¡A ver cuándo te enteras de que tu único camino posible es buscar seriamente la santidad! Decídete -no te ofendas- a tomar en serio a Dios. Esa ligereza tuya, si no la combates, puede acabar en una triste burla blasfema.
Unas veces dejas que salte tu mal carácter, que aflora, en más de una ocasión, con una dureza disparatada. Otras, no te ocupas en aderezar tu corazón y tu cabeza, con el fin de que sean aposento regalado para la Santísima Trinidad… Y siempre, acabas por quedarte un tanto lejos de Jesús, a quien conoces poco… -Así, jamás tendrás vida interior.
Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre. Muchos son los cristianos que siguen a Cristo, pasmados ante su divinidad, pero le olvidan como Hombre…, y fracasan en el ejercicio de las virtudes sobrenaturales -a pesar de todo el armatoste externo de piedad-, porque no hacen nada por adquirir las virtudes humanas.