La vida publica en nuestros dias

73. En nuestra época se advierten profundas transformaciones también en las estructuras y en las instituciones de los pueblos como consecuencia de la evolución cultural, económica y social de estos últimos. Estas transformaciones ejercen gran influjo en la vida de la comunidad política principalmente en lo que se refiere a los derechos y deberes de todos en el ejercicio de la libertad política y en el logro del bien común y en lo que toca a las relaciones de los ciudadanos entre sí y con la autoridad pública.

La conciencia más viva de la dignidad humana ha hecho que en diversas regiones del mundo surja el propósito de establecer un orden político-jurídico que proteja mejor en la vida pública los derechos de la persona, como son el derecho de libre reunión, de libre asociación, de expresar las propias opiniones y de profesar privada y públicamente la religión. Porque la garantía de los derechos de la persona es condición necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública.

Con el desarrollo cultural, económico y social se consolida en la mayoría el deseo de participar más plenamente en la ordenación de la comunidad política. En la conciencia de muchos se intensifica el afán por respetar los derechos de las minorías, sin descuidar los deberes de éstas para con la comunidad política; además crece por días el respeto hacia los hombres que profesan opinión o religión distintas; al mismo tiempos e establece una mayor colaboración a fin de que todos los ciudadanos, y no solamente algunos privilegiados, puedan hacer uso efectivo de los derechos personales.

Se reprueban también todas las formas políticas, vigentes en ciertas regiones, que obstaculizan la libertad civil o religiosa, multiplican las víctimas de las pasiones y de los crímenes políticos y desvían el ejercicio de la autoridad en la prosecución del bien común, para ponerla al servicio de un grupo o de los propios gobernantes.

La mejor manera de llagar a una política auténticamente humana es fomentar el sentido interior de la justicia, de la benevolencia y del servicio al bien común y robustecer las convicciones fundamentales en lo que toca a la naturaleza verdadera de la comunidad política y al fin, recto ejercicio y límites de los poderes públicos.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 73]

Ciencia de la Cruz, 2 de 4, Lo contradictorio

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 2 de 4: Lo contradictorio

* Si lo inevitable nos revela nuestros límites, puede en cambio decirse que son las contradicciones las que nos revelan que, aun dentro de los límites de lo posible, no podemos conseguir todo lo que quisiéramos. Una contradicción es un “NO” que se planta frente a nosotros, y que nos incomoda, frustra o enoja.

* La contradicción de nuestra inteligencia sucede cuando encontramos opiniones opuestas, o más todavía, cuando debemos admitir que estábamos equivocados. Hay algo positivo: así aprendemos una nueva verdad.

* La contradicción de la voluntad, en cuanto motor de proyectos y planes, suele generar disgusto e ira. pero podemos aprender esto: que nuestra voluntad cuando todo le sale bien no puede estar segura de coincidir con la voluntad divina; cuando halla oposición, sí que sabe que hace caso a Dios. En esto no interesa qué motivaciones tengan las mediaciones humanas.

* La contradicción de la voluntad, en cuanto capacidad amatoria y lugar de afecto, suele engendrar tristeza, pero una cosa es cierta: que lo que finalmente entristece no es el amar sino la expectativa de ser amado; por eso es posible superar este tipo de contradicción por la ampliación de la capacidad, pureza y manera de amar.

* La contradicción de la memoria es el llamado que hace Dios a la amada del Rey: “Escucha, hija, mira, inclina el oído; olvida tu pueblo y la casa paterna.” Pero ese olvido va unido a una certeza y una promesa: “Prendado está el rey de tu belleza… a cambio de tus padres tendrás hijos.”

Ciencia de la Cruz, 1 de 4, Lo inevitable

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 1 de 4: Lo inevitable

* La vida de Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) aparece marcada por dos palabras: ciencia y cruz. Entendida en su sentido original, muy amplio, “ciencia” es conocimiento cierto. Ya en él hay una renuncia a las opiniones personales, y hay una marcha hacia lo verdadero y sus implicaciones, es decir, ya hay un anticipo de la renuncia propia de la cruz.

* Más explícita se ve esa renuncia en la tradición filosófica que Edith principalmente siguió en su juventud. La fenomenología de Edmund Husserl propone una “epojé,” palabra por la que el filósofo entiende un “poner entre paréntesis” los datos (ciertos, probables o falsos) de las ciencias, para buscar un piso que dé fundamento a todo conocer. Despojo y fundamento son entonces dos expresiones que acompañan la maduración intelectual de Edith Stein y que tendrán luego su expresión en la experiencia de despojo del Monasterio Carmelitano y en el fundamento de cristo como roca única.

* Llegamos al conocimiento por vía inicial de experiencia. Y las experiencias que conducen a percibir la cruz van en cuatro áreas, que de menor a mayor intensidad pueden quizás ordenarse así: lo inevitable, lo contradictorio, lo doloroso y lo adverso.

* Lo inevitable, lo que escapa a nuestro control, lo que impone su ley en nosotros, es siempre un recordatorio de una verdad fundamental: somos creaturas; no somos el Creador. El primer paso hacia la Cruz consiste en algo tan sencillo pero tan profundo como reconocer que no somos dioses. Frente a la arrogancia de pensadores como Nietzsche, Freud o Sartre, es falso que la sola voluntad o la palabra humanas puedan definir lo que somos y tenemos.

* Jesús nos enseña sobre este límite de creaturas cuando recuerda que no podemos alargar nuestra vida o nuestro cuerpo a placer: dependemos de otros, estamos sometidos a leyes naturales, nuestra esencia y naturaleza no están al arbitrio de cualquier deseo que tengamos. Así va uno descubriendo el camino de la Cruz, no para quedarse en el límite sino para ver en la Cruz la revelación del genuino amor y el comienzo de la gloria que perdura.

De budista a seminarista

“Juan es un joven valenciano que a sus 26 años acaba de entrar en un seminario español. Pero su itinerario ha sido muy especial. Siendo de familia católica no practicante, a los 8 años, un lama tibetano llegó a su casa, convencido de que el chico era la reencarnación de un antiguo maestro budista. Tutores tibetanos le formaron y a los 15 años, ya lo nombraron lama. Su encuentro con Cristo llegó de una forma completamente asombrosa. Este es su testimonio, tal como contó en una entrevista…”

budista a seminarista

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Fe y Educacion, 3 de 3, Propuestas de fondo

Ciclo de conferencias en la ciudad de Santa Fe, Argentina, a un grupo de docentes y directivos.

Tema 3 de 3: Propuestas de fondo

  • No se puede renunciar a la educación como evangelización.
  • Educación basada en una base–no necesariamente cronológica–de conversión.
  • Educación construida como pacto explícito entre directivos, docentes, administrativos y estudiantes.
  • Educación integral: afectiva, intelectual, moral, social
  • Educación en diálogo con la historia particular, familiar, regional y universal
  • Educación dialécticamente conectada con la vida laboral y los espacios de liderazgo social
  • Educación con una visión de trascendencia, a partir de la pertenencia actual a una comunidad, la Iglesia, que supera el aquí y el ahora, sin despreciarlos

Fe y Educacion, 2 de 3, Cuestionamientos internos

Ciclo de conferencias en la ciudad de Santa Fe, Argentina, a un grupo de docentes y directivos.

Tema 2 de 3: Cuestionamientos internos

  • ¿Hay un futuro? ¿Educarse prepara para el éxito?
  • ¿No es la vida un póker con cartas marcadas?
  • ¿Ser bueno, ser exitoso y ser feliz en qué se parecen realmente?
  • ¿Hay algo más poderoso que la sensación y el impacto?
  • ¿Por qué habría que creer en la Iglesia?

Fe y Educacion, 1 de 3, Condicionamientos externos

Ciclo de conferencias en la ciudad de Santa Fe, Argentina, a un grupo de docentes y directivos.

Tema 1 de 3: Condicionamientos externos

  • Dos “creaciones”: el individuo y la juventud.
  • Dos suposiciones: la certeza existe sólo en la ciencia; el poder reside sólo en el pueblo.
  • Dos medidas: la realidad es estadística; el buen gobierno se mide en PIB.
  • Dos mecanismos de presión: educación y salario son ambos derechos; programas y resultados son ambos deberes.
  • Dos transferencias: la familia delega en el colegio; el estado toma de la familia

Que hay que pensar de la Biblia?

La Biblia no es solamente un libro, es una verdadera biblioteca constituida por 73 obras de distinto género: crónicas, discursos, fábulas, poesías… que se fueron componiendo a lo largo de varios siglos, desde el siglo XII antes de Cristo hasta un siglo después de su ascensión al cielo.

Para entender bien el contenido de la Biblia, hay que tomarla como el acervo común de todo un pueblo, que la aceptó y conservó como patrimonio propio, y no solamente como textos individuales de ciertos escritores.

¿Por qué consideramos a la Biblia como palabra de Dios?

Para los creyentes la Biblia sobrepasa con mucho su valor documental. Ella es un mensaje de Dios a la humanidad de todos los tiempos, un reflejo de su presencia e intervención en la historia del hombre.

Esto supone una presencia de Dios en tres niveles: el de los hechos reales (creación, providencia, milagros), el de la interpretación de esa presencia (inspiración, es decir, asistencia especial) y el de aquéllos que reciben el mensaje y reconocen en él su origen divino (fe-Magisterio).

De ahí que la Biblia se nos presente como una realización colectiva, vivida y hablada antes de ser escrita, inscrita en la tradición de un pueblo de creyentes, que avanza por la historia iluminado por el Espíritu de Dios.

Esto explica la originalidad de su estructura, tanto en el Antiguo Testamento –antes de Cristo– como en el Nuevo –después de Cristo–.

¿Cómo se manifiesta el origen divino de la Biblia?

Sorprende la libertad con que se han elaborado los libros del Antiguo Testamento y cómo, pese a la convivencia con pueblos de su entorno, entre mitos y costumbres diversos, el pueblo hebreo ha sabido preservar con fuerza su verdad, sin arredrarse ante corrientes de opinión contraria y presiones de todo género. Nos llega así nítida la pura originalidad de su mensaje; a saber, la existencia de un Dios único y su alianza gratuita con la humanidad.

Del mismo modo, resulta sorprendente la forma en que se ha configurado el Nuevo Testamento. La selección de los libros que lo constituyen deja de lado otros testimonios, que hoy llamamos evangelios apócrifos, relatos maravillosos de la vida de Jesús.

¿Porqué consideramos a la Biblia Palabra de Vida?

1.– El misterio de la Biblia es indisociable del misterio del pueblo de Dios y de la Iglesia. Ésta es la que garantiza su autenticidad. De ahí que la Biblia necesite de la Iglesia el cauce natural de su mensaje, y que en ella encuentre siempre su intérprete legítima.

«El que os escucha me escucha», dice Jesús a sus discípulos (Lc 10,16).

2.– Al mismo tiempo, la fe cristiana no puede quedar en una personal adhesión a Dios ilustrada por la lectura de la Biblia. La fe cristiana implica entrar en una comunidad de creyentes: la Iglesia. Creer es integrarse en la familia eclesial.

3.– La Biblia, al tener como objeto la formación moral y religiosa de la humanidad, no intenta dar una enseñanza científica. «La Biblia no enseña cómo va el cielo, sino cómo se va al cielo», decía San Agustín. En cuestiones históricas, por otro lado, la Escritura relata los acontecimientos según géneros literarios diversos. Se equivocaría, pues, quien exigiese de ella otras enseñanzas.

Comprendida y meditada a la luz de la fe, la Biblia es palabra de Dios para los hombres de todos los tiempos, desde las tribus primitivas hasta el mundo tecnificado de este siglo XXI que comienza.

• «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4,4)

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.