LA GRACIA 2023/10/25 ¿Qué debe pasar cuando una persona se convierte?

Al convertirnos lo que antes nos servía para pecar debe empezar a servir para la gloria de Dios, recordando que el pecado puede ser ocasión para la obra de la gracia pero no es causa de la gracia.

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LA GRACIA 2023/10/24 Adán y su esposa Eva, Jesús y su esposa la Iglesia

Si en Adán se da la trasmisión del pecado a través del amor puramente natural; en Jesucristo se da la propagación de la gracia a través de su amor sobrenatural.

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LA GRACIA 2022/11/30 San Andrés nos muestra el camino cristiano

FIESTA DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

Los cristianos estamos llamados a transitar el camino del arrepentimiento para poder encontrar la experiencia transformante de la gracia.

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LA GRACIA 2021/12/09 Lo nuevo que trae la gracia de Dios

El Reino de Dios que nos trae Cristo es la donación y la acogida de la gracia que me transforma, la lucha sigue pero ahora no lucho solo: es Dios dentro de mí y conmigo otorgándome la victoria.

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LA GRACIA 2021/10/20 Relación entre el pecado, la ley y la gracia

La ley de Moisés era un auxilio solo exterior, pero con Cristo estamos en un régimen nuevo, el de la gracia, ese auxilio interior que nos ayuda a vencer toda forma de pecado.

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LA GRACIA 2021/10/19 ¿Eres parte de la propagación del pecado o de la gracia?

Existen dos invasiones que se van propagando, la invasión del pecado que destruye y la invasión de la gracia que renueva, limpia e ilumina ¿De cuál de estas dos quieres ser parte?

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La gracia, el perdón y la conversión

R. C. Trench: Dios nos va a perdonar, pero él quiere que el pecador sepa hasta qué punto y en qué medida fue perdonado.

Miguel de Unamuno: Dios es como el aire: nos damos cuenta de él cuando nos falta.

Paul Tillich: No busque nada; no haga nada; no pretenda nada. Simplemente, acepte el hecho de ser aceptado.

Dietrich Bonhoeffer: La gracia de Dios no te cuesta nada. Pero una vez que se te ha ofrecido, no es posible despreciarla.

C. S. Lewis: Todos dicen que el perdón es una idea maravillosa hasta el momento en que tienen que perdonar ellos mismos.

Padre Congreve: Si somos pecadores perdonados, deberíamos comportarnos como tales: bienvenidos a la casa de Dios, coronados con el maravilloso amor de Cristo. De ese modo, animamos a los que nos rodean, especialmente a aquellos que van tristes porque proyectamos nuestra tristeza en sus vidas, en vez de darles amor agradecido, fe y esperanza.

Adán y el Espíritu Santo

P . Fray Nelson pregunto : Adan y Eva tenian o mejor dicho, Dios les habia dado el Espiritu Santo o no, por el hecho que se paseaban con EL? ¿Tenian EL Espíritu Santo como nosotros los bautizados? — E.H.

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La presencia viva del Espíritu Santo en el hombre se identifica con la acción de la gracia santificante. Ahora bien, es doctrina propia de la Iglesia Católica (enseñada expresamente en el Concilio de Trento, por ejemplo) que Adán, antes del pecado, gozó del don de esa gracia que expresaba nada menos que su unión de amistad con Dios. por ello debemos decir que, aunque los dones expresos del Espíritu Santo se manifestaran de otra manera en nuestros primeros padres, lo esencial de la obra del Espíritu, que es su gracia que santifica, estaba en ellos.

Preguntas sobre María en el misterio de la Encarnación

Me gustaría las respuestas a las siguientes preguntas fundamentadas en la Biblia. Agradezco su colaboración para mi catequesis: ¿Cómo fue la concepción humana del Hijo de Dios? ¿Cómo eligió Dios a María y no a otra mujer…? ¿Fue libre María al responder a los planes que Dios tenía sobre Ella? ¿Qué significa que María es llena de gracia? — A.C.

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Son preguntas profundas, que gravitan en torno al gran misterio de la Encarnación del Señor en las entrañas de la Virgen María. Intentemos, en el Nombre del señor, abordarlas.

1. Concepción humana del Hijo de Dios. La clave de esta pregunta es la palabra “humana.” Si entendemos por concepción “humana” algo que sea como hemos sido concebidos los demás seres humanos, eso no es lo que nos enseña la Escritura ni eso es lo que creemos en nuestra fe. La concepción de Cristo no fue por relación íntima entre hombre y mujer: ese es el testimonio de la Escritura y negarlo significa simplemente rechazar lo que hemos recibido.

Nuestra fe proclama que hay hechos que superan a los principios y leyes que descubrimos en la naturaleza–y esto incluye lo propio de la concepción entre hombre y mujer. Tales hechos los solemos llamar “milagros” y la concepción de Cristo fue milagrosa en ese sentido. Si una persona no cree en milagros, esa persona no cree que Dios sea realmente Señor de la creación, o simplemente no cree en Dios. La conversación o discusión con esa persona debe entonces partir de la existencia y los atributos de Dios.

2. Elección de María, la Llena de Gracia. En toda elección, incluso puramente humana, entra una cantidad inmensa de consideraciones que no es fácil describir. ¿Quién por ejemplo podría dar las razones completas y definitivas por las que prefiere un color determinado, o un perfume específico? Cuando se trata de elegir personas, sea por agrado o por una misión particular, esas razones se hacen aún más difíciles de aclarar. Lo que sí está claro es que las voluntades de ambas partes entran en juego.

Es como una especie de danza o de espiral: hay una iniciativa de Dios, que otorga una bendición de amor a María y hay una respuesta generosa de María, que acoge, agradece y hace fecundo ese regalo del amor divino; a su vez, esta respuesta de María abre la puerta a una nueva acción y bendición de Dios, que suscita otra respuesta, que a su vez trae nuevas gracias y bendiciones. En el origen de todo este hermoso proceso místico está un primer querer de Dios, que en el fondo es tan inexplicable como todos los actos de su querer. Si nos preguntamos el por qué del amor sólo llegaremos a que el amor es respuesta de sí mismo, como dijo San Bernardo: “amor porque amo; amo por amar.”

Ahora bien, todo ese proceso tenía un propósito, un bien inmenso que no era solamente para ella: se trataba de nuestra redención. Quiero decir: Dios nos ama y espera respuesta de amor de todos nosotros, según la vocación que cada uno de nosotros tiene en su plan de salvación, pero lo que falla en nuestro caso es la lentitud y mediocridad de nuestras respuestas. Ninguno de nosotros es ni debe ser una repetición de María pero todos podemos aprender de ella y recibir de los bienes y gracias que Dios le otorgó, y que por su propio amor llegan también a nosotros en forma de una eficaz y continua intercesión.

Eso es lo que significa que ella es “llena de gracia”: que el amor de Dios hizo obra preciosa en ella, y que ella respondió a ese amor con generosidad, prontitud y perfección. Ella es llena de gracia porque esa especie de “diálogo de amor” entre ella y Dios no cesó nunca y fue cada vez más pleno y perfecto.

3. Libertad de María. Nosotros somos obra de Dios y Dios no se contradice. nuestra libertad, entendida como capacidad de desear y obrar según la la verdad que conocemos por la luz de la razón y la luz de la fe, es regalo de Dios. Y su gracia, su amor que nos visita y nos capacita, es también regalo suyo. Estos dones suyos no se contradicen sino que se complementan y fortalecen mutuamente: el llamado gratuito del amor de Dios encuentra respuesta en nuestra libertad, y nuestra libertad, al responder, se llena de mayor claridad y fuerza para mejor desear el bien que Dios le propone. Esto sucede en todos nosotros pero sucedió de un modo especial y eminente en la Santa Virgen María, de modo que ella obró con suprema y altísima libertad, escogiendo así lo que era, de modo absoluto, lo mejor para sí misma.

LA GRACIA 2020/10/13 Diferencia entre Antiguo y Nuevo Testamento

La ley no es perversa, su bien es darnos a conocer lo bueno y lo malo, iluminar la conciencia moral para mostrarnos nuestra limitación y aprender a suplicar la gracia que viene con la plenitud en Cristo.

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Dos elogios sobre la gracia

Hoy, en tu oración, te confirmaste en el propósito de hacerte santo. Te entiendo cuando añades, concretando: sé que lo lograré: no porque esté seguro de mí, Jesús, sino porque… estoy seguro de Ti.

Tú, solo, sin contar con la gracia, no podrás nada de provecho, porque habrás cortado el camino de las relaciones con Dios. -Con la gracia, en cambio, lo puedes todo.

Más pensamientos de San Josemaría.

Palabras de sabiduría sobre el combate espiritual

Parece que hay calma. Pero el enemigo de Dios no duerme… -¡También el Corazón de Jesús vela! Esa es mi esperanza.

¡Gracias Señor, porque -al permitir la tentación- nos das también la hermosura y la fortaleza de tu gracia, para que seamos vencedores! ¡Gracias, Señor, por las tentaciones, que permites para que seamos humildes!

No se puede llevar una vida limpia sin la ayuda divina. Dios quiere nuestra humildad, quiere que le pidamos su ayuda, a través de nuestra Madre y Madre suya. Tienes que decir a la Virgen, ahora mismo, en la soledad acompañada de tu corazón, hablando sin ruido de palabras: Madre mía, este pobre corazón mío se rebela algunas veces… Pero si tú me ayudas… -Y te ayudará, para que lo guardes limpio y sigas por el camino a que Dios te ha llamado: la Virgen te facilitará siempre el cumplimiento de la Voluntad de Dios.

Más pensamientos de San Josemaría.

¿Se da la sabiduría en todos los que tienen la gracia?

Como hemos expuesto (a.1 y 3), la sabiduría de que hablamos implica rectitud de juicio en lo que concierne a las cosas divinas que hay que contemplar y consultar. Desde esa doble perspectiva hay grados diferentes de sabiduría, según los modos de unión con Dios. En efecto, hay quienes tienen tanta rectitud de juicio cuanta es necesaria para la salvación, lo mismo en la contemplación de lo divino que en la ordenación de lo humano según las reglas divinas. Esta sabiduría no le falta a nadie que esté, por la gracia, sin pecado mortal, porque, si la naturaleza no falta en lo necesario, mucho menos la gracia. Por eso se ha escrito: La unción os enseñará en todo (1 Jn 2,27).

Pero algunos reciben la sabiduría en grado más eminente, no sólo en la contemplación de lo divino, en la medida en que penetran los misterios más profundos y los pueden manifestar a los demás, sino también en cuanto a la dirección de lo humano según las reglas divinas, en la medida en que son capaces de ordenarse a sí mismos y ordenar a los demás. Este grado de sabiduría no es común a cuantos tienen la gracia santificante, pues pertenece más bien a la gracia gratis data que el Espíritu Santo distribuye como quiere, a tenor de lo escrito por el Apóstol: A otro se da por el Espíritu palabra de sabiduría (1 Cor 12,8ss). (S. Th., II-II, q.45, a.5, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]