¡Cuántos crímenes se cometen en nombre de la justicia! Si tú vendieras armas de fuego y alguien te diera el precio de una de ellas, para matar con esa arma a tu madre, ¿se la venderías?… Pues ¿acaso no te daba su justo precio?… -Catedrático, periodista, político, hombre de diplomacia: meditad.
¡Dios y audacia! -La audacia no es imprudencia. -La audacia no es [simple] osadía.
No pidas a Jesús perdón tan sólo de tus culpas: no le ames con tu corazón solamente… Desagráviale por todas las ofensas que le han hecho, le hacen y le harán…, ámale con toda la fuerza de todos los corazones de todos los hombres que más le hayan querido. Sé audaz: dile que estás más loco por El que María Magdalena, más que Teresa y Teresita…, más chiflado que Agustín y Domingo y Francisco, más que Ignacio y Javier.