En el Santo Sacrificio del altar, el sacerdote toma el Cuerpo de nuestro Dios y el Cáliz con su Sangre, y los levanta sobre todas las cosas de la tierra, diciendo: »Per Ipsum, et cum Ipso, et in Ipso» -¡por mi Amor!, ¡con mi Amor!, ¡en mi Amor! Unete a ese gesto. Más: incorpora esa realidad a tu vida.