La ayuda maternal de Santa María

Una historia que nos abre al amor que tiene nuestra Madre María por sus hijos.

“Yo si he visto milagros escribía un sacerdote, Urteaga. Fíate de mí. Hazme caso. Reza a la Virgen”. Y cuenta uno de los milagros que ha visto.

“Me encontraba en Madrid. Acababa de ordenarme sacerdote. Tenía 26 años. Era un atardecer a la hora de terminar el trabajo”.

Te llaman por teléfono, me dijeron. Una voz masculina, un tanto nerviosa, explicaba la razón de la llamada:

Mire, tengo un amigo que se encuentra muy mal, puede morir en cualquier instante. Me pide que le llame a usted porque quiere confesarse. No, no le conoce, pero quiere que sea usted. (Nunca he entendido porqué) ¿Puede venir a esta casa?

Salgo para allá en este momento.

(Me interrumpió) Mire, el asunto no es tan fácil. Me explicaré. El piso está lleno de familiares y amigos que no dejarán que un sacerdote católico entre en esta casa; pero yo me encargo de facilitar su entrada.

Pues allá voy, amigo. Dentro de un cuarto de hora estoy ahí: lo que tarde el autobús.

El piso era muy grande. Lo estoy viendo ahora que describo la situación. La puerta entreabierta, un pasillo largo. Entro decidido después de encomendarme a la Virgen para que facilitase el encuentro. Rumores de voces en las habitaciones contiguas; algunas personas que me miran con gesto de asombro. Con un breve saludo me dirijo a la habitación que estimo puede ser la del enfermo.

Efectivamente lo es:

¿Le han dejado entrar?

He visto caras de susto y gestos feos; pero ha podido más la Virgen nuestra Señora.

Gracias. No tengo mucho tiempo (el enfermo jadeaba). Quiero confesarme.

(Cogí mi crucifijo, lo besé) Comienza, Dios te escucha.

Yo muy emocionado. El hombre (era un personaje importante), también. Apliqué mis oídos a sus labios porque apenas se le oía.

La confesión… larga, muy larga.

…Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Al terminar pocos minutos le quedaban de vida quiso explicarme “su” milagro. Lo hizo fatigosamente. Se lo agradecí con toda el alma.

He estado cuarenta años ausente de la Iglesia. Y usted se preguntará por qué he llamado a un sacerdote.

El lo decía todo. Yo callaba.

Mi Madre, al morir, nos reunió a los hermanos… Mirad. No os dejo nada. Nada tengo. Pero cumplid este testamento que os doy: Rezad todas las noches tres avemarías. Y yo (¡cómo lloraba el pobre!), yo lo he cumplido, ¿sabe?, lo he cumplido.

Se moría mientras cantaba. A mí me pareció todo aquello un cántico: “Yo lo he cumplido, yo lo he cumplido”.

Pbro. José Pedro Manglano Castellary

Juan Pablo II y Edith Zirer

Un acontecimiento especialmente impactante fue el discurso en el Memorial del holocausto Yad Vashem. Esta es la historia extraordinaria que había guardado en su corazón desde los 13 años Edith Zirer:

“…Edith era una pequeña judía de origen polaco liberada el 28 de enero de 1945. Estaba enferma, delgada, exhausta. La vida no le importaba nada. Deambuló varios días sin rumbo, hasta llegar a una estación ferroviaria cerca de Cracovia. Echada en un rincón, estaba convencida de que había llegado su hora de morir…

…Acertó pasar por allí un joven que le preguntó su nombre. Una brisa de aire oxigenó su alma, porque hacía tiempo que nadie le preguntaba el nombre. Llevaba tanto tiempo siendo sólo un número. Ese joven se compadeció de la niña y le trajo una gran taza de té caliente. Hacía mucho tiempo que no tomaba una bebida caliente. Después la llevó un bocadillo de queso, que suavemente la obligó a comer…

…Luego ,dice ella, me tomó en sus brazos, y a cuestas me llevó unos 4 kilómetros, a pesar de que nevaba. Recuerdo su chaqueta marrón, la voz tranquila que me reveló la muerte de sus padres, de su hermano, la soledad en que se encontraba, y la necesidad de no dejarse llevar por el dolor y de combatirlo para vivir…

…El joven era un seminarista a punto de ser ordenado sacerdote. Su nombre se quedó grabado indeleblemente en su memoria: Karol Wojtyla. Con el tiempo comprendió que lo único que quería hacer era ayudarme…

…Edith Zirer, casada hoy y con 2 hijos, que vive en Haifa, en una colina del Monte Carmelo, quiso estar con el Papa en su histórico viaje a Tierra Santa para darle personalmente las gracias justamente en el Memorial del Holocausto Yad Vashem. Fue un día inolvidable para ella y para toda la población judía, así como una lección universal de humanidad…”

Hablar de Dios

Un capellán, cuentan, se aproximó a un herido en medio del fragor de la batalla y le preguntó: – ¿Quieres que te lea la Biblia?

– Primero dame agua que tengo sed, dijo el herido.

El capellán le convidó el último trago de su cantimplora, aunque sabía que no había más agua en kilómetros a la redonda.

– ¿Ahora?, preguntó de nuevo.

– Primero dame de comer, suplicó el herido.

El capellán le dió el último mendrugo de pan que atesoraba en su mochila.

– Tengo frío, fue el siguiente clamor, y el hombre de Dios se despojó de su abrigo de campaña pese al frío que calaba y cubrió al lesionado.

– Ahora sí, le dijo al capellán. Habla de ese Dios que te hizo darme tu última agua, tu último mendrugo, y tu único abrigo. Quiero conocerlo en su bondad.

Jim Caviezel revela detalles de su encuentro con el Papa

El actor que interpreta a Jesús en “La pasión” agradeció la Carta a los Artistas

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 marzo 2004 (ZENIT.org).- Jim Caviezel, el actor que interpreta el papel de Jesús en la película “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson ha agradecido a Juan Pablo II su testimonio, que según afirmó, ha sido de profunda inspiración para su vida.

Caviezel reveló este martes a un grupo de periodistas que, en el encuentro que mantuvo el lunes con el Papa, hablaron –entre otras cosas– de la Carta que el Santo Padre escribió a los artistas, pues, según dijo, ha sido un escrito que le ha ayudado en su vida de actor y católico.

El resto es “privado”, afirmó Caviezel, en una larga conversación que mantuvo con varios corresponsales en el Vaticano, entre los que se encontraba un enviado de Zenit.

La audiencia tuvo lugar en la biblioteca privada del Papa. “No sabría decir cuánto duró”, reconoció Caviezel, pues confesó que en ese momento no prestaba atención al reloj, sino que estaba absorto en las palabras del Santo Padre.

Según ha podido comprobar Zenit por alguna de las fotos tomadas durante el encuentro, Juan Pablo II regaló a Jim Caviezel un Rosario. Caviezel se encontraba sentado en frente del escritorio del Papa, al lado de su esposa.

“Juan Pablo II es un hombre muy especial para un mundo muy especial. Es el Papa de Fátima”, afirmó Caviezel en referencia a la explicación dada por la Santa Sede al así llamado tercer secreto de la Virgen confiado a los tres pastorcillos portugueses. “El Papa es un místico. Ama a Cristo”;por lo que se refiere al director de la película, Caviezel dijo: “Mel Gibson es muy católico. Conozco a muchos famosos; se dicen católicos pero no siguen al Vaticano, en cuestiones como la vida, o la pena capital”, constata.

Cuando usted ve la película de Mel Gibston. ¿Es protestante? ¿Es musulmana? ¿Es católica? ¿Qué ves? Es muy católica, muy universal. Es una gran manera para introducir a la gente en lo que significa “católico”: es universal, para todas las personas, de todos los tiempos.

Para Caviezel rodar la película fue una “auténtica experiencia espiritual. No puedes ver lo que se representa y quedar indiferente”, reconoció. Mucho menos, dijo, si como actor penetras en el personaje para dar lo mejor de tí mismo.

Al interpretar a Cristo, Caviezel se decía en su interior “No quiero que me vean a mí, yo sólo quiero que vean a Jesús”. Para llegar a esta experiencia, añadió, “comencé con el Rosario. El Rosario me llevó a la Confesión, la Confesión me llevó a la Eucaristía diaria, y cuando llevaba la Eucaristía en mi cuerpo, sentía que era más como Cristo”.

El actor también respondió a las acusaciones que algunos grupos habían hecho a la película de antisemitismo. En cuanto creyente, dijo, “soy semita. Es mi linaje. Procedo de la casa de David y de Abraham”, y revela que ha propuesto a compatriotas judíos hacer una película sobre Moisés, o sobre David. Si alguien dice que la película es antisemita, también la Biblia debería ser antisemita, dijo.

Jim Caviezel presentó este lunes la proyección de la película “La Pasión de Cristo” a algunos eclesiásticos que viven en Roma en el Ateneo Pontificio “Regina Apostolorum”.

Feliz Día Papá!

Roberto Orozco dedica este mensaje a su propio padre

Mi padre es un hombre callado, mesurado, amable. Es un hombre bueno como el pan, como la lluvia, como el amanecer. Es un hombre fuerte como el trueno, como el diamante, como una montaña.

Mi padre ha sido ejemplo de bondad para su familia: cuando éramos pequeños nos llevaba a pasear, a comer, nos invitaba pastel o gelatina, nos cuidaba. Mamá, mis hermanos y yo fuimos objeto de su amor, de su generosidad y de su respeto.

Mi padre es un artista. De joven aprendió a darse y entregarse al servicio de los demás. De sus manos salían primorosas obras de arte que daba generosamente a todos los que con el convivían. De él aprendí a trabajar, bendición del cielo. Desde temprano se iba al hospital a entregarse a su comunidad y los cientos que necesitaban de él y regresaba tarde, cansado y siempre con una bolsita de papel con 3 paquetes de Meneitos.

A veces cuando en casa realizaba alguna labor, lo escuchaba y me parecía que rezaba. Y el espíritu de Dios habitaba en él: sus labios y sus manos hablaban de la bondad de su corazón.

Interrumpía su trabajo sólo cuando mamá lo llamaba a comer. Comía poco, con frugalidad y despacio muy despacio, según el para aprovechar el alimento; sin embargo siempre pensé que trataba de digerir otras cosas. Apenas terminaba, daba gracias. Se levantaba y regresaba a su labor.

Mi padre es un caballero: elegante en el vestir aunque no lleve traje; es un hombre sabio: dulce y prudente al hablar; siempre respetuoso, cortés y amoroso con mi madre.

Gracias a él, lo tengo todo: una familia, alimento, techo, cobijo, educación; me ha brindado su amor a manos llenas, con su respectiva dosis de paciencia, observaciones, jalones de orejas… Y me compartió su más preciado tesoro: el don de la vida.

Si no hubiese sido por él, no sería lo que soy. Como una pequeña muestra de agradecimiento, de amor y para honrar su nombre y su persona, escribo estas breves líneas.

Te mando un beso y un abrazo.

Gracias, papá. Dios te bendiga y que goces de tu premio eterno!!!

Un exorcismo

La crónica de un exorcismo sorprende a la opinión publica española

Narrada por un periodista de «El mundo», que se confesaba incrédulo

MADRID, 23 septiembre 2002 (ZENIT.org).- El especialista en temas religiosos del diario El mundo, José Manuel Vidal, acudió, “incrédulo”, al exorcismo que iba a realizar un sacerdote autorizado por el Vaticano y salió conmocionado escribiendo una crónica que ha sorprendido a la opinión pública española.

“El exorcismo que yo viví en Madrid” es el título del artículo que apareció este domingo en el periódico, que alberga con frecuencia artículos de tono anticlerical.

Vidal, junto al especialista de temas religiosos de la agencia de noticias EFE, presenció el exorcismo realizado en Madrid por el padre José Antonio Fortea, párroco de 33 años de Nuestra Señora de Zulema.

El rito tuvo lugar en una capilla. Era una “preciosa” chica poseída por el demonio de 20 años –el periódico le da el nombre de Marta para mantener su anonimato–, “más bien menudita y de rasgos dulces”, según la describe Vidal.

“No soy ningún showman ni quiero publicidad. Si estáis aquí es porque os necesito para liberar a la chica. Tendréis que ser muy prudentes”, les dijo el sacerdote a los dos periodistas antes de que llegara Marta acompañada por su madre. Llevo ya 16 sesiones y todavía no he conseguido expulsarlo [el demonio], cuando en los casos más normales, basta con dos o tres.

Nada más entrar en la capilla, madre e hija se preparan para el rito –rememora Vidal–. Marta se pone unos calcetines blancos, mientras su madre saca del bolso un rosario, un crucifijo de unos 15 centímetros y una postal de la Virgen de Fátima, y los coloca al lado de la colchoneta. Trato de registrar el más mínimo detalle en mi mente. Sigo pensando que asisto a un montaje.

Presiento que el rito va a comenzar. Me siento, expectante, en el banco –sigue recordando el cronista–. El exorcista extiende su mano derecha y la impone sobre el rostro de la joven, sin tocarla. Luego, cierra los ojos, agacha la cabeza y susurra varias veces una plegaria ininteligible. Un alarido desgarrador, el primero, rompe el silencio de la capilla, penetra en mi alma y me pone la carne de gallina, sigue diciendo.

No es humano –añade Vidal–. Es un chillido sobrecogedor y profundo el que sale de la garganta de Marta. Pero no puede ser ella. No es su tono de voz. Es ronco y masculino. El padre Fortea sigue rezando y los rugidos se suceden. Poco a poco, el cuerpo de la joven se estremece vivamente. Su cabeza se mueve de un lado a otro con lentitud al principio, con inusitada rapidez después.

Ante la salmodia del exorcista, la joven gime y se retuerce sin parar. Al instante, el gemido se convierte en rugido desgarrador, altísimo, furioso. El exorcista acaba de colocar el crucifijo sobre su vientre y entre sus pechos, mientras la rocía con agua bendita. Patalea con tanta furia que el crucifijo se cae y la madre lo recoge una y otra vez y se lo vuelve a colocar de nuevo, mientras le acerca el rosario que Marta arroja a lo lejos, con furia.

Parece tranquilizarse un poco pero, inmediatamente, vuelve a rugir. No hay un momento de respiro. El padre Fortea acaba de invocar a san Jorge y, al oírlo, la joven grita, bufa, pone los ojos totalmente en blanco, arquea el cuerpo y se levanta toda entera un palmo de la colchoneta. No doy crédito.

-Besa el crucifijo, dice el exorcista.

-No.

-Jesús es Rey.

-Assididididaj.

-Secuaz de Satanás, estás en tinieblas.

-Assididididaj

-Estás haciendo mucho bien. Por tu culpa, mucha gente va a creer en Dios.

-No.

-Sal, Zabulón, te lo ordeno en nombre de Cristo. Te espera la condenación eterna. No hay salvación para ti.

Al ser invocado el nombre de San Jorge, la chica arquea el cuerpo y levita sobre el suelo.

Mi mente gira a toda velocidad –confiesa el periodista–. Estamos en el clímax de un ritual que, hasta ahora, no encajaba en mis esquemas. Y eso que en el seminario los curas siguieron alimentando mi miedo infantil al Maligno, siempre dispuesto a tomar posesión de un alma.

Después del Concilio Vaticano II, el dogma de la existencia del diablo pasó a ser una “parte vergonzosa de la doctrina” y, como tantos otros católicos, también yo prescindí de ella, recuerda Vidal.

Los gritos se detienen en seco en el momento en que el sacerdote sale de la capilla. Noto cierta decepción en el rostro de la madre –reconoce–. Me da la sensación de que esperaba que fuese hoy. Ha pasado casi tres horas de rodillas, pero en su cara no hay signos de cansancio, sólo de cierta desilusión.

Recoge con paciencia la estampa de la Virgen y el crucifijo y sale de la capilla. Mi compañero y yo nos quedamos solos con la endemoniada. Unos segundos que se hacen eternos. Nos hemos quedado pegados al banco, sin respiración. De pronto, se vuelve hacia nosotros, abre los ojos (que ha mantenido en blanco durante tres horas) y nos lanza una mirada que no olvidaré mientras viva.

Sus ojos son de otro mundo. Nunca vi algo así en mi vida. Al instante, la mirada vuelve a ser la de Marta, que nos sonríe, se levanta con tranquilidad, se sienta en el banco y se quita los calcetines blancos que dobla con sumo cuidado. Noto que apenas suda, a pesar de las tres horas de ejercicio continuo. Se pone los pendientes y nos vuelve a sonreír.

-¿Cómo éstas?

-Cansada

-¿Sabes lo que ha ocurrido?

-No, no recuerdo. Y mientras nos habla, coge la estampa y el crucifijo, a los que hace un rato tanto odiaba, y los besa con cariño.

-¿Te duele la garganta?

-No.

Y su voz es tan suave como cuando llegó. Nadie diría que por esa misma garganta salieron aullidos durante tres horas.

-¿Sabes por qué estás aquí?

-Sí, eso lo sé. Sé que tengo…

No termina la frase. Respetamos su silencio.

Rezo por Marta y por su madre. Lo que vi no es un montaje, concluye el periodista.

El diario El mundo, al publicar la crónica, escribió el domingo un editorial en el que reconoce que la narración de Vidal es coherente, y concluye: “Cada uno es libre de buscar la explicación que desee a sucesos como los que describe hoy José Manuel Vidal”.

El Señor me quebrantó en una Adoración al Santísimo…

Nombre: Edgar Hernando González

Profesión: Ingeniero de Sistemas.

Edad: 26 años.

Ciudad: Bogotá D.C. Colombia.

Quiero compartir mi Testimonio de Vida.

MI TESTIMONIO:

Mi Ateismo:

Yo era un hijo de padres Católicos Tradicionales. Tenía mucho éxito en la parte académica y ocupaba los mejores puestos desde mis primeros años en la escuela hasta llegar al Colegio. Siempre me caractericé por leer y no “comer entero”. Me gustaban mucho los temas científicos, la filosofía y los temas de misterio.

Cuando estaba en la escuela tenía una profesora comunista, y siempre me habló mal de la iglesia tanto Católica como Cristiana, me comentaba el poder que dichas iglesias habían tenido durante la historia y el gran Imperio económico que estas manejaban.

Ya en el Colegio, de tanto leer a Marx, Freud y Nietzche, se hizo más fuerte en mí las frases: “ La religión es el opio del pueblo” y “Fue el hombre el que creó a Dios, debido a sus necesidades” etc. Esto hizo que tomara la decisión de rechazar todo lo concerniente a los temas que hablaran sobre Dios.

Recuerdo que mi familia siempre iba a misa todos los domingos, y que mi papá nos hacia confesar con el sacerdote para la Semana Santa. Siempre existían problemas en mi casa, y con el tiempo, estos problemas fueron creciendo. Esto ratificaba mi posición opuesta frente a la Iglesia.

Yo era un católico social: cumplía con los Sacramentos, asistía a reuniones de Bautismos, Primera Comunión y hasta Matrimonios, muchas veces lo hacía, para que mis padres no se enfadaran conmigo.

Cuando termine mi Secundaria ingresé al Colegio de Árbitros de Fútbol de Bogotá, y comencé con una carrera exitosa, y con el tiempo se convirtió en mi fuente de empleo, (me ayudó mucho en la parte económica).

Ingresé luego a la Universidad, y allí comulgué bastante con ideas socialistas y comunistas, aunque no compartía todo, me parecía una buena forma de servir a la sociedad.

Como cualquier joven universitario acompañaba a los compañeros en rumbas, tomatas, etc. Me sentía muy feliz. Había dejado a un lado mi familia que era un pequeño “Caguán”, y había olvidado mi parte sentimental. Estaba tan sumergido en estas actividades, que esta parte de mi vida no le daba la prelación que necesitaba. Me identificaba con mis “amigos” y compartía la mayor parte de mi tiempo con ellos.

Mi Conversión:

Me inicie en los caminos del Señor gracias al testimonio que dieron mis padres dos años después que ellos dieron ese gran paso, en la Renovación Carismática Católica en el año de 1998.

Mis padres querían acercarme a Dios en una forma que ellos creían correcta (me insistían constantemente ir a misa, asistir a algunos Congresos etc.), esta presión ocasionó que me alejara aún más de las cosas de Dios, y llegamos muchas veces a discutir.

En el Congreso Nacional de Jóvenes del año 2000 en Bogotá, (me llamó mucho la idea de asistir, ya que en la iglesia solo veía viejitos, algunos de ellos se quedaban dormidos en pleno Sermón, jejejeje). Fui por curiosidad y porque me gustaba bastante tener nuevas experiencias. Pero, gran sorpresa, aquel joven que no necesitaba de Dios, se dejó quebrantar el corazón en una “Adoración al Santísimo”,(la llevó a cabo Fray Nelson Medina O.P. www.fraynelson.com ), y me di cuenta, que solo no podía continuar mi caminar por la vida, y que mi ser no era solo cuerpo, sino también alma y Espíritu.

Posteriormente asistí a un Congreso Nacional de Prosperidad en febrero del mismo año (dirigido por el Padre Mauricio Cuesta), en el cual hubo sanación de enfermos y liberaciones demoníacas, y fue ahí donde me di cuenta del poder de Dios y me convencí más de su existencia.

Surge entonces por obra del Espíritu Santo, trabajar con una pastoral juvenil en mi localidad, y es así que nace el grupo “Apocalipsis” en marzo de 2000 (los integrantes en ese entonces: Sandra y Rosi Toscazo, Maria Luisa y David Guío, Edison, Duberney, Nelsy Viviana y Edgar González, Jose Luis y John Herrera, Mireya y Julieth Tejada); la primera reunión se efectuó un día jueves en mi casa y con el permiso de mi señora madre.

Días después se habló con el señor Alonso Tejada (Servidor del Grupo de Oración que dirige Doña Gloria de Bernal en Bosa) para que nos guiara espiritualmente (hoy día es el líder y cabeza del grupo que ahora lleva el nombre “Fuego de Vida”.

Como lo pueden ver me estaba dejando llevar por el Espíritu de Dios, estaba convencido de encontrar ese Jesucristo Vivo. Recibí muchas cosas del Señor, asistí a dos Congresos Nacionales de Jóvenes más, Ibagué 2001 y La Ceja (Antioquia) 2002, y el Señor me habló una vez más a través de la “Adoración al Santísimo”.

A pesar de haber asistido ha dichos Congresos y a muchos más que no enumero en este relato, me di cuenta que la unción me duraba escasamente 4 semanas y continuaba mi vida rutinaria, ya que me faltaba la oración y la lectura de la Biblia. Nadie me exigía, todo dependía de mí.

Mi lucha contra el mundo era tan fuerte, (me hacia falta lo que todo buen Cristiano necesitaba), no oraba ni leía la palabra, y aún más, ningún compañero del grupo juvenil en el cual fui servidor, se preocupó por mí, “se fue uno…, vendrá otro…”.

Me di cuenta que no había valorado lo que había recibido en esos dos años de “Caminar con el Señor”, que esa efusión se había convertido en rutina (lo que llaman mis hermanos cristianos “religiosidad”), andaba con una Biblia debajo del brazo para arriba y para abajo, quería participar en todas las actividades organizadas por la Iglesia y el Grupo de Oración, ir a cuanto Congreso anunciaran por la radio, quería hacer una cantidad de cosas. Estaba feliz de haber conocido de Jesucristo en la Iglesia Católica (que significa universal), pero olvidaba la palabra “Cristiana”, ¿cómo así?, te preguntarás, pues si, Iglesia Cristiana Católica (Iglesia Cristiana Universal), suena algo raro no es cierto, pero ese es el verdadero nombre.

Era libre de decidir, tomar el camino de la tentación o tomar el camino del bien. Pero ya no estaba solo por que había estado cara a cara con Jesucristo y lo había aceptado como mi único Señor y Salvador y que nunca me iba a dejar solo. Que si llegaba a caer era para levantarme pero con la ayuda de Él.

¿Él o Ella? (2a. parte)

Una vez que está claro que no hay una solución perfecta para nombrar a Dios y menos para darle un género gramatical, vamos al testimonio de la Escritura en búsqueda de una solución parcial. Obviamente lo que encontramos es una aplastante mayoría de textos en los que se menciono a Dios gramaticalmente en masculino. Esa evidencia, sin embargo, no la consideramos en este momento como definitiva porque es fácil argüir de este modo: “Una Biblia escrita por hombres sólo podía hablar de manera masculina sobre Dios.” Mientras no respondamos a esa objeción, el sólo peso estadístico es insuficiente.

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Cómo Nació la Costumbre del Pesebre

Tres años antes de su muerte se dispuso Francisco a celebrar en el castro de Greccio, con la mayor solemnidad posible, la memoria del nacimiento del niño Jesús, a fin de excitar la devoción de los fieles.

Para que dicha celebración no pudiera ser tachada de extraña novedad, pidió antes licencia al sumo pontífice; y, habiéndola obtenido, hizo preparar un pesebre con el heno correspondiente y mandó traer al lugar un buey y un asno.

Son convocados los hermanos, llega la gente, el bosque resuena de voces, y aquella noche bendita, esmaltada profusamente de claras luces y con sonoros conciertos de voces de alabanza, se convierte en esplendorosa y solemne.

El varón de Dios estaba lleno de piedad ante el pesebre, con los ojos arrasados en lágrimas y el corazón inundado de gozo. Se celebra sobre el mismo pesebre la misa solemne, en la que Francisco, levita de Cristo, canta el santo evangelio. Predica después al pueblo allí presente sobre el nacimiento del Rey pobre, y cuando quiere nombrarlo -transido de ternura y amor-, lo llama “Niño de Bethlehem”.

Todo esto lo presenció un caballero virtuoso y amante de la verdad: el señor Juan de Greccio, quien por su amor a Cristo había abandonado la milicia terrena y profesaba al varón de Dios una entrañable amistad. Aseguró este caballero haber visto dormido en el pesebre a un niño extraordinariamente hermoso, al que, estrechando entre sus brazos el bienaventurado padre Francisco, parecía querer despertarlo del sueño.

Dicha visión del devoto caballero es digna de crédito no sólo por la santidad del testigo, sino también porque ha sido comprobada y confirmada su veracidad por los milagros que siguieron. Porque el ejemplo de Francisco, contemplado por las gentes del mundo, es como un despertador de los corazones dormidos en la fe de Cristo, y el heno del pesebre, guardado por el pueblo, se convirtió en milagrosa medicina para los animales enfermos y en revulsivo eficaz para alejar otras clases de pestes. Así, el Señor glorificaba en todo a su siervo y con evidentes y admirables prodigios demostraba la eficacia de su santa oración.

El Papa está Cansado

En 23 años y 5 meses de pontificado estas son algunas de las razones por las cuales el Papa está cansado.

Número de viajes fuera de Italia: 95

Número de viajes en Italia sin incluir Roma: 140

Visitas en Roma y Castelgandolfo: 726

Beatificaciones: 1,282

Canonizaciones: 456

Número de naciones visitadas: 130

Número de ciudades visitadas: 604

Número de discursos fuera de Italia: 3,430

Discursos en su Pontificado: 20,341

Documentos: 13 encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas, 11

Instituciones apostólicas, 41 cartas apostólicas, catecismo.

Número de audiencias generales: 1,218

Número de las personas que han asistido a las audiencias generales: 16’930,200.

Duración de los viajes de su Pontificado: 541 días, 18 horas, 25 minutos.

Porcentaje de viajes y del tiempo de Pontificado: 9.75%

Total de kilómetros recorridos: 1’840,607

Es 28.3 veces la vuelta a la tierra.

Es 2.97 veces la distancia entre la tierra y la luna.

Y todo ello con una jornada de 18 horas de trabajo. Ha sufrido 6 operaciones. En una de ellas le cortaron 2.5 metros de intestino. Tiene artrosis en una pierna que le dificulta su

movilidad.

A PESAR DE ELLO NO SE QUEJA Y SIGUE ADELANTE.

En su último viaje a Bulgaria le preguntaron acerca de su posible renuncia. Él respondió: “Si Cristo hubiera bajado de la cruz, yo tendría derecho a renunciar…”

El Jesús de Teresa de Calcuta

Para mí, Jesús es El Verbo hecho carne.

El Pan de la vida.

La víctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados.

El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos propios.

La Palabra, para ser dicha.

La Verdad, para ser proclamada.

El Camino, para ser recorrido.

La Luz, para ser encendida.

La Vida, para ser vivida.

El Amor, para ser amado.

La Alegría, para ser compartida.

El Sacrificio, para ser dados a otros.

El Pan de Vida, para que sea mi sustento.

El Hambriento, para ser alimentado.

El Sediento, para ser saciado.

El Desnudo, para ser vestido.

El Desamparado, para ser recogido.

El Enfermo, para ser curado.

El Solitario, para ser amado.

El Indeseado, para ser querido.

El Leproso, para lavar sus heridas.

El Mendigo, para darle una sonrisa.

El Alcoholizado, para escucharlo.

El Deficiente Mental, para protegerlo.

El Pequeñín, para abrazarlo.

El Ciego, para guiarlo.

El Mudo, para hablar por él.

El Tullido, para caminar con él.

El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.

La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.

El Preso, para ser visitado.

El Anciano, para ser atendido.

Para mí, Jesús es mi Dios.

Jesús es mi Esposo.

Jesús es mi Vida.

Jesús es mi único amor.

Jesús es mi Todo.

¿Él o Ella? (1a. parte)

Entre los descubrimientos interesantes de hallarse en una nueva cultura y una nueva lengua está el encontrar también un nuevo elenco de autores y obras. Entre estos cuento a un teólogo dominico inglés, Herbert McCabe, a quien admiro por su manera de plantear las cosas con un máximo de claridad y un mínimo de jerga y tecnicismo. Por cierto, falleció no hace mucho, el año 2001.

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