Apremiados por el Amor – Retiro de Conversión, 3 de 5

[Predicación ofrecida primero en Adviento de 2013 para la comunidad hispana en Bernardsville, NJ.]

Tema 3 de 5: La fuente que no se cansa

* Vamos al Capítulo 4 del Evangelio de San Juan. Encontramos a un sediento que promete agua: es Cristo Jesús ante una mujer samaritana. El lenguaje del Señor quiere despertar la sed que corre más profunda que la simple necesidad de un poco de agua. Esa es la sed que Él quiere saciar; la sed que apunta a un amor, a una fuente, a un motor que no se cansa.

* Y el mismo Cristo es el espejo más perfecto de ese modo de amor. Frente a la traición de los amigos, el odio de los enemigos, la crueldad de la tortura y la perspectiva de una muerte deshonrosa, su amor no se cansa, no disminuye, sino que al contrario brilla con más fuerza.

* Es evidente que las fuerzas humanas, por sí mismas, no llegan a tanto. Incluso el heroísmo y la coherencia, cuando llegan al extremo de dar la vida por una causa, llevan el sello del desprecio, la venganza o el odio a los verdugos. Nada de eso hay Cristo ni en sus mártires. Su amor brota de una fuente más alta y tiene poder para llevar hasta la altura misma de la eternidad gozosa.

Apremiados por el Amor – Retiro de Conversión, 2 de 5

[Predicación ofrecida primero en Adviento de 2013 para la comunidad hispana en Bernardsville, NJ.]

Tema 2 de 5: Cuando el motor se funde

* Las fábricas ofrecen sus productos, por ejemplo: un automóvil, con “Instrucciones de Uso.” podemos decir que esas “instrucciones” en el caso de la vida cristiana, corresponden a los mandamientos que Dios nos ha dado. Si el fabricante dice al comprador que el motor del carro no debe sobrepasar las 3000 revoluciones, y el comprador argumenta: “Es mi carro, y yo lo manejo como quiera;” ¿qué diremos? ¿No es eso pura insensatez y ponerse en camino de auto-destrucción?

* ¿Cómo calificamos al que desobedece lo que le dice el médico, o qué pensamos del que transgrede las señales del tráfico porque “el carro es suyo” y “yo sé lo que hago con mis cosas”?

* Estos ejemplos nos muestran cómo se suelen fundir los “motores,” metafóricamente hablando. La pregunta obligada es: ¿en qué consiste ser libre? La verdadera libertad tiene un cauce. El río sin cauce es devastación; el río con cauce es fuente de vida, progreso y descanso.

* La libertad no es pretender que mi capricho o mis ganas me guían porque una vida caprichosa es una vida que ignora las “instrucciones” y obrar así destruye. La libertad es escoger con sabiduría al que de verdad me ama: servir a Dios es reinar.

Apremiados por el Amor – Retiro de Conversión, 1 de 5

[Predicación ofrecida primero en Adviento de 2013 para la comunidad hispana en Bernardsville, NJ.]

Tema 1 de 5: motores y motivaciones

* ¿Qué te hace levantar de la cama por la mañana? ¿Qué tiene poder para darte una sonrisa anticipada o para acelerar el pulso? ¿Qué palabras te dices cuando las cosas salen muy mal y los obstáculos parecen insalvables? ¿Cómo hablas a los que se sienten sin fuerzas, si quieres convencerlos de que el resultado valdrá la pena?

* ¿Qué sostiene a aquellos que han luchado por años enteros, a veces en circunstancias extremadamente adversas? Nelson Mandela, por ejemplo, fue condenado a prisión perpetua, y alcanzó a estar 27 años en prisión. Durante ese tiempo, su lucha contra la injusticia racial fue continua, más allá de las amenazas y castigos. Al salir de prisión y luego llegar a la presidencia, durante años debe resistir otra presión: la de aquellos de su raza que quieren convertir el uso del poder en una oportunidad para el desquite y la venganza. Y al término de su mandato debe librar una tercera lucha, esta vez interior: la seducción de quedarse en el poder, como tantos otros han hecho. ¿Qué hay en una persona, si tiene esa capacidad para librar tan largos combates externos e internos?

* Es comprensible que la lucha por la injusticia, o el deseo de progresos, o incluso el gusto por el dinero muevan a mucha gente, pero hay otros esfuerzos más difíciles de explicar. Aquellos que, sin testigos ni aplausos, gastan su vida en servicio de los discapacitados, los no-nacidos, o los más pobres, ¿por qué lo hacen?

* En fin, ¿qué motor te empuja y qué motor te frena?

Santa Catalina de Siena, vida y obra, 04, Biografía desde los 30 hasta su muerte

[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]

La muerte de Santa Catalina de Siena

Tema 4: Escenas de su biografía, de los 30 años hasta su muerte

* El final de la vida de Catalina debe leerse en paralelo con el drama que vive la Iglesia de su tiempo. Entre 1309 y 1378 los Papas de la Iglesia Católica no residieron en el lugar de su sede, sino en la ciudad francesa de Aviñón. La inestabilidad política de Italia, a la cual faltaban seis siglos para llegar a constituirse como un país unificado, y las tensiones en torno a los Estados Pontificios hacían muy riesgosa la estancia en Roma. Esto creó una situación que, aunque daba alguna seguridad física a los pontífices, corrompía las costumbres de la curia romana haciéndola cada vez más semejante a las cortes de la época. Además, los reyes franceses no dejaban de ejercer presión sobre decisiones de los Papas, y entre ellas, el hecho mismo de auentar el porcentaje de cardenales franceses.

* Lograda la paz con Florencia, Catalina se retira a un tiempo de más oración. A instancia suya, sin embargo, el Papa Gregorio XI cumple un voto privado que había hecho, y regresa a Roma. Su prematura muerte precipita a la Iglesia a una situación compleja porque el pueblo italiano prácticamente exige que el Papa que se elija sea romano. Ese deseo no se cumple pero sí se elige a un Papa italiano, el hasta entonces arzobispo de Bari, que adopta el nombre de Urbano VI.

* Pero entonces sucede lo impensable: un buen grupo de los mismos cardenales que han elegido a Urbano VI se reúnen en Fondi y eligen a otro Papa, que adoptó el nombre de Clemente VII, aduciendo como argumento que las presiones de la plebe romana habían impedido que el voto fuera libre, y por consiguiente, válido. Se dio así que hubo dos Papas: Urbano VI, en Roma, y Clemente VII, que se estableció en Aviñón. Como podía temerse, esta división de la cabeza de la Iglesia llevó a numerosas divisiones en comunidades religiosas y en el mapa político de Europa. La confusión y el descrédito de la Iglesia cundieron por todas partes y de hecho dejaron profundas heridas para los siglos subsiguientes.

* En ese contexto, Catalina definió su camino espiritual con estas palabras: “Si muero, muero de amor por la Iglesia.” Deteriorada su salud por las penalidades y la mala alimentación; entregada a menudo a duras penitencias o jornadas extenuantes, Catalina se apaga rápidamente como un cirio que se consume en intercesión. Su dolor más intenso fue ver así profanada y malherida a la Iglesia; pero no fue su único tormento: traiciones y decepciones cayeron sobre su corazón acercando más su camino al de su amado Esposo, Cristo, el Señor. A finales de Abril de 1380 sufre un síncope, y el día 29 del mismo mes entrega su alma al Creador. Su última invocación, para sí misma, sin duda, y para la Iglesia, es la Sangre de Cristo, expresión e instrumento máximo de la misericordia transformante de Dios.

Para ser libres, 4 de 4, Liberados del poder del pecado

[Predicación en un Encuentro organizado por la Asociación Católica “Jesús, en Ti confío” de Bucaramanga, Colombia.]

Tema 4 de 4: Liberados del poder del pecado

* Partimos de la antigua definición de pecado, según San Agustín: “Dar la espalda a Dios, el Creador, por volvernos hacia las creaturas.” Pero, ¿qué hace que uno deje el bien mayor y más estable por volverse hacia bienes menores e inseguros?

* Antes de responder, conviene subrayar un hecho que Santo Tomás destaca: nuestra voluntad siempre busca algún modo de bien, así lo busque mal. Ese es el fundamento ontológico que permite hacer siempre la distinción entre el pecador y su pecado.

* Dejamos a Dios, que es el bien mayor, porque somos engañados. Hay tres engaños principales:

(1) El primer engaño es este: “Lo que tú quieres, lo puedes tener más rápidamente, más fácilmente o más intensamente a través de este atajo… (que al final es el pecado)” Así nos tienta el enemigo malo para inducirnos a explorar las tierras del pecado y de la rebeldía contra Dios.

(2) Cuando ese engaño queda patente, por las consecuencias que trae pecar, viene el segundo engaño: “En esta otra forma de pecado encontrarás la satisfacción que te hará olvidar la insatisfacción que antes tuviste con el pecado anterior.” Así nos lleva el enemigo malo hacia la repetición de pecados, para engendrar vicios arraigados.

(3) Y cuando la persona se siente frustrada y derrotada en sí misma, viene el tercer engaño: “En realidad, tú eres así. Acepta que siempre vas a repetir lo mismo. Aún más: ¿por qué no declaras como bueno lo que de todos modos vas a seguir haciendo?” Así nos encamina el enemigo malo hacia el cinismo y la desesperación.

* Por supuesto, esos engaños tienen su base en el macro-engaño, la gran mentira, que es esta: “Debes escoger, si quieres ser obediente o quieres sr feliz.”

* Cristo vence esos engaños: la abundancia de su amor hace que los atajos se revelen como puros engaños; su invitación a que permanezcamos en Él nos lleva a perseverar en la virtud; el poder transformante de su gracia deja patente que el pecado no tiene la última palabra.

Para ser libres, 3 de 4, Liberados del poder de la muerte

[Predicación en un Encuentro organizado por la Asociación Católica “Jesús, en Ti confío” de Bucaramanga, Colombia.]

Tema 3 de 4: Liberados del poder de la muerte

* Cristo resucitó y vive: tal es la afirmación central de nuestra fe.

* “Creemos en la resurrección de la carne,” decimos en el Credo. Afirmamos que la victoria de Cristo es también victoria en nuestra historia personal y en nuestro cuerpo.

* Pero vencer a la muerte no es solamente preocuparse de lo que sucede cuando acaba la vida. Durante la vida, uno retiene la vida misma, y no la entrega, precisamente por la certeza de perderla. Es así como la muerte arruina la vida: nos hace cobardes para amar, para servir, para darnos.

* Los mártires nos enseñan qué sucede cuando uno sabe que la muerte está vencida.

Para ser libres, 2 de 4, Liberados del poder del demonio

[Predicación en un Encuentro organizado por la Asociación Católica “Jesús, en Ti confío” de Bucaramanga, Colombia.]

Tema 2 de 4: ¿Que es libertad?

* Indicaciones preliminares:

1. No se reducen los ataques del enemigo a la posesión.
2. El demonio prefiere esconderse. Su ser es repugnante y cuando se muestra, su fealdad y repugnancia más bien empuja hacia Dios.
3. Sin embargo, la vanidad de Satanás busca a toda costa el espectáculo, y a menudo tienta a quienes combaten contra él con ese mismo veneno de ostentación.

* Enseñanzas claves de los Evangelios:

1. El demonio va en serio y quiere destruirnos. No es cosa de fantasía ni de juego.
2. Cuanta más luz menos escondites para la mentira. No es que se haga más presente el mal cuando tratamos de ser buenos sino que le queda menos lugar dónde esconderse.
3. Jesús no hace el juego a las pretensiones de vanidad y de darse importancia del demonio.
4. La victoria de Cristo es perfecta en la Cruz; quien se acoge al misterio de la Cruz, y sobre todo, quien configura su vida

* Puntos importantes para nuestro discernimiento:

1. La lucha contra el enemigo no se limita a las oraciones de liberación. Es preciso cultivar la virtud y vivir los sacramentos.
2. Alejarse del esoterismo, la adivinación, la superstición
3. La puerta preferida de Satanás es la soberbia porque su lema es “No serviré.”

El mejor antídoto es reconocernos pecadores y a la vez reconocer a Dios misericordioso como capaz, por amor, de salvarnos.

Para ser libres, 1 de 4, Qué es libertad

[Predicación en un Encuentro organizado por la Asociación Católica “Jesús, en Ti confío” de Bucaramanga, Colombia.]

Tema 1 de 4: ¿Que es libertad?

* Obrar con libertad es no estar sometido a coacción o imposición. Eso hace suponer que “libre” es la persona que puede hacer lo que se le da la gana. Pero hay un engaño en esa idea: el que hace lo que se le da la gana, depende de quién le maneja las ganas. Y ciertamente hay personas expertas en manejarnos a través de la manipulación de nuestras “ganas,” es decir, a través del conocimiento y uso inteligente de lo que nos apasiona, o lo que tememos, o lo que nos fascina, etc.

* Por eso, la verdadera libertad no es una ilusoria independencia sino que implica la dependencia consciente y voluntaria de la Verdad y del Bien. Llega a ser libre el que busca con ardor el bien y con claridad el amor.

* Cristo es nuestra libertad porque en él se revela un amor pleno y una verdad sin doblez. Quien experimenta así su amor y su verdad, si persevera en ellas, no será engañado fácilmente por las trampas del enemigo. Pata ser libres nos liberó Jesucristo.

Las Catequesis de la Misericordia, 6 de 6, Pecadores Redimidos

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 6 de 6: Pecadores Redimidos

* La miseria más grande del ser humano, que sirve por ello mismo de ocasión para la manifestación más grande de la misericordia divina, es el pecado.

* Nuestro pecado es el sello de la ceguera que nos impide ver quién nos ama de verdad; es el rastro que deja nuestra idolatría; es el lenguaje de crueldad con que privamos a los demás de los bienes que deberíamos haberles compartido, empezando por nuestro propio tiempo y talentos.

* En el despertar del arrepentimiento y en la paz que trae el perdón Dios devuelve el orden y la posibilidad de un futuro a nuestra vida. Si el pecado excluye, la misericordia llama y acoge. No acoge para dejar al pecador en su pecado pero sí acoge para hacer posible un camino, de modo que, si tu nombre es “pecador” que tu apellido sea “redimido.”

Las Catequesis de la Misericordia, 5 de 6, Los Pobres

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 5 de 6: Los Pobres

* Los pequeños, los pobres, los perdedores y los pecadores son los principales destinatarios de la misericordia de Cristo.

* En cuanto a los POBRES, recordemos que carencias y deficiencias (y defectos) todos tenemos. La ilusión de que existen vidas perfectos, ausentes de toda escasez y de todo problema, es una fantasía que simplemente trae amargura al corazón.

* Pero así como es real que tenemos deficiencias, es real el amor abundante con que Dios suple nuestras deficiencias y nos envía en el camino del servicio a los demás. Quien entra en el fuego se vuelve fuego.

* Las carencias a menudo llevan a las personas a la amargura, el matoneo o el deseo de “desquitarse” con la vida. El daño que esto último trae a la sociedad es inmenso porque genera discriminaciones y desacredita el sentido del poder. semejante daño es aún mayor en la Iglesia, donde se convierte en clericalismo y antitestimonios de todo género.

* Por eso hemos de descubrir la abundancia de riqueza que hay en el amor: porque sólo abundando en el amor podemos entender que ningún ídolo ni posesión de esta tierra saciará nuestros verdaderos anhelos.

Las Catequesis de la Misericordia, 4 de 6, Jesucristo, Rey de Misericordia

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 4 de 6: Jesucristo, Rey de Misericordia

* En el Antiguo Testamento abundan las señales de la bondad y la compasión de Dios. Pero es sobre todo en la persona de Cristo en donde encontramos que brilla con mayor intensidad el amor de misericordia. San pedro, en Hechos 10, resume la vida de Cristo en las palabras. “Pasó haciendo el bien.” Ciertamente ese es nuestro programa de vida cristiana.

* ¿Quiénes son particulares destinatarios de la misericordia de Cristo? Podemos recordarlos usando cuatro veces la letra “p.” Son los pequeños, los pobres, los perdedores y los pecadores.

* En cuanto a los PEQUEÑOS, es decir, lo que están aún en el desarrollo de sus fuerzas y cualidades, hay que recordar dos cosas: que Cristo destaca la manera como los niños reciben el reinado de Dios; y que a la vez nos muestra que amar a los niños significa tomar actitudes y acciones robustas para defender su inocencia, de modo que no sean discípulos del mal.

* Aprendemos así que la misericordia no es un simple sentimiento dulce sino que ha de traducirse en actos que defienden al inocente y al pequeño.

Las Catequesis de la Misericordia, 3 de 6, Misericordia día a día

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 3 de 6: Misericordia día a día

* A veces se cree que los destinatarios de la misericordia son solamente los que pasan por circunstancias particularmente duras, como son los accidentes, las catástrofes, la pobreza extrema o el pecado más tenebroso.

* La verdad es que, a poco de examinar nuestra propia vida en su cotidiana realidad, encontramos que el lenguaje que Dios ha usado y usa con nosotros todo el tiempo es siempre don, siempre misericordia.

* Esto supone un cambio en nuestra manera de tratar a las demás personas. Por ejemplo, cada persona ha de llegar a este mundo con la certeza de ser un regalo, y no de ser objeto de un derecho, producto de un diseño o solución de un problema de alguien más.

Las Catequesis de la Misericordia, 2 de 6, Pasado, Presente y Futuro

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 2 de 6: Pasado, Presente y Futuro

* Dios, nuestro Dios, es generoso sobre toda medida. Su generosidad es especialmente patente cuando nos concede su misericordia, precisamente porque el amor de compasión no es debido sino solamente donado.

* ¿En dónde experimentamos esa misericordia? Ante todo, en la línea del tiempo, es decir, en la secuencia que va desde nuestro pasado y presente hacia el futuro.

* Experimentar misericordia en nuestro pasado es poder entregarlo en manos de Dios. La mejor manera de liberarse de antiguos resentimientos y dolores es seguir la espiritualidad del Padrenuestro con oraciones como esta: “Señor, cumple en (tal persona) tu voluntad…”

* Nuestro presente se llena de la misericordia divina cuando comprendemos que no decidimos solos. Y nuestro futuro se llena de la misericordia cuando estamos ciertos de que el señorío de Dios e levanta por encima de todo principado, poder y majestad.

Las Catequesis de la Misericordia, 1 de 6, Necesidad de la misericordia

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 1 de 6: Necesidad de la misericordia

* Enseña Santo Tomás de Aquino que frente a las dificultades seguimos una de estas dos respuestas: o luchamos o aceptamos. Se necesita sabiduría para discernir cuándo enfrentar las cosas y cuándo aceptarlas. Pero además se necesita sabiduría para saber lucha cuando hay que luchar, y cómo asumir las cosas cuando toca asumirlas.

* Cuando la lucha se llena de arrogancia, o cuando la aceptación se llena de depresión terminamos fallando no sólo ante Dios sino también en contra de nosotros mismos.

* La misericordia divina, señal elocuente y patente de su presencia, nos preserva de estos males. por eso no hay quien no necesite de misericordia.

Autoridad y Liderazgo, 3 de 3, La formación de un líder

[Retiro espiritual con los jóvenes de la Comunidad Betania, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.]

Tema 3 de 3: La formación de un líder

* El amor; el ser dignos de confianza; la mansedumbre, y sus virtudes hermanas: la pureza y el dominio de sí, son esenciales en el corazón de un líder. Pero llegar a la estatura de la verdadera autoridad es un proceso más amplio, que a la vez incluye muchos detalles, en distintas áreas, sobre todo cinco:

(1) Oración. Hay que evitar dos extremos: el mecanicismo (repetir por repetir) y el espontaneísmo (convertir la oración en un simple expresar uno su interioridad). Lo recomendado es partir de una base externa, como la Eucaristía, la lectura bíblica, el Rosario, o la Liturgia de las Horas, y desde ahí levantar el corazón hacia Dios sin olvidar las intenciones de nuestros hermanos.

(2) Formación. Tiene dos partes: en la doctrina y en las virtudes. Para la parte de doctrina y de nuestro entendimiento, necesitamos cercanía con la Sagrada Escritura, consulta frecuencia y alguna profundización sobre el Catecismo, y un buen elenco de páginas de Internet sobre los temas principales. En las virtudes ayudan mucho lecturas de Josemaría Escrivá como Camino, Surco y Forja.

(3) Identidad. En particular aquí queremos referirnos a la diferencia entre hombres y mujeres. Por una parte, el proyecto vital de las mujeres, sobre todo jóvenes, hace que no necesariamente se sientan llamadas a ser visibles y a tener “poder.” La persona en el poder tiene a todos y no tiene a nadie, y eso no necesariamente es atractivo para aquellas que quieren asegurar no el afecto de una multitud sino el construir un hogar con alguien especial. Ello empuja en la dirección de un mayor número de líderes masculinos a ciertas edades pero también implica que esos líderes hombres tendrán que cultivar virtudes un poco más frecuentes en el corazón femenino: mansedumbre, misericordia, empatía, humildad, sentido de pertenencia.

(4) Comunidad. Dos indicaciones: (i) Sólo se hace comunidad en el espíritu del lema de Chiara Lubich: “Jesús en medio.” (ii) Cada uno es importante; cada uno tiene un lugar y un llamado.

(5) Evangelización. Dos indicaciones básicas: (i) Creer y celebrar en clave de Iglesia, con un corazón abierto a toda la obra del Espíritu en toda la Iglesia. (ii) Sólo se aprende a evangelizar evangelizando. No basta la teoría; hay que equivocarse.

Autoridad y Liderazgo, 2 de 3, Cualidades inesperadas de un líder al modo de Cristo

[Retiro espiritual con los jóvenes de la Comunidad Betania, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.]

Tema 2 de 3: Cualidades inesperadas de un líder al modo de Cristo

* Cristo tiene autoridad porque supera los defectos mencionados en la predicación anterior. Pero debe haber, y hay, mucho más que eso.

* La verdadera autoridad consiste en llegar a ser “autor” en el libro de la vida de otra persona. Si no estamos hablando de agresión ni de violencia, es claro que la autoridad requiere de confianza que abra la puerta del alma, y de amor que quiera recibir nuevo texto. Eso es precisamente lo que tiene Cristo: suscita confianza y despierta amor, en unas escalas y dimensiones absolutas, totales, irrevocables.

* La confianza, a su vez, depende de una virtud muy poco reconocida hoy: la mansedumbre; aquella capacidad de infundir certeza de que no haremos daño alguno. Esto requiere pureza de cuerpo, alma, intención y palabra; y gran dominio de sí mismo.

* hay ejemplos bíblicos que nos ayudan a descubrir por qué ese género de autoridad “nueva” y auténtica es propia de una juventud llena de fe. Ahí conviene examinar los ejemplos de David, Daniel y Timoteo.