Razonan que, en nombre de la caridad, proceden con delicadeza y comprensión, ante los que atropellan. -Ruego a Dios que esa delicadeza y esa comprensión no sean el camuflaje de… sus respetos humanos, ¡de su comodidad!, para permitir que cometan el mal. Porque entonces… su delicadeza y su comprensión sólo serían complicidad en la ofensa a Dios.
No cabe facilitar la conversión de un alma, a costa de hacer posible la perversión de otras muchas.
Si alguno aceptara que, entre los corderos, se criasen lobos…, puede imaginarse con facilidad la suerte que correrían sus corderos.