[La fe del Papa Benedicto y la pobreza del Papa Francisco – Retiro Espiritual para el Monasterio de Santa María Reina, en Zamora, España. Junio de 2013.]
Tema 6 de 12: El desierto, lugar de la verdad
* El pueblo que salió de Israel no entró inmediatamente en la tierra prometida. Su largo peregrinar por el desierto fue una verdadera purificación; una escuela de fe; una renovación profunda de su ser entero ante Dios.
* Lo que ellos descubren en un primer momento son las necesidades básicas: hambre, sed, refugio, vestido. Se descubren a sí mismos como creaturas; perciben su radical indigencia y dependencia: todo es recibido.
* Se muestran después con toda su fuerza los apetitos del YO. No sólo quieren alimento sino alimento “a su gusto.” Son rebeldes; un pueblo “de dura cerviz.” Cada uno busca su provecho y la codcia y la desobediencia se extienden como plaga en el campamento.
* Surgen después las dificultades comunitarias: envidias, conflictos de poder, intolerancia, suspicacia de unos con otros. En todo esto el desierto es como el gran lugar de diagnóstico del corazón humano.
* Pero al final se ve que hay también un apetito o necesidad muy profunda en el corazón humano, que queda expresada en la voz de Moisés: “Déjame ver tu rostro,” le dice él al Señor. La verdad última del corazón humano no es la capacidad de pecar sino la necesidad de conocer y amar a su Creador.