Our Lady of the Sorrows

Virgin MaryIt is quite apparent that the Mother of Jesus suffered immensely at her Son’s trial, torturing and death. What is not so obvious is why we, Catholics, should mark with a special celebration such an ordeal. To start with, the point of reference, of course, will be Christ’s passion, for the Blessed Virgin’s suffering is above all a special sharing in her Son’s torment.

We pay special attention to the Lord’s passion because of all the love that was displayed to and poured down over mankind from the high source of the Cross. It is not pain in itself but the love that made possible to endure such a pain that catches our attention and teaches us so much. Jesus himself assured: “No one has greater love than this, that someone would lay down his life for his friends” (John 15:13). What we are actually beholding on the Cross is that “laying down,” is that “giving himself up” that happens, as if it were, before our eyes, as we contemplate the shedding of each drop of blood, down to the last one. It is love, in its purest form, which is active and acting in Christ’s dolorous dying out.

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Sobre el ateísmo de raíz científica

Roca en el caminoEl ateísmo implica la convicción de que no existe un ser a quien pueda llamarse Dios. Se trata, por supuesto, de una afirmación de impresionante alcance, porque indica un conocimiento lo suficientemente completo de todo lo que existe como para asegurar que no puede existir un Dios. Surge entonces una multitud de cuestiones: ¿en qué momento sabe uno que sabe lo suficiente? ¿Existe algo así como un inventario de todo lo que existe, que permita decir con certeza qué no puede existir?

Ateos beligerantes, famosos por estos días, como Richard Dawkins, tienen una respuesta para esa clase de objeción. La parábola favorita de Dawkins es el Monstruo Espagueti Volador (Flying Spaguetti Monster, que aquí abreviaremos en español: MEV). El conocido autor británico se declara incapaz de demostrar la inexistencia del MEV, y deja entender que si uno quisiera demostrar la no-existencia de todo lo que se le ocurra a la mente humana tendría que demostrar que no hay hadas, ni duendes, ni unicornios. Agrega, con buen tino, que alguien podría siempre afirmar que “quizás sí existen esos seres… en algún lugar donde todavía no hemos buscado.”

Creo que puede considerarse representativa del ateísmo militante esa postura de Dawkins; según él, sabemos que no existe Dios, no porque tengamos certeza de que no existe, sino porque la evidencia que encontramos apunta hacia un universo que se explica suficientemente en términos de las leyes de la ciencia.

Es importante anotar las característica peculiar de ese saber sobre la no-existencia de Dios, porque precisamente no corresponde al saber obtenido a través del método científico. En efecto, lo propio de este método es formular hipótesis con base en teorías, para luego usar experimentos que verifican o contradicen tales hipótesis. Si esto es así, es obvio que el tipo de “saber” que niega la existencia de Dios no es algo que venga de la aplicación del método científico. Un poco de reflexión muestra que tampoco es posible afirmar la existencia de Dios por vía de esa clase de experimentación.

¿Cuál es entonces la relación entre la ciencia, o sea, entre el método científico y la existencia de Dios? No es directa. Sólo puede entonces darse por vía de extrapolación.

Con lo cual llegamos a una situación muy curiosa: si uno quiere aplicar el método científico para hablar de la existencia de Dios tiene que hacer una extrapolación, pero entonces ¿qué o quién determina la validez de esa extrapolación? No puede ser el método científico, que por definición ha tenido que ser extrapolado, entonces ¿qué puede ser?

Aún más: si el método de la ciencia moderna no puede decidir una cuestión que indudablemente atañe a la vida de miles de millones de personas, sino que debe haber alguna otra fuente de verdad que permita decidir tal cuestión, ¿en qué relación se halla esa fuente de verdad con el método científico mismo? De hecho, ¿qué clase de experimento puede probar que el camino de teoría – hipótesis – experimento es el correcto?

Se podrá decir que a ese método se llega no por experimento sino por experiencia, y tal vez se mencione algo como “prueba y error,” o se haga una alusión vaga a las brutalidades a que ha conducido el fanatismo religioso. Sin entrar en esa discusión, ¿no estaría demostrando ello, de todas formas, que hay fuentes válidas de conocimiento que son a la vez exteriores y superiores al método científico? Y si eso es así, ¿no deberíamos concentrarnos en conocer qué método puede conducirnos a esas fuentes? Tal es, en efecto, una de las preocupaciones básicas de una buena parte de la filosofía.

80. Ser con Dios

Corazón abierto de Jesús80.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

80.2. Ya que Dios ha querido ser “Dios contigo” (Mt 1,23), hoy te invito a que aprendas a ser “tú con Dios.” Jesús te puso en la senda de este modo de ser y de hablar cuando dijo a sus discípulos: «separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). “Tú sin Dios” eres nada; “tú con Dios” eres todo, es decir, todo lo que podrías conocer, imaginar, desear, y aún más.

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Ejercicios sobre el perdón, 1

P. Jaime ForeroEl P. Jaime Forero, Terciario Capuchino, falleció no hace mucho después de dolorosa enfermedad, dejando tras de sí una estela de amables recuerdos por el don de su amistad, por sus servicios a su Comunidad Religiosa, y por su fecundo ministerio sacerdotal. Quiso él compilar una serie de reflexiones teórico-prácticas sobre esa área de la vida que a todos nos interesa porque todos necesitamos alguna vez en la vida: el perdón. Nos proponemos presentar aquí estos escritos suyos sobre la experiencia liberadora de perdonar, con la doble convicción de que serán de inmenso provecho para muchos de nuestros lectores y que el mismo P. Jaime acompañará con su bendición y su sonrisa el camino que todos hemos de recorrer para aprender del Corazón de Cristo cómo llevar vidas más sanas y libres, gracias al perdón. La importancia del tema nos mueve además a ceder nuestras ediciones de los días martes a esta causa, de modo que quienes coleccionan este boletín pueden iniciar desde hoy una serie que les va a servir en gran manera, lo mismo que a sus familias, grupos de oración y demás comunidades. ¡Bendiciones a todos!

INTRODUCCIÓN

El hombre fue creado para el amor y en vivirlo consiste su plenitud y su felicidad. Si no hubiese cometido el pecado no habría dejado de vivir el amor. Pero una vez le falló a Dios entró en su vida el desamor, el egoísmo y ya no sigue espontáneamente el camino del amor, sino el del egoísmo que trae una secuela de sentimientos negativos que le frustran en la vivencia del amor y le alejan del Señor y de los hermanos. La síntesis de esos sentimientos negativos se llama incapacidad para perdonar.

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79. Hueles a Cristo

Cristo y el Cáliz79.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

79.2. En alguna ocasión en que acababas de confesarte te dije que olías a Jesucristo; hoy que también te has confesado te lo repito, pero quiero comentarte un poco qué significa esta expresión.

79.3. El olor o aroma de una persona es la señal de su presencia próxima. Nota cómo Dios hizo que por el mismo órgano que recibe el aire vital llegan los olores y fragancias. Así lo quiso el Creador porque a menudo un mal olor es señal de un peligro mortal, como cuando un alimento descompuesto impide con su hedor que alguien lo coma.

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