El hombre light

“El hombre light es un producto que abunda especialmente en los niveles socioeconómicos altos de Occidente. También puede aflorar en estratos medios y medio-bajos, como influjo resonante de las capas superiores […] Al tener el hombre de la sociedad de bienestar todas las apetencias materiales cubiertas, además de una serie de libertades claramente dibujadas, puede suceder que si no abre otras vías más ricas en el campo cultural o espiritual se deslizará por una rampa que termina en frivolidad. En el hombre esencialmente frívolo no hay debate ideológico ni inquietudes culturales. ¿Cuales son sus principales motivaciones? Todas aquellas correspondientes al hedonismo materialista permisivo…”

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Mejorar la intención

“Deus meus es tu, et confitebor tibi: Deus meus es tu, et exaltabo te”. -Tú eres mi Dios, y te confesaré: Tú eres mi Dios, y te exaltaré. -Hermoso programa…, para un apóstol de tu talla.

Que ningún afecto te ate a la tierra, fuera del deseo divinísimo de dar gloria a Cristo y, por El y con El y en El, al Padre y al Espíritu Santo.

Rectifica, rectifica. -¡Tendría tan poca gracia que ese vencimiento fuera estéril porque te has movido por miras humanas!

Pureza de intención. -Las sugestiones de la soberbia y los ímpetus de la carne los conoces pronto… y peleas y, con la gracia, vences. Pero los motivos que te llevan a obrar, aun en las acciones más santas, no te parecen claros… y sientes una voz allá dentro que te hace ver razones humanas…, con tal sutileza, que se infiltra en tu alma la intranquilidad de pensar que no trabajas como debes hacerlo -por puro Amor, sola y exclusivamente por dar a Dios toda su gloria. Reacciona en seguida cada vez y di: “Señor, para mí nada quiero. -Todo para tu gloria y por Amor”.

Más pensamientos de San Josemaría.

Motete 007 – Una esperanza me mueve hacia ti

Una esperanza me mueve hacia ti:
una voz que ha escuchado mi alma,
que naciste y moriste por mí.

/ Yo te canto, Jesús;
te proclamo Señor;
y te ofrezco mi amor y mi voz.
Yo te canto, Jesús;
te proclamo Señor;
para ti la alabanza y honor. /

Una esperanza me mueve hacia ti:
una voz que ha llegado a mi alma,
que naciste y moriste por mí.