¡No me seas comodón! No esperes el año nuevo para tomar resoluciones: todos los días son buenos para las decisiones buenas. «Hodie, nunc!» -¡Hoy, ahora! Suelen ser unos pobres derrotistas los que esperan el año nuevo para comenzar…, porque, además, luego… ¡no comienzan!
De acuerdo, has obrado mal por debilidad. -Pero no entiendo cómo no reaccionas con clara conciencia: no puedes hacer cosas malas, y decir -o pensar- que son santas, o que carecen de importancia.
Recuérdalo siempre: las potencias espirituales se nutren de lo que les proporcionan los sentidos. -¡Custódialos bien!
Pierdes la paz -¡y bien lo sabes!-, cuando consientes en puntos que entrañan devolverte en tu camino. -¡Decídete a ser coherente y responsable!