Piénsalo bien: ser transparente consiste más en no tapar que en querer hacer ver… Se trata de permitir que se distingan los objetos que hay en el fondo de un vaso, y no de esforzarse en volver visible el aire.
Que obremos siempre de tal manera, en la presencia de Dios, que no tengamos que ocultar nada a los hombres.