el percibir duramente la esterilidad o el absurdo de la ruta de vida que se lleva.

* A través de esos indicadores puede el corazón despertarse al arrepentimiento y abrirse a la gracia.