Sobre el 28° Encuentro de la Renovación Carismática, y la coyuntura social y cultural que vive Bolivia.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
Sobre el 28° Encuentro de la Renovación Carismática, y la coyuntura social y cultural que vive Bolivia.
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Recientemente el Papa Benedicto animó a todos a leer y meditar con frecuencia la Palabra de Dios. Pero hay mitos populares en el mundo católico que siguen separándonos de esta Fuente Viva de la gracia. Es preciso superarlos.
Afectividad
Colócate en una posición cómoda, cierra los ojos, respira profundamente y con suavidad. Ahora imagina que estás en un lugar agradable, cómodo y seguro, advierte la paz que sientes allí. Estás muy a gusto, en calma y en completa relajación. Inspira, y siente cómo te invade una tranquila fuerza.
Ahora piensa en una persona que te provoque algún resentimiento, puede ser del pasado o alguien a quien ves cada día. Forma su imagen en tu mente. Inspira y siente tu fuerza interior. Al dejar salir el aire, salen con él el temor y la inquietud. Ahora invita a esa persona a que venga a ese lugar seguro en el que estás. Inspira y siente la integridad que hay dentro de tu ser, permítete mirar a esa persona.
Comienza a comunicarte con esa persona, a manifestarle los pensamientos y sentimientos que hasta ahora has tenido callados. Con valor y buena disposición, cuéntale la verdad de tu experiencia. Ahora escucha lo que esa persona te dice. Centra toda tu atención en atender a sus palabras y a los sentimientos que tal vez hay detrás de ellas. Sin prejuicios y con paciencia, escucha. Escucha todo lo que tenga que decir, pon atención a la verdad que se esconde detrás de sus palabras. Deja de lado toda acusación, toda crítica, deja de lado el orgullo que se aferra al resentimiento. Inspira hondo y siente la integridad que llevas dentro de tu ser.
Continuar leyendo “Ejercicios sobre el perdón: Práctica No. 2”
Entre las potencias del alma se cuentan la inteligencia, la voluntad y la memoria. Pero hay un factor que se olvida: aquello que se adueña de nuestra atención es lo que luego se adueña de nuestro afecto y ocupa nuestra inteligencia. La atención es cautivada por aquello que admira y por ese un oportuno conocimiento de la admiración es indispensable para saber hacia dónde se dirigen nuestros pasos.
La Pasión de Jesucristo: El testimonio del Amor más Grande; la fuente viva de nuestra redención; la razón de toda nuestra esperanza; el principio sólido del amor que nos une; la revelación de la misericordia en su forma más perfecta. Tema 2: Unción en Betania y traición de Judas.
El 14 de Noviembre pasado se cumplieron 100 años del nacimiento de Pedro Arrupe (+ 5 de febrero de 1991). La fecha no ha pasado inadvertida. Lo que se diga a estas alturas tendrá de hecho un impacto notable en la próxima Congregación General, es decir, el órgano máximo de gobierno de la Compañía de Jesús, que tendrá entre sus tareas elegir al próximo General.
De hecho ha sido el actual Padre General, Hans Kolvenbach, quien ha ponderado con voz más alta la labor de Arrupe, calificándolo de “profeta.” No pudieron ser más exigentes los años del gobierno de este ilustre bilbaíno, que tuvo el timón de la Compañía entre 1965 y 1983. Junto a Kolvenbach, muchos alaban la gestión de aquellos años difíciles para todos en la Iglesia. Quizás lo que más se destaca es el haber puesto a los jesuitas en una ruta que debería permanecer siempre próxima al compromiso por la justicia.
Continuar leyendo “¿Qué hay detrás del centenario de Arrupe?”
El ejemplo de aquel leproso que tuvo la audacia de pedir la curación a Jesús nos invita por una parte a reconocer nuestras lepras, y por otra, a reconocer las actitudes de amor y de gracia con que el mismo Cristo responde a nuestras súplicas.
1.1 Una figura rica y compleja como la de Alberto, que por tantas razones ha sido llamado “el Grande” (Magno), nos presenta el tremendo reto de hallar qué unifica a una personalidad tan fascinante. La repuesta, creo yo, debemos encontrarla en su propia vocación, que fue ante todo un llamado a predicar el Evangelio. Alberto es, primero que todo, un “hermano (fraile) predicador,” y esto es bueno recordarlo entre otras cosas para percibir en él las riquezas del carisma de santo Domingo de Guzmán.
1.2 Es bueno recordar que el término “Ordo Praedicatorum,” que santo Domingo quiso para su comunidad, era el uso común para referirse a los obispos. En cuanto sucesores de los apóstoles, son ellos los primeros testigos de la fe y maestros en el conocimiento del Evangelio de Cristo. Y tales fueron los rasgos que Domingo quiso para sus frailes. En este sentido, hay una cierta lógica en que la Iglesia muchas veces haya escogido a frailes predicadores para al alto ministerio del episcopado. Tal fue el caso con san Alberto.
89.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
89.2. Dios en su bondad ha hecho lo que ha hecho y ha dejado de hacer lo que ha dejado de hacer. Dios es bueno cuando obra y cuando no obra; cuando habla y cuando calla.
89.3. Sucede a menudo que tus ojos pueden descubrir el bien de sus creaturas; más amor se necesita para descubrir también la bondad que ha expresado en lo que no ha hecho. Ello no significa que Dios esté imposibilitado para crear un universo mejor que este, pero sí implica que en este universo, lugar único de nuestro discurso, tanto lo que existe como lo que no existe tienen significado. Las playas del significado y del sentido son más amplias que el océano de la existencia, al que abarcan.
Angela Marulanda ha escrito recientemente para el periódico EL TIEMPO un artículo lleno de sensatez, que transcribo dando todo el crédito a esta eminente Educadora. Lo que sigue es suyo.
No creo en el éxito de ninguna iniciativa para solucionar un problema que se centre en atacar los efectos o los síntomas y no las causas del mismo. Mientras que las razones que dan lugar al aumento en los embarazos precoces, abortos y enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes sigan vigentes, cualquier medida que se tome para evitar tan solo sus resultados está condenada al fracaso. Y los programas o campañas ‘educativas’ cuya solución es ante todo informar a los jóvenes sobre sus derechos sexuales y sobre los métodos anticonceptivos a su disposición están orientadas a combatir los efectos de la promiscuidad sexual y no la razón de ser de tal conducta.
Continuar leyendo “¿Por qué fracasa la ‘educación’ sexual?”
Dos Sentimientos Opuestos
La afectividad, fundamento y eje central de toda vida psíquica, alimenta de energía a las demás facultades humanas. Somos afectivos y respondemos afectivamente en todo el contexto de nuestra existencia. El hombre y la mujer necesitamos amar y ser amados. Durante las veinticuatro horas del día vivimos la afectividad, clave para las relaciones con las demás personas y con el mundo circundante, a través de sentimientos de gozo, de experiencias fundantes de Dios; de rechazo, tristeza, agresividad, etc. En la práctica cada uno de nosotros vive lo afectivo como algo que provoca una sensación agradable o desagradable, buena o mala; desde movimientos de amor, satisfacción, alegría, odio, rabia, cólera. Con base en estos sentimientos, decide qué actitud tomar. Es ella el elemento decisivo para el desarrollo y maduración de la persona. Del feliz desempeño de nuestra afectividad depende, en buena medida, la realización vital y la felicidad personal. Procurar un clima de equilibrio afectivo promueve la madurez de la persona.
Manifestamos nuestra afectividad con diferentes vivencias emotivas: amor y odio, deseo y miedo, simpatía y antipatía, alegría y tristeza. Estos movimientos surgen espontáneamente, sin que los controlemos, a partir de un estímulo o de la propuesta de un bien o de un mal concreto, de algo positivo o negativo. El bien o el mal actúan como motor y suscitan continuamente en el hombre atracción o repulsión, con sus variedades extremas y con sus consecuencias, que son breves o duraderas.
Hay algo fascinante y a la vez aterrador, de algún modo…
Hay muchas cosas que son lógicas pero que no son explicativas: creo que esta es una distinción muy útil para entender algunos aspectos de los debates sobre la teoría de la evolución, e incluso más, sobre el papel que suele asignarse a la ciencia en nuestros días. Básicamente, mi punto es que para que algo sea “lógico” basta con que tenga coherencia interna mientras que el carácter de “explicativo” conlleva un vínculo con lo realmente existente, con lo que de hecho ha existido o existe.
Un ejemplo ayuda a comprender la diferencia con una historia ficticia. Un tío mío es cuadrapléjico y vive acompañado solamente de su esposa. Suelo visitarlos los sábados por la tarde. Como me tienen mucha confianza me han dado una copia de las llaves de la casa, y es normal que llegue y entre por mis propios medios. Así lo hice el último sábado, y entonces descubrí para mi sorpresa que la cama de mi tío estaba arreglada, con sábanas limpias pero sin rastro de él. Hay muchos argumentos que resultan coherentes con este conjunto de hechos: es posible que mi tío haya muerto, o que hayan tenido que llevarlo a un hospital, o que al fin uno de sus hijos se haya resuelto a organizar un tiempo de vacaciones con él, o que le hayan cambiado de habitación por razones de ventilación o de luz solar, y aún otros argumentos podrían pensarse, hasta llegar a los casos límite de los secuestros de extraterrestres. La sola lógica no me permite encontrar qué es lo que realmente ha sucedido, es decir, no me permite elegir entre varias teorías en contienda. Necesito más hechos para poder descartar unas teorías y quedarme con otras.