Bases de la Espiritualidad de SANCTUS, 2 de 2

La Cruz es el horizonte de Cristo; es su “hora” decisiva; es sobre todo el lugar de la revelación decisiva y la entrega completa, la kénosis del Señor. El lenguaje con que Cristo nos absolvió es su propia Sangre. Este es el “misil” de su amor, que quebranta el corazón humano y por fin lo abre a los misterios del arrepentimiento, la gratitud y la misericordia.