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San Justino nació en Flavia Neápolis. Fue el primer apologeta cristiano, laico. Como buscador incansable de la verdad, profundizó principalmente en el sistema de los estoicos, los pitagóricos y Platón.
Tuvo un encuentro que le motivó a estudiar "una filosofía más noble" que las que él conocía. Así, comenzó a profundizar en las Sagradas Escrituras y a informarse sobre el cristianismo.
San Justino tenía 30 años cuando se convirtió al cristianismo. Recorrió varios países discutiendo con los paganos, los herejes y los judíos sobre la fe.
Los escritos de Justino, Mártir, que han llegado completos hasta nosotros, son las dos Apologías y el Diálogo con Trifón.
En la primera Apología, San Justino protesta contra la condenación de los cristianos por razón de su religión o de falsas acusaciones.
En ella fundamenta, que es injusto acusarlos de ateísmo y de inmoralidad, ya que son ciudadanos pacíficos, cuya lealtad al emperador se basa en sus mismos principios religiosos.
La segunda Apología es un apéndice de la primera. En su tercer libro, el Mártir hace una defensa del cristianismo en contraste con el judaísmo, bajo la forma de diálogo con un judío llamado Trifón.
San Justino se negó a la orden dada por Crescencio de ofrecer sacrificios a los ídolos, y confesando valientemente a Cristo, fue condenado por el juez a morir decapitado.
Rivas, Nicaragua - Darle gracias a Dios por un aniversario mas del ministerio de enfermos y que nos siga dando fortaleza para seguir adelante y que ilumine siempre a nuestra coordinadora hermana Petrona Tapia
Tocancipá, Colombia (1991) - Llevo 17 años casada y la verdad, a pesar de las dificultades y las duras pruebas, cuando hay verdadero amor, todo se supera. Aún más, cuando dejas entrar a tu hogar, la presencia de Dios, El irradia y bendice y la carga se hace ligera. Hay un compromiso muy lindo, y es que pese a las dificultades, hicimos un compromiso con Dios, de estar en las buenas y en las malas, hasta la muerte.
En 2009: Mi vida, Dios siga conservando nuestro amor cada día con más entrega y tendiendo siempre a Jesús y María en nuestro hogar.
Te Amo mucho. Bendiciones. Jan
Cayey, Puerto Rico - En este glorioso día, por fe de mis padres, recibí al Espíritu Santo mediante el bautismo. Desde ahora es la fecha mas importante de mi vida, luego viene la fecha de mi aniversario de bodas, en este día, Dios me hizo el regalo mas grande y bello: Mi Esposa.
Bogotá, Colombia (1995) - Mi Pacho adorado: En mis oraciones pido al Altísimo, para que hagas parte de sus milicias celestiales. Por siempre estarás en mi corazón. Hilda
Pasado algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y Frigia, animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida de Jesús con mucha exactitud.
Apolo se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Su presencia, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.
Apolo demostraba con la Escritura que Jesús es el Mesías (Hechos 18,23-28)
Salmo
Pueblos todos, batid palmas, / aclamad a Dios con gritos de júbilo; / porque el Señor es sublime y terrible, / emperador de toda la tierra. R.
Porque Dios es el rey del mundo: / tocad con maestría. / Dios reina sobre las naciones, / Dios se sienta en su trono sagrado. R.
Los príncipes de los gentiles se reúnen / con el pueblo del Dios de Abrahán; / porque de Dios son los grandes de la tierra, / y él es excelso. R.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo os aseguro, si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre."
El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis (Juan 16,23b-28)
Cristo sale del Padre y es la plena expresión del Padre. Recibir a Cristo, es recibir el mensaje pleno del Padre. Así mismo, el Reino de Cristo no es de este mundo y no depende de los poderes del mundo. 25 min. 52 seg.
San Lucas destaca varias veces y de varias formas que Cristo no es solamente un hombre muy "especial" o muy "sabio." Es, ante todo, el Mesías, en quien halla su cumplimiento todo el Antiguo Testamento. 4 min. 27 seg.
Las grandes promesas sobre la oración, como "pedid y se os dará," son en realidad el término de un camino que pasa por la vía purgativa y la vía iluminativa. 20 min. 22 seg.
El encuentro entre dos grandes predicadores, Apolo y Pablo, muestra que sólo se puede seguir verdaderamente a Cristo si uno ha sido alcanzado por Cristo. 12 min. 40 seg.
El cambio en la predicación de Apolo sintetiza lo que significa descubrir que la fe no se limita a mejorar esta vida sino que abre puertas en la eternidad. 5 min. 30 seg.
No descalifiquemos esas circunstancias que nos rodean y que pueden parecer muy duras, pues en esa dificultad Dios está preparando una siembra más amplia y más hermosa. 5 min. 32 seg.
Llegar a la alegría plena es reconocer que Dios me ha llamado y enviado, y Él mismo es quien me acompaña en el camino de mi vida cristiana. 5 min. 0 seg.
Al orar en el nombre de Cristo nos hacemos parte de su amor al Padre y le presentamos su sacrificio que es muestra de amor perfecta para alcanzar el favor de nuestra causa. 4 min. 26 seg.
El Misterio de la Ascensión consiste en que en el momento en el que Jesús retorna al Padre, no retorna solo, ascendemos con Él porque nos hemos unido a Cristo al aceptarlo y amarlo. 4 min. 52 seg.
En la medida que permanezco en Jesús y Él en mí, mi oración ya no es solo mía es también suya, es en el Nombre de Cristo porque estoy lleno de su presencia y de alguna manera la plegaria que sale es la de Jesús, lo que hace que la oración tenga poder ante el Padre. 7 min. 5 seg.
Pedir es importante porque es un acto de humildad, de confianza y es auxilio oportuno porque como cristianos sin la ayuda de Dios es imposible crecer. 5 min. 8 seg.
1.1 El episodio de este predicador itinerante, Apolo, podría parecer un simple accidente o una anécdota. En realidad ilustra una verdad muy importante: todo el Antiguo Testamento miraba hacia Jesucristo.
1.2 Apolo, incluso con su instrucción incompleta, ha llegado a entender que los términos de la antigua alianza quedaban como en suspenso y que sólo podrían encontrar conclusión en los hechos y dichos de Jesús de Nazareth.
1.3 Sin embargo, algo le faltaba a este hombre, con toda su elocuencia. ¿Qué específicamente? El texto no lo dice. Nos habla de una especie de profundización o de mayor precisión. Hay una ligera pista, sin embargo: al llegar a Acaya, Apolo animó a los que "por gracia habían creído." Es tal vez una indicación de la nueva ruta que tomó la predicación de Apolo, más orientada ahora hacia la gracia y la fe.
2. Unidos al Hijo
2.1 En el evangelio encontramos expresiones sublimes del amor de Dios manifiesto en la voz entrañable de Jesucristo. Este es un texto para contemplar en adoración y gratitud inacabables. Ya conocíamos por los sinópticos aquella promesa maravillosa: "pidan y se les dará" (Mt 7,7). Adquiere un nuevo tono en el momento de la cena de despedida. Cuando parece que se aleja y no hay modo de retenerlo, un modo muy suyo de asegurar que está cercano es darnos el secreto de su "Nombre": pidan "en mi Nombre," les dice (Jn 16,24).
2.2 Todo este pasaje habla en verdad de unidad con el Hijo. ¿Habíamos oído cosa tan hermosa como "no es necesario que les diga que yo voy a interceder ante el Padre por ustedes, porque el Padre mismo los ama"? ¡Casi parece que Él se quita sólo por asegurarnos hasta dónde estamos ya en Él y Él en nosotros!
2.3 Esta unidad ha de ser asegurada precisamente por la frase que oímos al final. Es la hora de las revelaciones decisivas y Cristo declara la verdad de su propia misión. Hay una salida desde el Padre hacia el mundo y una salida desde el mundo hacia el Padre. Ahí está dicho todo. No es un accidente. No es tampoco el puro resultado de las maquinaciones de sus enemigos. Hay un plan, que no por misterioso es menos real, y ese plan atraviesa cada fibra del universo para levantarlo todo en ofrenda a la gloria del Padre.
Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. En efecto, la predicación de la cruz es una locura para los que van por el camino de la perdición; en cambio, para los que van por el camino de la salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Por eso dice la Escritura: Anularé la sabiduría de los sabios e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes.
¿Acaso hay entre ustedes algún sabio, algún erudito, algún filósofo? ¿Acaso no ha demostrado Dios que tiene por locura la sabiduría de este mundo? En efecto, puesto que mediante su propia sabiduría, el mundo no reconoció a Dios en las obras de su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación de la locura del Evangelio.
Por su parte, los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.
Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación de la locura del Evangelio (Corintios 1,17-25)
Salmo
Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme. R.
Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel. Confío en el Señor. ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! R.
Líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. R.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre que está en los cielos.
No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos».
Pidamos la intercesión de San Justino para que seamos mejores discípulos de Jesucristo, respondiendo a la persecución actual con mansedumbre, modestia y pureza de intención. 5 min. 19 seg.
Claras enseñanzas del martirio de San Justino: (1) La vida no puede agotarse en hojas; hay que dar fruto. (2) Las corrientes filosóficas de aquella época tienen paralelo con maneras de pensar actuales. Y San Justino supo "preguntar hasta el final" y así llegó a Cristo. (3) Fue generoso al enseñar pero sobre todo generoso en entregar su vida como lección final. 41 min. 0 seg.
Necesitamos ser como San Justino, capaces de estudiar y llegar hasta el fondo de las cuestiones para darnos cuenta que no es razonable descartar a Dios. 5 min. 40 seg.
Pidamos al Señor que como San Justino el conocimiento nos lleve a Jesús, que al recorrer cualquier área del conocimiento nos encontremos con Nuestro Señor. 6 min. 50 seg.
Al pensar y preguntarse qué es lo que había en Jesús, qué vivió, qué hizo y por qué lo hizo y además poder dejar los prejuicios llegarás como San Justino a encontrar que la Verdad no es una teoría sino una Persona, Nuestro Señor Jesucristo. 5 min. 26 seg.
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1.1 Uno de los rasgos más fascinantes de san Justino es su amor por la filosofía. Con bastante ligereza suele creerse que la fe y la razón viven en conflicto. Según ese prejuicio, cuanto más racional es una persona menos creyente debe ser. Justino muestra que este no es el caso.
1.2 La definición original de filosofía como "amor a la sabiduría" a pocas personas viene tan bien como a Justino. El amor precede a la posesión. Amar la verdad es declararse peregrino. Eso hizo Justino, y su peregrinación lo llevó finalmente hacia Cristo.
2. Laico
2.1 Justino no fue monje ni sacerdote. Su vida no transcurrió en la serenidad del monasterio ni en la austeridad del desierto. Hombre estudio, viajero por motivo de su propia búsqueda, conoció las realidades de este mundo. Firmemente anclado en lo visible entendió el valor de lo invisible. En él se hizo verdad la súplica de Cristo al Padre Dios: "No te pido que los saques del mundo sino que los preserves del mal." (Juan 17,15).
2.2 El testimonio de Justino muestra otra cosa también: la santidad de Cristo no cabe entera en ninguna vocación particular. Así como necesitamos del silencio del monje en su desierto necesitamos del grito de denuncia del profeta en nuestras plazas, y necesitamos el discurso sereno, profundo y sabio del maestro en nuestras aulas.
3. Mártir
3.1 Sabemos que la palabra "mártir" significa "testigo." Un mártir está escribiendo con su propia sangre una página del Evangelio vivo, que es siempre el Evangelio vivido.
3.2 Puede resultar sencillo, o grato como especie de pasatiempo, jugar en la mente con conceptos que hablan del mundo o de Dios. Justino fue más allá. No tenía sólo palabras sino la Palabra con P mayúscula. Por eso pudo llegar hasta el martirio: porque entendió que la lección más profunda que se puede dar en la vida es la manera de dar la vida, y ello implica morir.