¿Qué es el amor?

En una de las salas de un colegio habían varios niños. Uno de ellos preguntó:

Maestra… ¿qué es el amor?

La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajesen lo que más despertase en ellos el sentimiento del amor.

Los chicos salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:

Quiero que cada uno muestre lo que trajo consigo.

El primer alumno respondió: Yo traje esta flor, ¿no es linda?

Cuando llegó su turno, el segundo alumno dijo: Yo traje esta mariposa. Vea el colorido de sus alas; la voy a colocar en mi colección.

El tercer alumno completó: Yo traje este pichón de pajarito que se cayó del nido, hermano: ¿no es gracioso?

Y así los chicos, uno a uno, fueron colocando lo que habían recogido en el patio.

Terminada la exposición, la maestra notó que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido quieta durante todo el tiempo. Se sentía avergonzada porque no había traído nada.

La maestra se dirigió a ella y le preguntó:

Muy bien: ¿y tú? ¿no has encontrado nada?

La criatura, tímidamente, respondió: Disculpe, maestra. Vi la flor y sentí su perfume; pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma por más tiempo. Vi también la mariposa, suave, colorida, pero parecía tan feliz que no tuve el coraje de aprisionarla. Vi también el pichoncito caído entre las hojas, pero… al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí devolverlo al nido.

Por lo tanto, maestra, traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de la mariposa y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo mostrar lo que traje?

La maestra agradeció a la alumna y le dio la nota máxima, considerando que había sido la única que logró percibir que sólo podemos traer el amor en el corazón.

Vida Consagrada, Vida en el Espíritu, 10 de 12: Carne y espíritu

[Retiro espiritual para un grupo de Dominicas de la Inmaculada en Lima, Perú. Octubre-Noviembre de 2014.]

Tema 10 de 12: Carne y espíritu

* Carne: No es asunto de cuerpo sino de cómo a partir de nuestra condición corporal nos centramos en nosdotros mismos, en los placeres que afianzan el “yo” y en la aparente fortaleza de hacer alianza con otros tan débiles y falibles como nosotros, al margen de lo genuinamente bueno y cierto.

* El que es espiritual tiene en cambio la abundancia del amor de Cristo y sabiéndose abundante en Él por el Espíritu Santo, encuentra su fortaleza en el Señor, hasta sacrificarse incluso por la verdad.

Religiosidad y criterio moral entre los aztecas

Cuando los españoles entraron en México, fueron descubriendo pueblos profundamente religiosos, en los que la religiosidad era propiamente la forma fundamental de la existencia individual y familiar, social y política. Tenían, aunque politeístas, alguna idea de un Dios superior, creador de todo, inmortal e invisible, sin principio ni fin (Hunab Ku, para los mayas, Pije Tao para los zapotecas…) También tenían cierta noticia de una retribución final tras la muerte, y practicaban, concretamente los mayas y aztecas, una ascética religiosa severa, con oraciones, ayunos y rigurosas mortificaciones sangrientas.

Las oraciones aztecas que nos han llegado son realmente maravillosas en la profundidad de su sentimiento y en la pureza de su idea: «¡Oh valeroso señor nuestro, debajo de cuyas alas nos amparamos y defendemos y hallamos abrigo! ¡Tú eres invisible y no palpable,bien así como la noche y el aire! ¡Oh, que yo, bajo y de poco valor, me atrevo a parecer delante de vuestra majestad!… Pues ¿qué es ahora, señor nuestro, piadoso, invisible, impalpable, a cuya voluntad obedecen todas las cosas, de cuya disposición pende el regimiento de todo el orbe, a quien todo está sujeto, qué es lo que habéis determinado en vuestro divino pecho?» (Sahagún VI,1)…

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Herramientas de hermenéutica teológica para la lectura de realidades sociales

Sobre la base de los siete principios de lectura de realidades sociales expuestos en clase anterior, ¿qué herramientas específicas son útiles para leer las realidades humanas, en general, y sociales, en particular?

* Hay tres “grandes preguntas” a las que uno llega por uno u otro camino, y que de alguna manera sintetizan la tarea de leer una realidad:

(1) ¿Qué está sucediendo? (What’s going on?). Aquí entran actores, acciones, escenarios, descripción de procesos, ubicación de contextos, y más información semejante.

(2) ¿Qué es valioso para quién? Más que a través de encuestas o entrevistas, en las que a menudo la gente responde sobre el deber-ser más que sobre lo que es, la observación de cómo invierten y comparten las personas su tiempo, sus datos y sus recursos, particularmente el dinero, hablan de “dónde está su corazón” y cuáles son su prioridades.

(3) ¿Cómo se revela u oculta el Reinado de Dios aquí? Es la pregunta ineludible para una lectura genuinamente teológica. Desde la perspectiva cristiana, esto conlleva tres preguntas derivadas:

3.1 ¿Interesan las “periferias,” que habla el Papa Francisco? ¿Hay acciones, proyectos, intenciones específicas para aproximarse con la Buena Noticia a los que parecen contar menos, sufren más o han sido pospuestos y desplazados?

3.2 ¿Tienen su lugar propio la lectura comprensiva de la Palabra de Dios y la celebración fructuosa de los sacramentos? recordemos que una asamblea que al reunirse no tiene su centro en alimentarse y agradecer el sacrificio redentor de Cristo, culmen del amor más grande, es una asamblea que se está celebrando a sí misma, o celebrando algún ídolo o ideología.

3.3 ¿Sucede en esta comunidad, región o cultura que la construcción de la ciudad terrena es señal clara de la peregrinación hacia la Jerusalén celestial? La promoción humana sola, o el espiritualismo desencarnado ciertamente no expresan la riqueza de sentido y la fuerza liberadora del reinado de Dios.

* Con esas preguntas en mente es precioso acercarse a puntos de observación: textos, eventos, símbolos, líderes, tensiones, cuestiones, centros de poder y, por último, en la medida en que expresan lo anterior, estadísticas.