[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]
Tema 1 de 16: El comienzo y las señales de la vocación
* Cuando hablamos de vocación hablamos de llamado, y por consiguiente, de una voz y de uno que llama. El que llama es Dios, y su voz no es un accidente ni cosa de un instante sino guía que acompaña el camino.
* En ese sentido, la vocación sólo existe como proceso de propuesta y respuesta: de diálogo continuo entre Dios y el hombre.
* La plenitud de la vocación sucede en el llamado último, que es aquel que nos conducirá a la gloria del cielo: “Venid, benditos de mi Padre…” (Mateo 25).
* En su origen, la vocación combina hermosamente el santo temor y el santo amor. Temor, que expresa la sensación de ser “desbordado” o “abrumado” por una belleza, santidad, verdad, que supera lo conocido y aun lo imaginado. Amor, que invita a la cercanía y la confianza.