“Entendemos por pecado la negativa voluntaria y libre, actual o habitual, a realizar lo que Dios pide y espera del hombre, expresado en su oferta de amor y amistad que encuentra por nuestra parte una oposición y un no querer amar y abrirnos hacia Dios y hacia el prójimo. O como dice el Catecismo de la Iglesia Católica pecado «es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes» (CEC 1849)…”
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