Tal vez el mundo es Corinto, 07 de 10, Matrimonio y Virginidad

[Retiro espiritual en el Monasterio de Dominicas en Catamarca, Argentina.]

Tema 7 de 10: Matrimonio y Virginidad

* No es casualidad que San Pablo hable de matrimonio y virginidad de modo intrínsecamente conectado, en el capítulo 7 de Primera Corintios. Son dos realidades vinculadas por la teología antropológica, por al eclesiología y por la mística.

* Desde el punto de vista antropológico, conviene leer este texto de Pablo en conjunto con las grandes enseñanzas del Papa Juan Pablo II sobre la “teología del cuerpo.”

*Nótese que el mundo pagano no logra acertar en la apropiada valoración del cuerpo humano: pasa de idolatrarlo a tratarlo como basura; lo cuida con alimentos orgánicos y lo trastorno con bombas hormonales para interrumpir los ciclos reproductivos, sin otra razón que redefinir el sexo como puro entretenimiento.

* Para la fe cristiana, el cuerpo es bueno; es expresión de la sabiduría, amor y poder del Dios Creador; es vehículo de comunicación y de comunión, si está al servicio de Dios; pero no ha de ser exaltado como máximo bien, ni sus demandas de comodidad o placer han de ser la norma de vida.

* En cuanto al tejido social y eclesial, Pablo ve lo esencial del matrimonio en la mutua e irrestricta donación de los cónyuges a través de sus cuerpos: esto define la indisolubilidad y fidelidad que en realidad el corazón humano ya de hecho busca.

* En la dimensión mística, hay que notar que el estado de virginidad o celibato por el Reino es claramente superior al estado del matrimonio, y la razón es que la persona sin pareja sólo tiene que complacer a Dios, y así se ve libre de la “tribulación de la carne.”

* La relación objetiva con el bien máximo y definitivo de la vida cristiana, es decir, la unión con Cristo, es más directa. Ello sin embargo no prejuzga nada de la perfección personal de cada uno en el estado de vida en que se encuentre.

Rostros y rastros de la caridad

De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero -me escribes-. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. -A la hora del sacrificio, son pocos los que “arriman el hombro”. Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta -baile, tómbola, cine, velada- o anuncio y lista de donativos en la prensa. -Triste es el cuadro, pero tiene excepciones: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha.

-Sólo se me ocurre esto: vamos tú y yo a dar y a darnos sin tacañería. Y evitaremos que quienes nos traten adquieran tu triste experiencia.

“Saludad a todos los santos. Todos los santos os saludan. A todos los santos que viven en Efeso. A todos los santos en Cristo Jesús, que están en Filipos.” -¿Verdad que es conmovedor ese apelativo -¡santos!- que empleaban los primeros fieles cristianos para denominarse entre sí? -Aprende a tratar a tus hermanos.

Más pensamientos de San Josemaría.

Rostros del amor

“Timor Domini sanctus”. -Santo es el temor de Dios. -Temor que es veneración del hijo para su Padre, nunca temor servil, porque tu Padre-Dios no es un tirano.

Dolor de Amor. -Porque El es bueno. -Porque es tu Amigo, que dio por ti su Vida. -Porque todo lo bueno que tienes es suyo. -Porque le has ofendido tanto… Porque te ha perdonado… ¡El!… ¡¡a ti!! -Llora, hijo mío, de dolor de Amor.

Cuando hayas terminado tu trabajo, haz el de tu hermano, ayudándole, por Cristo, con tal delicadeza y naturalidad que ni el favorecido se dé cuenta de que estás haciendo más de lo que en justicia debes. -¡Esto sí que es fina virtud de hijo de Dios!

Te duelen las faltas de caridad del prójimo para ti. ¿Cuánto dolerán a Dios tus faltas de caridad -de Amor- para El?

Más pensamientos de San Josemaría.

Amor, amor del bueno

El secreto para dar relieve a lo más humilde, y aun a lo más humillante, es amar.

Dios mío, te amo, pero… ¡enséñame a amar!

Castigar por Amor: este es el secreto para elevar a un plano sobrenatural la pena impuesta a quienes la merezcan. Por amor de Dios, a quien se ofende, sirva la pena de expiación: por amor al prójimo por Dios, sirva la pena, jamás de venganza, sino de medicina saludable.

¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y… no me he vuelto loco?

Señor: que tenga peso y medida en todo… menos en el Amor.

Más pensamientos de San Josemaría.

Cuaresma de Conversion, 4 de 4, perdonados e instruidos por Jesus

[Retiro para la comunidad hispana de la Parroquia de St. Patrick, en Miami Beach, febrero de 2013.]

Tema 4: perdonados e instruidos por Jesús

* En todo hay amenazas y oportunidades, y ver ambas es necesario. Así es nuestra fe: nos hace realistas pero a la vez, esperanzados.

* “Vete y no peques más,” dice Jesús a la mujer adúltera en Juan 8. El hecho de no recibir condena sino perdón abre una vida nueva en la que ya no debe reinar el pecado.

* Lo mismo encontramos en la escena del hijo pródigo, en Lucas 15. El pecador arrepentido es restablecido en su dignidad de hijo, como lo indica el anillo de familia que recibe, pero además, se le da un vestido nuevo, señal de una etapa y vida nueva.

* El concepto cristiano de perdón hay que relacionarlo con el concepto judío de la justificación. En el mundo semita ser “justificado” es “ser hecho justo,” es decir, poder ajustarse de nuevo al único que es Justo, Dios mismo.

* Lo más importante no es la supresión del castigo sino el restablecimiento de la relación de cercanía y de una comunicación fluida y sin trabas. Perdonados, tenemos acceso a la riqueza, sabiduría y bondad de aquel que nos ama. ¿Cómo no sentir el fuego nuevo de la esperanza? Por eso el camino hacia Dios pasa por el arrepentimiento y el perdón.

* Una última acción de Cristo que debemos destacar es su manera de enseñar. Destacamos tres puntos:

(1) “Amaos los unos a los otros como yo os he amado.” El amor es la clave de la vida, pero no cualquier amor: “Recibe de mi amor para amar,” dice Jesús.

(2) “Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?” El amor cristiano no es una transacción ni una inversión ni un pago. Todos en algún momento necesitaremos esa clase de amor, según una conocida frase: “Ámame cuando menos la merezca porque es cuando más lo necesito.” La lógica de la transacción está como escrito en nuestro ADN pero el cristianismo está más allá de nuestro ADN: no es naturaleza sino sobre-naturaleza.

(3) “Sin mí nada podéis hacer.” La frase parece exagerada: hay tanto, aparentemente, que parece puede hacerse. Quizás hay que entenderla así: “Sin mí puedes hacer muchas cosas pero todas serán destruidas.”

* Pon tu fundamento en Jesucristo, sin condiciones, y encontrarás una fuente inagotable de esperanza. Déjate marcar por la obediencia a Jesús.

ESCUCHA, construir comunidad, carne y espiritu

[Predicación en la Misión Santa Ana, de la Arquidiócesis de Miami.]

* Los seres humanos nos agrupamos por diversas razones. Las más comunes son: gusto, conveniencia, interés, miedo y deseo. El amor que está detrás de de esas razones es el que la biblia llama “amor carnal.” Obsérvese que “carne” no alude simplemente a sexo.

* El amor carnal tiene un lugar importante en la vida humana, en la medida en que permite formas de asociación y cooperación que van desde la libre empresa hasta la unión procreadora. Pero el amor carnal es insuficiente para fundar sobre él comunidad.

* En efecto, la oferta del amor salvador de Dios es necesaria para todos, sin distinciones, y el amor carnal ciertamente hace distinciones según los gustos y las conveniencias. por eso, el amor propio de la redención ha de ser un amor mayor, uno que pasa por encima de las motivaciones del amor carnal.

* Vemos brillar ese amor mayor en la Santísima Virgen María, quien vio en el calvario a su Hijo completamente abandonado de sus discípulos, pero luego oró por y con esos mismos discípulos, implorando el Don del Espíritu.

* Las notas básicas de ese Amor Mayor se ven bien en el Padrenuestro, de la primera a la última de sus palabras.