Felicidad (03)

La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más. – Sören Aabye Kierkegaard

La felicidad es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y lo muy poco. – Channing Pollock

Hay momentos en los que todo va bien: no te asustes, no duran. – Jules Renard

No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir. – Diego de Saavedra Fajardo

Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad. – Pearl S. Buck

Miles de biblias en globo

“Más de 10 mil ejemplares de la Sagrada Escritura han sido entregados a los cristianos que viven en Corea del Norte – un país donde la libertad religiosa está totalmente negada – gracias a la singular iniciativa de la organización ecuménica “International Christian Concern” (ICC), con sede en Estados Unidos, que realiza un amplio trabajo de sensibilización, seguimiento y apoyo a las comunidades cristianas perseguidas en el mundo…”

biblias en globo

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Algunos problemas mas urgentes

46. Después de haber expuesto la gran dignidad de la persona humana y la misión, tanto individual como social, a la que ha sido llamada en el mundo entero, el Concilio, a la luz del Evangelio y de la experiencia humana, llama ahora la atención de todos sobre algunos problemas actuales más urgentes que afectan profundamente al género humano.

Entre las numerosas cuestiones que preocupan a todos, haya que mencionar principalmente las que siguen: el matrimonio y la familia, la cultura humana, la vida económico-social y política, la solidaridad de la familia de los pueblos y la paz. Sobre cada una de ellas debe resplandecer la luz de los principios que brota de Cristo, para guiar a los cristianos e iluminar a todos los hombres en la búsqueda de solución a tantos y tan complejos problemas.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 46]

Conferencias de Espiritualidad del P. Iraburu

“Conferencias de Espiritualidad, ya emitidas por Radio María con el título Dame de beber (IV-2005 – IX-2007). Forma su conjunto una Síntesis de espiritualidad católica (así se titula el libro que escribimos don José Rivera y yo), en la que expongo todos o casi todos los temas principales de los manuales clásicos de Ascética y mística o de Teología Espiritual…”

Espiritualidad P. Iraburu

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De budista a tomista, la conversion al catolicismo del filósofo Paul Williams

Juventud anglicana tibia

Paul Williams nació en 1950. La familia de su madre no era religiosa, aunque después de su conversión descubrió que tenía una bisabuela católica. La familia de su padre era tibiamente anglicana. Siendo muy joven, Paul se sumó al coro de la parroquia anglicana porque le gustaba cantar. Fue confirmado en su adolescencia por el obispo anglicano de Dover y aún con 18 años recuerda haber ido a comulgar alguna vez. Pero ni tenía una relación cercana con Cristo ni recibió formación.

Su hermano trajo de la biblioteca un libro sobre yoga, y con él Williams se aficionó a la cultura oriental en los muy alternativos años 60. "Estuve implicado en el estilo de vida y las cosas que los adolescentes hacen. Al acercarse los exámenes públicos dejé el coro, dejé de servir en la iglesia, perdí el contacto con ella, me dejé el pelo largo y me vestía raro".

Meditación y budismo

Estudiando en la Universidad de Sussex se especializó en filosofía india y después en budismo. Aunque había leído algo de Santo Tomás de Aquino y le parecía admirable, pronto se olvidó de él. "Por un tiempo acudí a la Meditación Trascendental de Maharishi Mahesh Yogui, pero lo dejé porque me disgustaba su superficialidad y me parecía que distorsionaba la tradición india", escribe en su libro.

Hacia 1973 ya lo tenía claro: había estudiado tanto el budismo que veía el mundo con categorías budistas, le parecían coherentes, Dios era innecesario y se consideró ya budista. Se "refugió" formalmente como budista en la tradición tibetana Dgelugspa, la del Dalai Lama. Siendo profesor en la Universidad de Bristol creó su propio círculo de budistas.

Practicaba la meditación, daba charlas en encuentros budistas, aparecía en debates televisivos como budista tibetano y participó en debates públicos con el católico disidente Hans Küng y el catalán orientalista Raimon Panikkar.

Lo que atraía del budismo

"Me interesaba la filosofía, pero también la meditación y el exótico Oriente. Muchos de nosotros encontrábamos el budismo interesante, al principio, porque parecía mucho más racional que las alternativas, y a la vez mucho más exótico. Los budistas no creen en Dios. O mejor, no parecía haber razones para creer en Dios y la existencia del mal era para nosotros un argumento positivo en su contra. Los que habíamos crecido como cristianos estábamos hartos de defender a Dios en un mundo hostil, lleno de detractores. En el budismo uno tiene un sistema de moralidad, espiritualidad y filosofía inemnsamente sofisticado (y exótico), que no necesita a Dios para nada", explica Williams.

Años después, al convertirse al catolicismo, el filósofo siguió reflexionando y escribió: "Si miramos cómo son los budistas de Occidente, el llamado Budismo Occidental, lo que encontramos con regularidad es una forma de cristianismo en la que han quitado las partes que los cristianos post-cristianos encuentran más difíciles de aceptar".

Williams incluso conoció un líder llamado Sthaira Sangharakshita que proponía a los budistas de pasado cristiano practicar la "blasfemia terapéutica", para lograr desapegarse de su trasfondo cristiano, insultando cosas consideradas santas en su cultura. A Williams esta idea le parecía una barbaridad.

El problema de la reencarnación

El budismo en Occidente se presenta sobre todo como técnicas para vivir experiencias positivas: paz, armonía, relajación… Pero a medida que Williams veía el paso de los años, como filósofo no podía evitar hacerse preguntas, y entre ellas: ¿qué pasa después de la muerte? Hay budistas que prefieren no pensar en el tema, y consideran que es "Mara", una "ilusión", una distracción, un tema en el que no vale la pena pensar, pero ¿puede un filósofo dejar de preguntarse?

"Los budistas creen en el renacimiento, es decir, la reencarnación, como suele llamarse. No hay un inicio en la serie de vidas renacidas: todos hemos renacido infinitas veces, no hay principio ni se necesita un Dios que lo inicie", explica.

Williams recuerda que en la época de los primeros cristianos las creencias a favor de la reencarnación estaban muy difundidas en Grecia y Roma, pero el cristianismo nunca las aceptó. "Y por buenas razones: si la reencarnación es cierta, nosotros no tenemos ninguna esperanza".

vía De budista a tomista: la conversión al catolicismo del filósofo Paul Williams – ReL.