No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. -No te crees necesidades.
Si eres hombre de Dios, pon en despreciar las riquezas el mismo empeño que ponen los hombres del mundo en poseerlas.
No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor.
No amas la pobreza si no amas lo que la pobreza lleva consigo.