Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS

#CompletasFrayNelson para el Miércoles
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
Al entender el valor de la sangre de Cristo en nuestra vida y que fuimos amados hasta el extremo, somos capaces de vencer la cultura del engaño que está permeando al mundo.
Donde la Epifanía se celebra siempre el 6 de Enero, puede verse esta homilía:
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
#VisperasFrayNelson para el Día 4 de Enero, Tiempo de Navidad
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
#RosarioFrayNelson para el Miércoles:[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]
Los extraños caminos del Señor
Sebastián de Aparicio, humilde y casto al estilo de San José, debió sentir como éste muchas veces profundas perplejidades ante los planes de Dios sobre él. Siempre inclinado a la austeridad de vida, el Señor ponía en sus manos la riqueza. Siempre inclinado al celibato, la Providencia le llevaba a dos matrimonios, seguidos -nuevo desconcierto- de prematura viudez. Pasando por graves enfermedades, el Señor le daba larga vida… Muchas veces se preguntaría Sebastián «¿pero qué es lo que el Señor quiere hacer conmigo?». Y una y otra vez su perplejidad tomaría forma de súplica incesante: «enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad» (Sal 85,11)…
Una gravísima enfermedad ahora le inclina a hacer su testamento, dejando todos sus bienes a los dominicos de Atzcapotzalco, con el encargo de que parte de su hacienda se empleara en favor de sus queridos indios mexicanos. Pero la salud vuelve completamente, y aumenta el desconcierto interior en Sebastián, a quien Dios da al mismo tiempo graves enfermedades y muy larga vida. Cada vez está más ajeno a sus tierras y ganados, y pasa más horas de oración en la iglesia. Cada vez son más largas y frecuentes sus visitas al convento franciscano de Tlanepantla. Una voz interior, probablemente antigua, le llama con fuerza siempre creciente a la vida religiosa, pero esta inclinación no halla en sí mismo sino dudas, y se ve contrariada por los consejos de sus amigos, incluso por las evasivas y largas de su mismo confesor.
Tiene ya 70 años, y aún no conoce su vocación definitiva. ¿Cómo se explica esto?… «¿Qué he de hacer, Señor?» (Hch 22,10). ¿Será que una pertinaz infidelidad a la gracia, obstinadamente mantenida durante tantos años, le ha impedido conocer su verdadera vocación? ¿O será más bien que esta misma vida suya, llena de zig zags, no es sino fidelidad a un misterioso plan divino?… Todo hace pensar que Sebastián de Aparicio pasó realmente las moradas, las Moradas del Castillo interior teresiano, con todas sus purificaciones e iluminaciones progresivas, hasta llegar a la cámara real, donde había de consumarse su unión con el Señor.
Verdaderamente la vida de Sebastián de Aparicio nos asegura una vez más que los caminos de la Providencia divina son misteriosos. Si él mantuvo su castidad virginal incólume en dos matrimonios y tras los graves peligros pasados en Salamanca, San Lúcar y Zafra; si guardó su devoción cristiana viviendo solo y en continuos viajes de carretero; si conservó su corazón de pobre en medio de no pequeñas riquezas, es porque siempre estuvo guardado y animado por el mismo Cristo. Ahora bien, si continuamente fue guiado por el Señor, esto nos lleva a pensar que su extraña y cambiante vida no fue sino el desarrollo fiel de un misterioso plan divino. Quiso Dios que Sebastián de Aparicio fuera todo lo que fue hasta llegar a fraile franciscano.
Portero de clarisas en México
El tiempo de «Aparicio el Rico» ha terminado ya definitivamente. Este hombre bueno, aunque parezca cosa imposible, «en todo el tiempo que fue señor de carros y labranza ganó cosa mal ganada -dice el doctor Parejo-, ni que le remordiese la conciencia a la restitución» (Calvo 81). Un verdadero milagro de la gracia de Cristo. Él mismo, ya viejo, pudo decir con toda verdad: «Siempre he trabajado por el amor de Dios» (Calvo 48).
Las clarisas de México, a poco de su fundación, pasan por graves penurias económicas. Y el confesor de Aparicio sugiere a éste que les ayude con sus bienes y sus conocimientos de la Nueva España. La respuesta es inmediata: «Padre, delo por hecho; mas de mi persona ¿qué he de hacer?»… El mismo confesor le indica la posibilidad de que sirviera a las clarisas como donado, portero y mandadero. Aquí es cuando Sebastián comienza a entrever la claridad de la vida religiosa… A fines de 1573, ante notario, cede todos sus bienes, que ascendían a unos 20.000 pesos, a las clarisas, y sólo de mala gana, por contentar a su precavido confesor, deja 1.000 pesos a su disposición por si no persevera.
Y entonces, cuando en México los numerosos conocidos de Sebastián empiezan a no entender nada de su vida, viendo que el antiguo empresario y rico hacendado se ha transformado en modesto criado de un convento femenino de clausura, entonces es precisamente cuando a él se le van aclarando las cosas: por fin su vida exterior va coincidiendo con sus inclinaciones interiores más profundas y persistentes. Es la primera vez que ocurre en su vida.
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.
#LaudesFrayNelson para el Día 4 de Enero, Tiempo de Navidad
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]#LaudesFrayNelson para el Día 4 de Enero
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]LECTURA ESPIRITUAL.
#LectioFrayNelson para el Día 4 de Enero, Tiempo de Navidad
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
Quien no ha tenido un encuentro real con Dios, sin dejarse transformar por su gracia vive en la muerte; y quien odia empuja a otros al pecado, extendiendo el reinado de la muerte.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
#VisperasFrayNelson para el Día 3 de Enero, Tiempo de Navidad
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
#RosarioFrayNelson para el Martes:[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]
Somos creyentes y el centro de nuestra alegría y nuestra fe están en Jesucristo; en su Encarnación; en su Evangelio; en su dolorosa Pasión y gloriosa resurrección; en su pueblo santo, llamado a permanecer para siempre en su presencia, su gloria y su alabanza.
Y sin embargo, somos un pueblo que peregrina en esta tierra. Respiramos el mismo aire y necesitamos de la misma agua que todos los demás seres humanos. Por ello lo que recibimos, lo que compartimos y lo que damos a los demás no es solamente fe y religión. El acueducto que usamos, el idioma que hablamos, los campos de los que nos alimentamos, de hecho: la una gran parte de los bienes y los conocimientos que nos han permitido un modo de ser personas de nuestro tiempo, capaces de cultura, de pensamiento crítico y de trabajo junto a otros, no provienen directamente de la religión o la fe sino de un área amplia de realidades humanas que compartimos con los demás habitantes de este planeta.
Muchos de nuestros antecesores lucharon por valores y libertades que ahora nosotros damos por descontadas. Pensemos por ejemplo en la superación del analfabetismo o en la prohibición de la esclavitud. Estamos en deuda con quienes han hecho posibles esos bienes, en razón del valor que tienen para nosotros y en razón de las posibilidades que abren de desarrollo humano e incluso también de la transmisión del Evangelio.
La correcta celebración de las fiestas patrias o de los acontecimientos civiles en general va en esa dirección: sin caer en idolatrías, y sin hipotecar nuestra libertad de predicar el Evangelio, no seremos ingratos con el país y la cultura que han construido en nosotros tanto de lo que somos.