Hoy, en tu oración, te confirmaste en el propósito de hacerte santo. Te entiendo cuando añades, concretando: sé que lo lograré: no porque esté seguro de mí, Jesús, sino porque… estoy seguro de Ti.
Tú, solo, sin contar con la gracia, no podrás nada de provecho, porque habrás cortado el camino de las relaciones con Dios. -Con la gracia, en cambio, lo puedes todo.