Aprender a gobernar

Autoridad. -No consiste en que el de arriba “grite” al inferior, y éste al de más abajo. Con ese criterio -caricatura de la autoridad-, aparte de la evidente falta de caridad y de corrección humana, sólo se consigue que quien hace cabeza se vaya alejando de los gobernados, porque no les sirve: ¡todo lo más, los usa!

No seas tú de ésos que, teniendo desgobernada su propia casa, intentan entrometerse en el gobierno de las casas de los demás.

Pero… ¿de veras piensas que todo lo sabes, porque has sido constituido en autoridad? -Oyeme bien: el buen gobernante “sabe” que puede, ¡que debe!, aprender de los demás.

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