¿Reprender?… Muchas veces es necesario. Pero enseñando a corregir el defecto. Nunca, por un desahogo de tu mal carácter.
Cuando hay que corregir, se ha de actuar con claridad y amabilidad; sin excluir una sonrisa en los labios, si procede. Nunca -o muy rara vez-, por la tremenda.
¿Te sientes depositario del bien y de la verdad absoluta y, por tanto, investido de un título personal o de un derecho a desarraigar el mal a toda costa? -Por ese camino no arreglarás nada: ¡sólo por Amor y con amor!, recordando que el Amor te ha perdonado y te perdona tanto.
Ama a los buenos, porque aman a Cristo… -Y ama también a los que no le aman, porque tienen esa desgracia…, y especialmente porque El ama a unos y a otros.