Razonan que, en nombre de la caridad, proceden con delicadeza y comprensión, ante los que atropellan. -Ruego a Dios que esa delicadeza y esa comprensión no sean el camuflaje de… sus respetos humanos, ¡de su comodidad!, para permitir que cometan el mal. Porque entonces… su delicadeza y su comprensión sólo serían complicidad en la ofensa a Dios.
No cabe facilitar la conversión de un alma, a costa de hacer posible la perversión de otras muchas.
Si alguno aceptara que, entre los corderos, se criasen lobos…, puede imaginarse con facilidad la suerte que correrían sus corderos.
Más pensamientos de San Josemaría.