Breve ordo para la semana
del 5 al 11 de Diciembre de 2021

Homilías breves para esta semana:


Lectura Espiritual para esta semana:


Liturgia de las Horas para esta semana:

5 de Diciembre de 2021: Domingo II de Adviento, ciclo C

Lunes 6:

Martes 7: Memoria de San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia

Miércoles 8: Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

Jueves 9:

Viernes 10:

Sábado 11:



Reflexión para Adviento, del Beato Isaac, abad del Monasterio de Stella

El Hijo de Dios es el primogénito entre muchos hermanos, y, siendo por naturaleza único, atrajo hacia sí muchos por la gracia, para que fuesen uno solo con el. Pues da poder para ser hijos de Dios a cuantos lo reciben.

Así pues, hecho hijo del hombre, hizo a muchos hijos de Dios. Atrajo a muchos hacia sí, único como es por su caridad y su poder: y todos aquellos que por la generación carnal son muchos, por la regeneración divina son uno solo con él.

Cristo es, pues, uno, formando un todo la cabeza y el cuerpo: uno nacido del único Dios en los cielos y de una única madre en la tierra; muchos hijos, a la vez que un solo Hijo.

Pues así como la cabeza y los miembros son un hijo a la vez que muchos hijos, asimismo María y la Iglesia son una madre y varias madres; una virgen y muchas vírgenes.

Ambas son madres, y ambas vírgenes; ambas concibieron sin voluptuosidad por obra del mismo Espíritu ambas dieron a luz sin pecado la descendencia de Dios Padre. María, sin pecado alguno, dio a luz la cabeza del cuerpo; la Iglesia, por la remisión de los pecados dio a luz el cuerpo de la cabeza. Ambas son la madre de Cristo, pero ninguna de ellas dio a luz al Cristo total sin la otra.

Por todo ello, en las Escrituras divinamente inspiradas se entiende con razón como dicho en singular de la virgen María lo que en términos universales se dice de la virgen madre Iglesia, y se entiende como dicho de la virgen madre Iglesia en general lo que en especial se dice de la virgen madre María; y lo mismo si se habla de una de ellas que de la otra, lo dicho se entiende casi indiferente y comúnmente como dicho de las dos.

También se considera con razón a cada alma fiel como esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda. Todo lo cual la misma sabiduría de Dios, que es el Verbo del Padre, lo dice universalmente de la Iglesia, especialmente de María y singularmente de cada alma fiel.

Por eso dice la Escritura: Y habitaré en la heredad del Señor. Heredad del Señor que es universalmente la Iglesia, especialmente María y singularmente cada alma fiel. En el tabernáculo del vientre de María habitó Cristo durante nueve meses; hasta el fin del mundo, vivirá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia; y, por los siglos de los siglos, orará en el conocimiento y en el amor del alma fiel.

Un buen diccionario en línea para filosofía y teología

“El Diccionario Interdisciplinar Austral (DIA) es una herramienta en español de alta calidad académica de apoyo a la enseñanza y al servicio de futuras investigaciones. Las voces de DIA ofrecen un actualizado estado de la cuestión, con las correspondientes referencias bibliográficas, de los principales temas que involucran relaciones interdisciplinares entre las ciencias, la filosofía y/o la teología…”

Haz clic aquí!

Y sí es verdad: la religión es una virtud

Conforme escribe San Isidoro en el libro Etymol., llamamos religioso, palabra derivada, según dice Cicerón, de relección, a quien repasa y como que relee lo referente al culto divino. Así, pues, la palabra religión proviene, según parece, de releer lo concerniente al culto divino, por el hecho de que a estas materias hay que darles muchas vueltas en nuestro interior, según se nos manda en Prov 3,6: En todos tus caminos, piensa en Él. Aunque también pudiéramos suponer que se llama así a la religión por nuestra obligación de reelegir a Dios, a quien por negligencia hemos perdido, como dice San Agustín en el X De Civ. Dei. O puede asimismo pensarse que la palabra religión se deriva de religar, y de ahí la frase de San Agustín en el libro De vera relig.: La religión nos religa al Dios único y omnipotente.

Ahora bien: sea que la religión se llame así por la repetida lectura, por la reelección de lo que por negligencia hemos perdido o por la religación, lo cierto es que propiamente importa orden a Dios. Pues a El es a quien principalmente debemos ligarnos como a principio indeficiente, a El debe tender sin cesar nuestra elección como a fin último, perdido por negligencia al pecar, y El es también a quien nosotros debemos recuperar creyendo y atestiguando nuestra fe. (S. Th., II-II, q.79, a.4 resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

Desmontan las tesis del informe Sauvé sobre los abusos sexuales en la Iglesia

“Ocho destacados miembros de la Academia Católica Francesa han elaborado un contra estudio que desmonta pieza por pieza el informe de la Comisión Sauvé sobre los abusos de clérigos y laicos en las estructuras clericales francesas. Se acusa al informe de dar datos de abusos inflados (no hubo 330.000 sino entre 4.000 y 27.000 víctimas) y advierten que el informe ha sido «realizado con parcialidad e ideología hostil hacia la Iglesia». Mientras tanto, el Papa ha cancelado su audiencia con Sauvé…”

Haz clic aquí!

Un “Salmo 151”

Hola Fray Nelson:

Como pasatiempo y en épocas especiales de mi vida, me gusta escribir… una vez una amiga en Jesús me propuso que le escribiera algo a Dios. El siguiente fué el resultado:

Mi Salmo 151

Ante mi tengo mis palmas extendidas,
ofreciéndote en ellas todo mi corazón,
cantándote con alegría,
sintiendo perder la razón.

Luego mi corazón salta de felicidad,
pues tu gracia sobreabunda en mi ceguedad,
tus manos heridas con tierna bondad,
limpian mi alma de toda maldad.

Tu sangre bendita siento correr,
tu sangre que limpia todo mi ser,
tu cuerpo me abraza y siento calor,
tu Espíritu me quema, ardo de amor.

Todo es alegría, y muero esperando,
mi alma te alaba donde estés tu,
mis oídos se abren y se oyen cantos,
mis ojos se abren y ven a Jesús.

Autor: Pedro Rozo