Vivir la fe en público

Hay quienes yerran por flaqueza -por la fragilidad del barro con que estamos hechos-, pero se mantienen íntegros en la doctrina. Son los mismos que, con la gracia de Dios, demuestran la valentía y la humildad heroicas de confesar su yerro, y de defender -con ahínco- la verdad.

Tengamos la valentía de vivir pública y constantemente conforme a nuestra santa fe.

Para convencerse de que resulta ridículo tomar la moda como principio de conducta, basta mirar algunos retratos antiguos.

Me gusta que ames las procesiones, todas las manifestaciones externas de nuestra Madre la Iglesia Santa, para dar a Dios el culto debido…, ¡y que las vivas!

«Ego palam locutus sum mundo»: Yo he predicado públicamente delante de todo el mundo, responde Jesús a Caifás, cuando se acerca el momento de dar su Vida por nosotros. -Y, sin embargo, hay cristianos que se avergüenzan de manifestar «palam» -patentemente- veneración al Señor.

Cuando se ha producido la desbandada apostólica y el pueblo embravecido rompe sus gargantas en odio hacia Jesucristo, Santa María sigue de cerca a su Hijo por las calles de Jerusalén. No le arredra el clamor de la muchedumbre, ni deja de acompañar al Redentor mientras todos los del cortejo, en el anonimato, se hacen cobardemente valientes para maltratar a Cristo. Invócala con fuerza: «Virgo fidelis!» -¡Virgen fiel!, y ruégale que los que nos decimos amigos de Dios, lo seamos de veras y a todas las horas.

Más pensamientos de San Josemaría.

Quince consejos de un sacerdote de la Edad Media

Perdí la cuenta del número de personas que consideran el adjetivo “medieval” como un insulto, una especie de arma arrojadiza que te disparan en medio de una conversación, con la secreta o patente esperanza de producirte desconcierto o vergüenza. “¡Ya no estamos en la Edad Media!” “¡Tu postura es medieval!”: este es el tipo de exclamación que debería producir en uno una súbita oleada de confusión y dolor, dejándolo a uno incapaz de continuar con el debate, más allá de unos balbuceos y un pronto entregar las armas.

Por supuesto, las cosas cambian cuando uno empieza a conocer en serio qué fue y qué sigue siendo la grandeza de la llamada “Edad Media,” que, como es sabido, ya desde ese nombre es vista como una especie de paréntesis lamentable entre la verdadera y gran cultura de la Antigüedad, y luego los esfuerzos y logros del llamado “Renacimiento.” Los que se vieron a sí mismos como “hombres del renacer” pretendieron sepultar en ignominia los siglos que les separaban del tiempo antiguo, que se les antojaba libre, creativo y sobre todo feliz, acaso por no estar sujeto a las ataduras de la moral católica–que por ahí van las cosas.

Sea de ello lo que fuere, un sacerdote como yo ha recibido tantas veces el “insulto,” bien entre comillas, de “medieval” que he terminado por asumirlo, aunque no por supuesto como un epíteto que me degrada sino como un apelativo que me hermana con gente de talento y de talante. Y como, por otra parte, voy acercándome a los 50 años de edad, bien está que me considere de la “edad media,” tanto con mayúsculas como con minúsculas.

Aquí van entonces, sin más preámbulos, quince consejos de este sacerdote medieval a sus hermanos sacerdotes. Si son de ayuda, bendito Dios; y si no, la brevedad del lenguaje tuitero hará que no se pierda mucho tiempo.

  1. Nada puede reemplazar nunca el valor de tu tiempo a solas con Jesucristo.
  2. No eres dueño de los sacramentos pero, si los celebras con viva fe y amor, serán tu principal alimento espiritual.
  3. Si la Cruz de Cristo no está con la debida frecuencia en tu predicación, ten la certeza de que te estás volviendo irrelevante.
  4. Serás instrumento de Cristo si tu voz llama con igual fuerza al arrepentimiento sincero y a la confianza total en la gracia divina.
  5. El sacerdote que no predica con su vida y palabra la conversión está predicando a gritos: “¡Yo sobro!”
  6. Incluso los que estén en desacuerdo contigo te agradecerán que seas claro en la doctrina; tienen derecho a saber a qué atenerse.
  7. Las conquistas pastorales que violentan la doctrina de la Iglesia terminan en desengaños amargos para todos.
  8. Busca en lo posible ser amigo de familias y no sólo de personas.
  9. Las preguntas más útiles para un pastor de almas son: ¿A quiénes no estoy tomando en cuenta? ¿De quiénes me estoy olvidando?
  10. Sé muy prudente en política: cada vez que apoyas abiertamente un partido estás declarando a la Iglesia enemiga de los demás partidos.
  11. Jamás hagas publicidad ni permitas que los medios conviertan una oración de liberación o un exorcismo en un espectáculo.
  12. Si olvidas al hambriento no estás evangelizando; si el hambriento queda satisfecho con solo pan tampoco estás evangelizando.
  13. La manera de evitar el infierno no es evitar mencionarlo.
  14. No mejores el Evangelio: si Cristo dijo que el camino era estrecho avanza por ahí y muéstralo así con amor a los demás.
  15. No vas a vencer siempre pero si puedes aprender a vencerte cada día un poco más, por amor a Jesucristo.

Laudes & Vísperas para la semana del 16 al 22 de Noviembre de 2014

citara

Domingo 16 de Noviembre: Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Lunes 17: Memoria de Santa Isabel de Hungría

Martes 18

Miércoles 19

Jueves 20

Viernes 21: Memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María

Sábado 22: Memoria de Santa Ceciclia, virgen y mártir

La dignidad del trabajo humano

La dimensión subjetiva y objetiva del trabajo

270 El trabajo humano tiene una doble dimensión: objetiva y subjetiva. Ensentido objetivo,es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se sirve para producir, paradominar la tierra, según las palabras del libro del Génesis. El trabajo ensentido subjetivo,es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico, capaz de realizar diversas acciones que pertenecen al proceso del trabajo y que corresponden a su vocación personal: « El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque, como “imagen de Dios”, es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo.Como persona, el hombre es, pues, sujeto del trabajo».586

El trabajo en sentido objetivo constituye el aspecto contingente de la actividad humana, que varía incesantemente en sus modalidades con la mutación de las condiciones técnicas, culturales, sociales y políticas.El trabajo en sentido subjetivo se configura, en cambio, como su dimensión estable, porque no depende de lo que el hombre realiza concretamente, ni del tipo de actividad que ejercita, sino sólo y exclusivamente de su dignidad de ser personal. Esta distinción es decisiva, tanto para comprender cuál es el fundamento último del valor y de la dignidad del trabajo, cuanto para implementar una organización de los sistemas económicos y sociales, respetuosa de los derechos del hombre.

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El verdadero rostro de la moral católica

“La moral no es una jaula ni una prisión que quita la libertad. El conjunto de reglas, prohibiciones y mandatos que propone, sirve por el contrario para custodiar la libertad, para que el hombre pueda alcanzar, como individuo y como comunidad, su plena realización. Como las reglas de la salud tienen como fin el garantizar nuestro bienestar físico, así las normas morales son las condiciones necesarias para conducir a la persona al pleno desarrollo de sus capacidades de conocimiento y de amor. Tomemos como ejemplo las reglas establecidas por la justicia. Si se respetan, se sirve en una sociedad ordenada y pacífica. Si, por el contrario, no son respetadas se dan gravísimos abusos, como robos, homicidios, discordias, engaños, egoísmos de todo tipo, etc. …”

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Vida Consagrada, Vida en el Espíritu, 12 de 12: María, Misión y Misericordia

[Retiro espiritual para un grupo de Dominicas de la Inmaculada en Lima, Perú. Octubre-Noviembre de 2014.]

Tema 12 de 12: María, Misión y Misericordia

* Ninguna persona humana tiene una experiencia tan profunda y continua de la acción del Espíritu como María, la Madre de Cristo.

* Llama la atención en Ella su presencia junto a la Cruz, donde contempla a su Hijo abandonado por sus propios apóstoles; y llama la atención ver luego a la misma Virgen acompañando a esos apóstoles y clamando junto a ellos y para ellos la plenitud del espíritu Santo: he ahí un espejo lúcido de la verdadera misericordia, en su raíz de búsqueda de la mayor gloria divina.

* Y de ese dolor, y de ese amor, nace la Iglesia, que es misionera desde el principio porque no puede testificar otro amor sino ese que ha recibido.

Vida Consagrada, Vida en el Espíritu, 11 de 12: Consejos evangélicos

[Retiro espiritual para un grupo de Dominicas de la Inmaculada en Lima, Perú. Octubre-Noviembre de 2014.]

Tema 11 de 12: Consejos evangélicos

* En la vida consagrada se habla de “consejos evangélicos,” y entre ellos destacan los que nos mueven a hacer con libertad y alegría votos de pobreza, castidad y obediencia. Ahora bien, si estos son “consejos” que brotan del Evangelio, ¿quién los aconseja? Precisamente el Espíritu Santo.

* El propósito de los consejos es acercar nuestra vida al modo de vida que tuvo Jesús en esta tierra, como una expresión, para nosotros y para los demás, del valor incomparable de la Buena Nueva, así como para dar testimonio de la primacía del Reino de Dios, que se hace ya presente en esta tierra pero que tendrá su plenitud solamente en el Cielo.

* Hay un elemento claro de renuncia en cada uno de los votos; y hay también un elemento de unión con Cristo. La renuncia, si bien se mira, es un modo de abandonar el propio yo, incluyendo el reclamo, tan explicable humanamente, que ese yo nos hace de verificar que uno está haciendo algo útil con su vida.

* La fecundidad sin embargo está asegurada por la Palabra de Cristo y tiene sus arras en el don del Espíritu.