Caras largas…, modales bruscos…, facha ridícula…, aire antipático: ¿Así esperas animar a los demás a seguir a Cristo?
¿No hay alegría? -Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. -Casi siempre acertarás.
Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. -Pide esa misma alegría sobrenatural para todos.
“Lætetur cor quærentium Dominum” -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. -Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza.