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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Miércoles, Mayo 26 de 2010[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Par,
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Lectura: |
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1a. |
Os rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto (1 Pedro 1,18-25) |
Salmo |
Glorifica al Señor, Jerusalén. (Salmo 147) |
Evangelio |
Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado (Marcos 10,32-45) |
Núm. |
Datos |
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2002/05/29 |
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2010/05/26 |
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2012/05/30 |
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2016/05/25 |
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2018/05/30 |
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2024/05/29 |
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Homilía para leer: |
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1. Autoestima, al modo cristiano1.1 Hace ya varias décadas que los psicólogos nos han convencido de la importancia de la autoestima. Una persona que no se valora o que se desprecia finalmente encuentra la vida insoportable, y la hace insoportable a los demás. Con toda razón hoy se trabaja mucho para que los niños, ya desde temprana edad, descubran sus propios talentos y aprendan a quererse, de modo que las dificultades de la vida no sean la muerte sino el acicate de sus sueños. 1.2 El problema, sin embargo, es que ese modo unilateral de cultivar la autoestima lleva fácilmente al egoísmo, al capricho y a que cada cual se haga una moral a su medida y gusto. En muchos países del llamado primer mundo se da entonces un fenómeno de "narcisismo" que tiene secuelas de aislamiento, capricho, infantilismo y de terrible indiferencia frente al dolor ajeno. Parece que hemos pasado de un extremo al otro: de gente que se despreciaba todo el tiempo, por que sentía que no valía nada, a gente que se quiere mucho, muchísimo, pero se quiere mal, se quiere de un modo idólatra y materialista. 1.3 La autoestima tiene su clave cristiana en la primera lectura de hoy. Pedro nos enseña el propio valor: Sangre de Cristo se pagó por nosotros. Cada uno de nosotros, en realidad cada ser humano, ha adquirido el derecho de decir: "Valgo lo que vale la sangre del Unigénito de Dios." 1.4 Tantísimo valor, sin embargo, no lleva a la vanidad o el narcisismo, porque el que se sabe valioso con precio del sacrificio del Hijo de Dios, sabe que ese despliegue de amor no sólo me muestra quién soy sino quién estoy llamado a ser: ese amor no queda afuera de mí sino que transforma mi propio concepto sobre lo que significa y lo que implica vivir. Ser valioso implica entonces estar dispuesto a reconocer el valor de cada uno de los que son valiosos. 2. La Búsqueda Humana de la Gloria2.1 El pasaje del evangelio de hoy nos habla de valer y de valor en una clave distinta: la gloria. Estas son las palabras de la petición que hacen los hijos de Zebedeo: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Para ellos es evidente que Jesús va camino de la gloria y están ansiosos por asegurar sus puestos. 2.2 Jesús, por su parte, les hace ver de inmediato la distancia entre los pensamientos de ellos y el camino de obediencia y amor que él mismo sigue. Su réplica es: "No saben lo que piden." Hay varios modos, todos saludables, de entender estas palabras. 2.3 Aquellos apóstoles no sabían lo que pedían porque desconocían el camino que llevaba a esa gloria. Esta interpretación brota espontánea del texto escuchado. Cristo les dice: "¿Pueden beber el cáliz que yo voy a beber, o recibir el bautismo con que seré bautizado?" Ellos querían el premio pero desconocían el rigor de la batalla. 2.4 Otra interpretación tiene que ver con el sentido mismo de aquella "gloria." Hemos dicho que la gloria divina es la manifestación de la verdad de Dios. Es algo incomparable, como lo es Dios mismo. Nada se parece a Dios mostrándose en su esplendor y victoria definitiva. Estos Zebedeos se imaginaban las cosas según parámetros que hoy nos parecen muy estrechos. Pensaban quizá en un gran desfile militar o en una sala adornada ricamente, cuando la corte se restaurara en todos su esplendor en Jerusalén. Y querían estar allí, en esa sala o ese desfile. Todo eso parece ridículo. Pero de seguro no es menos ridículo lo que nosotros nos imaginamos que significa "ser importante." Lo verdaderamente importante es ser de Dios, pero esto sólo con trabajo lo descubrimos, y el camino para descubrirlo es el camino mismo de Cristo, hasta la cruz, el sepulcro y finalmente la pascua y la gloria. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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