Se acaba el sacramento cuando se acaba el amor?

Hablemos de los Sacramentos de la Iglesia, en especial al sacramento del matrimonio. Mi pregunta serian hasta que punto existe el sacramento entre las parejas? Para mi, sin obligar a nadie, el sacramento existe hasta que el amor, el cariño y la ayuda o deberes de los cónyuge termina y empieza la farsa, las mentiras y la falta de fidelidad mutua. El sexo debe ser objeto de unión en la pareja con fines de la procreación del genero humano y deleite mutuo. Hoy día hay muchas parejas que están separadas o divorciada y que miran a la Iglesia como la 3ra. personas que pudieran ayudarlas. Hay muchas de estas personas que uno ve en el templo que quieren acercarse a los sacramentos y involucrase en los grupos apostolicos. Que remedio puede ofrecer la Iglesia para tales personas. — Preguntado en FRAYNELSON.NET

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Una primera dificultad que encuentro con tu postura es que lo que dices no corresponde a lo que dijo Jesús en el Evangelio. ¿Podemos considerarnos cristianos y no seguir lo que enseña Cristo?

Es claro además que Cristo conoce a fondo y sobre todo ama a fondo nuestra naturaleza. Porque la conoce, sabe bien que los seres humanos fallamos, traicionamos, somos inconstantes para amar y constantes en nuestra exigencia de ser amados. Eso lo sabía Cristo cuando dijo: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.”

Y Cristo ama lo que somos. No deja de amarnos cuando parece pedir de nosotros cosas que están más allá de nuestras fuerzas, como aquello de amar a los enemigos y de orar por los que nos persiguen. Su amor no es un adorno, sino la fuerza indispensable para llevar una vida que corresponda al don que él nos dio al altísimo precio de su muerte en la Cruz.

De donde uno ve que probablemente el error que estamos cometiendo es que se están casando como cristianos parejas que no conocen a Cristo, o por lo menos, no lo reconocen como Señor verdadero de cada área de su vida. Tanto el que adultera como el que se llena de odio hacia el adúltero parecen desconocer por completo quién es Jesús y qué significa y cuánto trae su Sangre preciosa.

El matrimonio como sacramento no puede, no debe celebrarse, sino solo sobre la base canónica pero ante todo existencial de otro sacramento: el del bautismo. Y una vida bautismal, una vida que tome en serio la Pascua del Señor, nos está haciendo inmensa falta en todas partes.

Un tema relacionado aquí.

Propositos

¡Eres tan joven! -Me pareces un barco que emprende la marcha. -Esa ligera desviación de ahora, si no la corriges, hará que al final no llegues a puerto.

Haz pocos propósitos. -Haz propósitos concretos. -Y cúmplelos con la ayuda de Dios.

¡Mañana!: alguna vez es prudencia; muchas veces es el adverbio de los vencidos.

Haz este propósito determinado y firme: acordarte, cuando te den honras y alabanzas, de aquello que te avergüenza y sonroja. Esto es tuyo; la alabanza y la gloria, de Dios.

Pórtate bien “ahora”, sin acordarte de “ayer”, que ya pasó, y sin preocuparte de “mañana”, que no sabes si llegará para ti.

Más pensamientos de San Josemaría.

Relacion entre ley y conciencia

“La búsqueda de la Verdad y el Bien es el primer imperativo de la conciencia y que el creerse, como hacen los subjetivistas, relativistas y positivistas, que quien decide lo que está bien o está mal soy yo mismo o el Estado…”

Ley y Conciencia

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Apocalipsis 2012 (II)

Hablemos de Medjugorje

Dentro de la amplia serie de mensajes que se presentan como advertencias venidas del Cielo, me atrevo a afirmar que ningún evento tiene tanta difusión, impacto y polémica como Medjugorje. Los comentarios a mi anterior post creo que así lo demuestran. Muchos de quienes creen firmemente que pronto vendrá una Gran Señal, y que habrá Tres Días de Oscuridad, sienten que les autoriza nada menos que la voz de la Virgen, que según creen, se ha dejado escuchar en Medjugorje. Y dentro de la opinión de sus partidarios, estas apariciones deben tomarse como ciertas porque los enormes frutos espirituales, y singularmente las conversiones y las confesiones, apuntan decididamente hacia un veredicto de veracidad.

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Raíces de la Cultura Occidental

Quizás el horizonte más amplio de nuestra cultura se llama “Occidente” y proviene de la compleja interacción entre la civilización romana, el pensamiento griego y la fe judeo-cristiana. Hay muchas otras fuentes, lejanas y cercanas que afectan de alguna nuestro horizonte pero si uno escruta sus propias convicciones pronto llega a esas gres grandes fuentes.

De los romanos cabe destacar tres grandes aportes: (1) La noción de ciudadanía con derechos simétricos y continuidad hereditaria dentro de un cuerpo social esencialmente horizontal; (2) La noción de “contrato” como ley social objetiva que permite a la misma sociedad verse y modificar su propio curso; (3) La visión de la religión como contrato con los dioses, que conlleva una certeza más allá de lo racional en la capacidad de vencer y formar un imperio.

De los griegos destacamos tres aportes (1) El paso de la teogonía a la cosmología; (2) El paso de la dóxa a la episteme; (3) El vínculo entre lo bueno (agathós) y lo bello (kalós).

De la fe judeo-cristiana destacamos diez aportes: (1) El Dios distante y a la vez cercanísimo; (2) La noción de creación: autonomía y dependencia reales del mundo; (3) Unión de la fidelidad y la misericordia en Dios; (4) El sábado: descanso como elemento que humaniza y dignifica; (5) Conciencia de la unidad de la especie humana: la humanidad como familia; (6) La sexualidad: deleitable y ordenada a la vez; no es un entretenimiento ni acto cultual; (7) El sentido de la elección y del tiempo como promesa – cumplimiento; (8) Una historia nacional que no ensalza a la nación; (9) Mirada crítica a los héroes, precursores y epónimos; (10) Conciencia del pecado ajeno y también del pecado propio.

La comunidad politica y la Iglesia

76. Es de suma importancia, sobre todo allí donde existe una sociedad pluralística, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores.

La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana.

La comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Ambas, sin embargo, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellas, habida cuesta de las circunstancias de lugar y tiempo. El hombre, en efecto, no se limita al solo horizonte temporal, sino que, sujeto de la historia humana, mantiene íntegramente su vocación eterna. La Iglesia, por su parte, fundada en el amor del Redentor, contribuye a difundir cada vez más el reino de la justicia y de la caridad en el seno de cada nación y entre las naciones. Predicando la verdad evangélica e iluminando todos los sectores de la acción humana con su doctrina y con el testimonio de los cristianos, respeta y promueve también la libertad y la responsabilidad políticas del ciudadano.

Cuando los apóstoles y sus sucesores y los cooperadores de éstos son enviados para anunciar a los hombres a Cristo, Salvador del mundo, en el ejercicio de su apostolado se apoyan sobre el poder de Dios, el cual muchas veces manifiesta la fuerza del Evangelio en la debilidad de sus testigos. Es preciso que cuantos se consagran al ministerio de la palabra de Dios utilicen los caminos y medios propios del Evangelio, los cuales se diferencian en muchas cosas de los medios que la ciudad terrena utiliza.

Ciertamente, las realidades temporales y las realidades sobrenaturales están estrechamente unidas entre sí, y la misma Iglesia se sirve de medios temporales en cuanto su propia misión lo exige. No pone, sin embargo, su esperanza en privilegios dados por el poder civil; más aún, renunciará al ejercicio de ciertos derechos legítimamente adquiridos tan pronto como conste que su uso puede empañar la pureza de su testimonio o las nuevas condiciones de vida exijan otra disposición. Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y solos aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y de situaciones.

Con su fiel adhesión al Evangelio y el ejercicio de su misión en el mundo, la Iglesia, cuya misión es fomentar y elevar todo cuanto de verdadero, de bueno y de bello hay en la comunidad humana, consolida la paz en la humanidad para gloria de Dios.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 76]

Testigo de la esperanza, mas alla del abuso

“Me fascina cuando la vida, por no decir Dios mismo, nos muestra de manera sencilla, diría que espontánea, que la última palabra no la tienen el dolor o el fracaso. Disfruten esta bella historia que muestra que la esperanza aparece de manera inadvertida, pero que cuando llega, no se vuelve a ir…”

testigo de esperanza

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